El más bello ángel de la muerte: así es "La Noche", la impactante vigía del cementerio de Grado

La escultura, que preside el majestuoso panteón de Concha Heres, es obra de Juan Cristóbal, que recibió por ella la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1922

"La Noche". Así es como se llama la escultura de la figura femenina alada que domina la vista del cementerio de Grado. No es una obra cualquiera: su autor, Juan Cristóbal, ganó con ella la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1922. El particular ángel preside majestuoso la entrada principal del panteón de Concha Heres, uno de los más notables exponentes del arte funerario en Asturias y joya del patrimonio moscón. Pese a que el estado de conservación actual no es bueno, la visita merece igualmente la pena para conocer el mausoleo y disfrutar de esta pieza en concreto, que impresiona vista desde su parte trasera por el detalle y la delicadeza de las alas y el modo en que se esculpieron los pliegues corporales bajo el vestido, que cae con elegancia hasta los pies de esta obra que representa a una mujer, cuyo género se distingue en sus formas, pecho, cabello y atuendo.

Desde la parte de atrás de la figura, la vista del camposanto, con la silueta de las alas sobre el fondo del cielo azul y los cientos de sepulturas a sus pies, es impactante. La obra, hecha de pórfido (un tipo de roca ígnea), es digna del lugar donde fue colocada, un majestuoso panteón que acaba de cumplir un siglo y que fue levantado por el constructor Amado Martínez Cienfuegos con un proyecto del arquitecto Anselmo Arenillas. Acoge en su interior las tumbas de Concha Heres y de su primer esposo, Manuel Valle Fernández, un indiano con orígenes en Candamo que hizo una enorme fortuna en Cuba. Ella era conocida como la "perla de las Antillas" por su belleza y fue gran benefactora de Grado.

La escultura, vista desde su parte trasera, y el cementerio a sus pies.

La escultura, vista desde su parte trasera, y el cementerio a sus pies. / P. T.

La historia de doña Concha, como era conocida en el concejo moscón, merece capítulo aparte. También la del escultor autor del ángel, probablemente menos conocida en Asturias pese a la calidad y cantidad de su producción artística, repartida por toda España. Su nombre verdadero era Juan González Quesada, aunque siempre fue conocido como Juan Cristóbal, pues añadió el de su abuelo paterno al suyo y así figuró a lo largo de su extensa trayectoria profesional. Entre otros trabajos destacados, firma el Cid Campeador a caballo en Burgos, "el monumento a Jáuregui en Cádiz, la figura de Isabel la Católica para el monumento a Cuba del Retiro madrileño, obra en la que también participa Benlliure, y numerosos bustos, como dos de Cervantes, uno para el Ministerio del Ejército y otro para el Colegio Español de Bolonia", como recuerda María Dolores Durán Díaz en una publicación del Instituto de Estudios Almerienses.

La figura, vista frontalmente.

La figura, vista frontalmente. / P. T.

"Aunque nacido en Ohanes, pronto marchó a Granada, donde realizó sus estudios artísticos en la Escuela de Artes y Oficios y, en 1917, se traslada a Madrid, siendo discípulo de Mariano Benlliure (...) En 1918 obtuvo el segundo premio en la Exposición Nacional de Bellas Artes con su obra 'Torso femenino'. Ese fue el arranque de su exitosa carrera, pues desde entonces son numerosos los encargos que recibe tanto de instituciones públicas como de particulares. De esta época cabe destacar La Sibila, del Círculo de Bellas Artes de Madrid, el monumento a Ángel Ganivet, en la Alhambra (1920), que le encarga el Ayuntamiento de Granada. En 1922 consigue la primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra 'La Noche', lo que termina de consagrarle como escultor. Este premio lo volvió a obtener en 1927", añade Durán Díaz.

Panteón de Concha Heres, en el cementerio de Grado.

Panteón de Concha Heres, en el cementerio de Grado. / P. T.

Entre otros trabajos notables de Juan Cristóbal figuran también el monumento a Goya, en el Parque del Oeste de Madrid, y el erigido a Julio Romero de Torres, que le encarga el Ayuntamiento de Córdoba. "En la década de los años 50 sigue realizando proyectos, destacando por la emotividad el busto de su paisano, el obispo D. Diego Ventaja Milán, para el monumento emplazado en la plaza de Ohanes, su población natal, acudiendo a su inauguración en 1961. Ese mismo año murió en Cadalso de los Vidrios (Ávila), donde había montado su taller y residía durante los últimos años de su vida", concluye la estudiosa que realiza el análisis de sus trabajos.