El Reino Unido tendrá un Parlamento en el que ninguna fuerza política ha logrado una mayoría absoluta, algo que no ocurría desde 2010.

Con estos resultados el Reino Unido tiene lo que se conoce como un Parlamento 'colgado', en el que ninguna formación ha obtenido la mayoría absoluta y no podrá gobernar en solitario, para lo que necesitará el apoyo de otro partidos.

En el momento de la disolución del Parlamento en mayo, los 'tories' tenían 330 escaños, frente a los 229 del Laborismo.

La líder conservadora convocó el pasado 18 de abril elecciones anticipadas cuando su formación llevaba una ventaja de casi veinte puntos a los laboristas de Corbyn.

Sin embargo, en el tramo final de la campaña electoral, los laboristas consiguieron estrechar considerablemente esa brecha.

Cuando adelantó estos comicios, que debían celebrarse en 2020, May dijo que buscaba ampliar la mayoría en los Comunes a fin de contar con un mandato fuerte en las negociaciones con Bruselas sobre la salida del Reino Unido de la UE.

Sin embargo, su apuesta no ha dado sus frutos y ahora los conservadores tendrán que decidir los pasos a seguir.

Como los conservadores han obtenido el mayor número de escaños, les corresponde a ellos tratar primero de formar Gobierno, pero, de no conseguirlo, May debería dimitir.