Oviedo, Agencias

La concesión del Nobel de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo ha desatado un clamor mundial por su liberación. La esposa del disidente, Liu Xia, quien se encuentra en arresto domiciliario, pidió a la comunidad internacional que aproveche esta oportunidad para presionar por la liberación de su marido, encarcelado en 2008 y que cumple una condena de 11 años de cárcel.

Liu Xiaobo es «una piedra en el zapato» del Gobierno de Pekín, afirmó en Madrid el Premio Nobel de la Paz de 1987 y ex presidente de Costa Rica, Óscar Arias, al explicar la furiosa reacción china.

En contrate con la reacción de Pekín, numerosos gobiernos, instituciones internacionales y organizaciones pro derechos humanos expresaron su satisfacción por la concesión del prestigioso premio.

La Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, subrayó que se trata de un reconocimiento a la labor de los defensores de los derechos humanos en China.

El presidente de EE UU, Barack Obama, que el año pasado recibió el galardón, pidió a China que libere lo antes posible al disidente. «En los últimos 30 años, China ha realizado cruciales progresos en las reformas económicas y en las vidas de sus ciudadanos, sacando a cientos de millones de personas de la pobreza, pero este galardón nos recuerda que la reforma política no ha mantenido el ritmo y que los Derechos Humanos deben respetarse», afirmó en un comunicado.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, felicitó a Liu y afirmó que el Nobel «es un fuerte mensaje de apoyo para todos aquellos que están luchando por la libertad y por los derechos humanos en el mundo, a veces con un gran sacrificio personal». En igual sentido se pronunciaron los principales Ejecutivos europeos, encabezados por Alemania, Francia y Reino Unido, que reclamaron rápidamente la liberación del disidente.

El Ejecutivo español, que en un primer momento se limitó a una felicitación, evitó pedir a China la liberación de Liu, con la intención de no dañar la relación bilateral. El PP aseguró que el Gobierno debería seguir «el ejemplo» de EE UU, Francia y Alemania. Finalmente, Moncloa decidió elevar el perfil, mediante una declaración de «fuentes del Ejecutivo» en la que se señala que «el Gobierno defiende la liberación del disidente» y «de esta forma se suma a la posición de la Unión Europea». Al filo de las diez de la noche, la posición era oficializada en un comunicado de Exteriores.

«La reforma política y los Derechos Humanos no han seguido a las reformas económicas»

<Barack Obama >

Presidente de EE UU