El presidente de EE UU, Barack Obama, a la derecha, y su homólogo ruso, Dmitri Medvedev, se entrevistaron ayer en la Casa Blanca para profundizar los lazos bilaterales y discutir sobre el escudo antimisiles que planea EE UU. En lugar de celebrar un almuerzo de trabajo en la residencia presidencial, Obama se llevó a Medvedev a una hamburguesería mientras los termómetros rondaban los 40 grados. Obama se tomó una hamburguesa clásica con té helado, mientras el presidente ruso pidió una picante con chiles y champiñones, regada con cola.