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Refugiados o inmigrantes, el nuevo dilema

Los expertos advierten de las dificultades para conseguir el estatus de protección internacional y de que se adoptarán medidas de retorno y expulsión

El padre ángel, con refugiados sirios en la frontera con hungría. El fundador de Mensajeros de la Paz explicará hoy en Oviedo sus vivencias con los refugiados sirios en Hungría, de donde acaba de regresar. JUAN PLAZA

¿Son refugiados o son migrantes? Técnicamente los miles de desplazados que están llegando a Europa no son refugiados, sino aspirantes o candidatos, porque para conseguir ese estatus, el máximo al que puede aspirar un inmigrante (el que llega a un país), tendrán que superar unos complejos y largos procesos legales. Y mientras tanto son "migrantes", personas que han salido huyendo de la guerra o del hambre, o de ambas, en busca de unas nuevas y mejores condiciones de vida. Esta es, según los expertos, la realidad de las miles de personas que en el último año y sobre todo en los últimos meses están llegando a Europa y a España. Mezcladas. Cada una con su drama personal y familiar. Proceden de Siria, pero también de Afganistán, Eritrea, Somalia, Yemen... países en los que sufren condiciones penosas y contrarias a los Derechos Humanos. Y advierten, quienes saben de migraciones y de legislación, que la Unión Europea adoptará medidas de retorno y de expulsión para muchos de los que están llegando en este aluvión.

La Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo organizó ayer, en el marco de la apertura del Máster Universitario en Protección Jurídica de los Grupos y Personas Vulnerables, una mesa redonda titulada "El derecho de asilo y refugio: crisis en la Unión Europea". En un debate moderado por Miguel Presno, catedrático acreditado de Derecho Constitucional y coordinador del máster junto a Ángel Espiniella, profesor titular de Derecho Internacional Privado, los expertos analizaron la situación de los migrantes que están llegando a Europa desde el punto de vista legal, humano y político.

El primero en tomar la palabra fue Javier González Vega, catedrático de Derecho Internacional Público, experto en política de migración de la Unión Europea y especialista en el mundo árabe y Oriente Medio. Inició su intervención incidiendo en la "desidia" de los responsables políticos y la insatisfacción generalizada de la sociedad europea por su "ineptitud". "Los años 2012 y 2013 fueron una ocasión perdida para abordar el conflicto sirio en las negociaciones Ginebra I y Ginebra II. Ahí está el origen de este drama", aseguró.

Aseveró que "la situación actual se veía venir" y destacó el papel jugado por Turquía, "que hizo porosas sus fronteras y facilitó el tránsito libre de refugiados hacia Europa".

El profesor González Vega llamó la atención sobre el papel de la canciller alemana, Angela Merkel, "que ha pasado de ser el martillo de Grecia a la madre de los refugiados, prometiendo incluso tandas de miles de ellos con una integración plena en un proceso inusual". La pregunta es por qué. "Pues probablemente tiene que ver con el declive demográfico alemán y eso tiene añadido un componente económico", explicó.

En todo caso, esas personas a las que se les ha denominado como refugiados, legalmente no lo son. Son aspirantes a solicitantes o solicitantes. Y una advertencia del experto: "Tienen una inequívoca preferencia por ir al norte. Esto es curioso, porque al que huye para salvar su vida, poco le importa a dónde; pero ellos quieren llegar a Alemania, a Suiza, a países con alto nivel de vida, y no a otros como España o Portugal, igual de amistosos pero menos ricos. Dudo que toda esta oleada de aspirantes a refugiados no esconda también una migración de carácter económico". Y para consolidar su tesis indicó que Bruselas decidirá el lunes, entre otras cosas cómo combinar las medidas de acogimiento con el "fenómeno coetáneo de aluvión de inmigrantes ilegales".

Pilar Jiménez Blanco, profesora de Derecho Internacional Privado y experta en extranjería y migración, esbozó el panorama normativo en la Unión Europea y en España y sus lagunas. En teoría, la persona que solicita asilo no puede elegir el país, ni éste el perfil del solicitante y se establece un criterio jerárquico de dónde debe presentar el aspirante su solicitud, atendiendo a criterios de reagrupación familiar, si ha existido un permiso de residencia previo o debe hacerse en el primer Estado miembro por el que llegó. Es decir, que muchos de estos refugiados deberían haber solicitado el reconocimiento de protección internacional en Grecia, Italia y Hungría. "Ni esos países quieren ni lo aspirantes tampoco, porque quieren llegar a Alemania o a Suiza". La legislación española es compleja e incompleta, porque faltan reglamentos por desarrollar y normativa europea sin incorporar.

Dolores Ferri es asesora legal de ACCEM, una asociación no gubernamental que trabaja específicamente en la acogida a refugiados e inmigrantes. Explicó que hace unos años, familias enteras habían conseguido salir de Siria con visados de la embajada española como turistas. "Y ya de aquellas contaban horrores de lo que ocurría en su país". La embajada cerró, y entonces empezaron a buscar soluciones en otros países, como Libia. "Ahora sólo hay mafias", afirmó. "España no tiene tradición de acoger refugiados, y no es fácil acceder ni a la solicitud".

Ferri indicó que en Asturias han aumentado en los últimos años las personas que solicitan asilo. "Se pasó de poco más de 2.000 en 2012 a 6.000. Pero no se han adecuado al mismo ritmo los medios y los retrasos de los expedientes pueden ser de hasta cuatro años", denunció. "A veces, demostrar una situación de guerra o persecución es fácil, pero otras veces demostrar que el temor subjetivo es objetivo es muy difícil, y eso nos ocurre muchas veces con muchas personas que están llegando y no son sirias".

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