Washington / Oviedo

Los rebeldes talibanes afganos aseguraron ayer que el relevo del general Stanley McChrystal como comandante en jefe de las tropas de EE UU y la OTAN en Afganistán no se debe a los comentarios críticos con la Casa Blanca que se le atribuyen en un reportaje de la revista «Rolling Stone». Para los talibanes, la causa de la destitución fulminante, tomada 36 horas después de conocerse el contenido del artículo, se debe a que el presidente Obama pretende «ocultar el fracaso» de su estrategia afgana «culpando a los militares».

En declaraciones a Efe por teléfono, un portavoz talibán que se identificó como Mohamed Yusuf Ahmadi aseveró que «esta guerra, la más larga en la historia de Estados Unidos, no se puede solventar destituyendo a generales».

La nueva estrategia para Afganistán, puesta en marcha por Obama en 2009 con el nombramiento de McChrystal, no es, sin embargo, una idea original de la Casa Blanca. La estrategia, conocida como de «contrainsurgencia», es la corriente de pensamiento dominante en el Pentágono desde hace varios años y ya fue ensayada en Irak a partir de 2007, logrando revertir el hasta entonces catastrófico resultado de la guerra.

El encargado de aplicarla fue el general David Petraeus, que será precisamente quien releve a McChrystal al frente de las tropas desplegadas en Afganistán. El principio básico de la contrainsurgencia es apoyarse en la población civil para luchar contra los rebeldes. Petraeus comparecerá el martes ante el Congreso.

McChrystal, una elección del secretario de Estado de Defensa, Robert Gates, fue nombrado por Obama, que apenas lo conocía, a instancias de éste. Durante los ocho años de la administración Bush, fue un hombre de la total confianza de los «neocon» y, de hecho, desempeñó la jefatura entre 2003 y 2008 de todas las operaciones de comando en Mesopotamia. Entre sus logros figura la detención de Saddam Hussein y el asesinato del jefe de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al Zarkawi.

En los primeros compases de la invasión de Irak, iniciada el 20 de marzo de 2003, su escuálida figura solía acompañar a la del entonces jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, en las ruedas de prensa en las que informaba de la evolución del conflicto. La CNN aseguró ayer, citando a un alto cargo del Pentágono, que Gates se opuso hasta el final a la destitución de McChrystal, por considerarlo vital para el desarrollo de la guerra.

La Casa Blanca informó de que Obama ya ha hablado por teléfono con el presidente afgano, Hamid Karzai, para garantizarle que el relevo no pone en entredicho el «compromiso» de EE UU en Afganistán ni cambia su estrategia.