Washington / Oviedo

El presidente de EE UU, Barack Obama, anunció ayer la salida del consejero de Seguridad Nacional, el general James Jones, de 66 años, quien será reemplazado por su hasta ahora «número dos», Tom Donilon, por quien en numerosas ocasiones se ha sentido ninguneado. El Consejo de Seguridad Nacional es el principal organismo asesor de la Casa Blanca en materia de política exterior.

La salida de Jones, que se preveía para finales de año, se ha adelantado algunas semanas, tal vez a causa de la reciente publicación del libro de Bob Woodward sobre la administración Obama («Obama's Wars»), en el que se ponen de manifiesto las desavenencias entre el general de cuatro estrellas y el círculo íntimo de asesores de Obama, a los que, según el periodista, llama «La Mafia» o «El Politburó».

La dimisión de Jones se suma a la partida de otros altos cargos de la Casa Blanca en las últimas semanas, entre ellos el jefe de Gabinete, Rahm Emanuel, y el presidente del Consejo de Asesores Económicos, Larry Summers.

En un acto en la Rosaleda de la Casa Blanca, Obama indicó: «En los últimos veinte meses, he dependido cada día del consejo y las advertencias» de Jones, quien siempre ha representado una «voz fiable» en las reuniones con líderes extranjeros y en las sesiones de trabajo.

Según Obama, Jones ha acometido una reforma sin precedentes» para adecuarlo al siglo XXI, poniendo el énfasis en desafíos como el cambio climático o la ciberseguridad. En cuanto al sucesor de Jones, Donilon, Obama resaltó que ha trabajado con tres presidentes y «durante dos años no hay un solo asunto de política exterior que no haya pasado por su mesa de trabajo».

Jones -ex mando supremo de la OTAN en Europa y ex jefe máximo de la Infantería de Marina- es un militar de casi dos metros, pelo rapado y aire a lo John Wayne, que nunca simpatizó con la fiebre de trabajo de los colaboradores de Obama y siempre aseguró que a las 19.30 la jornada tiene que estar terminada.