El primer ministro australiano, Kevin Rudd, dimitió ayer como jefe del Partido Laborista y máximo mandatario del país debido a las críticas de su propia su formación sobre su capacidad de liderazgo. La renuncia convierte a Julia Gillard, hasta ahora «número dos» del Gobierno y de los laboristas, en la primera mujer en ocupar el cargo de «premier» en Australia.