Grado, la "villa dulce", ruta por la tradición del gremio de confiteros

La capital del concejo destaca por la fama de sus pastelerías, un espectáculo delicioso que puede disfrutarse paseando por el centro de la villa para conocerlas todas

Llegar a Grado para conocer la capital del concejo y no probar alguna de las muchas especialidades que ofrecen sus confiterías es perder una oportunidad de saborear una de las tradiciones locales. Porque los pasteles y delicias varias que se ofrecen son seña de identidad de un lugar que bien podría llamarse "la villa dulce" si se tiene en cuenta que la vinculación con este tipo de productos es antigua y que el gremio sigue siendo numeroso hoy en día. Actualmente, en el centro del casco urbano hay cuatro familias que capitanean otros tantos establecimientos. En todos los casos se trata de sagas en las que ya son varias las generaciones que ha visto pasar el negocio. Sucede así, por ejemplo, en la Confitería Tejeiro, cuya historia se remonta a finales del siglo XIX, de la mano de Toribio Tejeiro, responsable de la afamada fórmula del tocinillo de cielo que lleva el apellido de su creador. Desde entonces ha pasado más de un siglo y hoy, con las hermanas Carmela y Silvia Riesco Tejeiro, está incoporada la cuarta generación familiar a un negocio donde además de su producto estrella también son protagonistas pasteles, tartas, bizcochos y otros.

El tocinillo, protagonista de este pastel.

El tocinillo, protagonista de este pastel. / Fernando Rodríguez

En la confitería Josmay, con origen en 1963 y establecimiento desde 1965, está al frente la segunda generación, las hermanas Betty y Emma González, aunque también la hija de esta última, Julia, que forma parte de la tercera. Pocas especialidades faltan en los mostradores de este local que es despacho y también cafetería. Difícil escoger, aunque pastas, suspiros, mantecados o los croissants tienen gran demanda, entre otros productos.

Pasteles de Grado.

Pasteles de Grado. / David Cabo.

La confitería Jonuar, que abrió en 1978, tiene hoy al frente a la segunda generación, explica Nuria Fernández, una de las responsables. Empanada y pasteles están entre los protagonistas de sus elaboraciones, que son muchas más. La confitería Pastur, que abrió hace más de dos décadas, cuenta con todo tipo de dulces, si bien ha incorporado novedades demandadas por los jóvenes y creaciones propias como el "Pastel del peregrino".

Pasteles de Grado.

Pasteles de Grado. / LNE

Para conocerlas todas y disfrutar de sus propuestas mientras se da un paseo se pueden aprovechar los domingos, día de bullicio por el mercado de Grado. Si la ruta por la "villa dulce" se inicia desde la entrada a la localidad por la primera salida de la autovía que la comunica con Oviedo, la primera confitería que sale al paso es Jonuar. Caminando hacia arriba, por el parque de Abajo, se llega a Pastur, que cuenta, como la anterior, con cafetería además de despacho. Después, unos metros más arriba, haciendo un giro hacia la iglesia parroquial está Josmay. Y desde aquí, bajando de nuevo hacia la plaza del mercado, se encuentraTejeiro. Esta última tiene también despacho en la zona de El Bolado, al igual que Jonuar cuenta con otro en el entorno de La Cruz y una nave obrador en Peñaflor. También allí está la nave de Dulcegrado, que elabora los productos de Palper y La Flor.

Pasteles de Grado.

Pasteles de Grado. / David Cabo