Religión

Polémica en Francia por la prohibición en las escuelas de una túnica tradicional en países musulmanes

El Gobierno francés anuncia que impedirá que niñas y adolescentes se vistan con la abaya en escuelas e institutos, pero sin adoptar una ley específica para ello

Archivo - Imagen de archivo de una mujer musulamana en India con una abaya

Archivo - Imagen de archivo de una mujer musulamana en India con una abaya / Europa Press/Contacto/Mubashir Hassan - Archivo

Enric Bonet

Curso nuevo, polémica nueva. El lunes de la semana que viene, millones de niños y adolescentes empezarán un nuevo año escolar en Francia. Esta rentrée estará marcada por la inflación que pesa cada vez más sobre la cesta educativa o por la falta de profesores en el país vecino. Aunque estos problemas afectan a buena parte de los alumnos, una enésima polémica identitaria —aunque refleja una realidad minoritaria— acapara la atención de los medios: la prohibición de la abaya en escuelas e institutos.

El ministro de Educación francés, Gabriel Attal, anunció el domingo por la noche que prohibirán a las niñas y las adolescentes que lleven dentro de los recintos educativos esta túnica, utilizada tradicionalmente en países magrebíes y árabes y que cubre todo el cuerpo excepto las manos, pies y el rostro (o la cabeza). “Cuando se entra en un aula, no se debe poder identificar la religión de un alumno”, aseguró Attal durante una entrevista en la cadena TF1. El nuevo ministro, nombrado a mediados de julio, justificó esta medida al considerar que las abayas representan “un ataque y un intento de desestabilizar las escuelas” en Francia, donde imperan estrictas normas sobre la laicidad.

Un fenómeno minoritario, ¿pero al alza?

Las polémicas en que se mezcla la religión musulmana y la manera de vestir de las mujeres resultan un clásico veraniego en el país vecino. Prácticamente, en todos los últimos veranos hubo una semana dedicada a debatir de manera acalorada sobre si se debía prohibir o no el burkini (bañador musulmán), aunque su presencia resulte ínfima en las playas francesas. Este año le ha tocado el turno a la abaya. Según datos gubernamentales, han observado a niñas o adolescentes que vistan con esa túnica en 150 centros de un total de 40.000 en el país vecino. En la mayoría de los casos, solo lo utilizaron una decena de alumnas.

Pese a su carácter minoritario, el Gobierno de Emmanuel considera que se trata de un fenómeno al alza. Según datos gubernamentales, las advertencias hechas por directores sobre este tipo de vestimentas aumentaron de manera considerable durante el último curso, en paralelo al interés de los medios de derechas sobre la presencia de estas túnicas en los recintos. “Hay, sin duda, una ofensiva ideológica, pero también se debe a un desafío en las redes sociales, a una rebelión adolescente… Y también al hecho de que los directores están cada vez más dispuestos a denunciar” estas túnicas, considera la periodista de Le Monde especializada en temas educativos, Violaine Morin.

Francia ya adoptó en 2004 una ley que prohíbe la presencia en escuelas e institutos de cualquier signo religioso ostensible, como el velo islámico o las kipás. Aunque el Consejo Francés del Culto Musulmán considera que la abaya no es un símbolo religioso, el Ministerio de Educación ya había publicado el año pasado una circular que autorizaba a los centros prohibir estas túnicas si eran llevadas con una voluntad de expresar una pertenencia religiosa. Pero el entonces ministro Pap Ndiaye no se atrevió a darle una dimensión nacional, debido a la “complejidad jurídica” y la dificultad de distinguir estas prendas.

Una medida criticada por la izquierda y sindicatos

Pese a la repercusión mediática del anuncio hecho ahora por Attal, este no se verá reflejado en una nueva ley. “En la gran mayoría de los casos, lo resolveremos desde los primeros días a través del diálogo”, dijo Attal, quien prácticamente no dio detalles sobre la medida. Ha generado mucho ruido, pero puede quedarse en poca cosa. El Elíseo dijo a la cadena France Info que podría consistir en un “kit metodológico sobre cómo reaccionar cuando alguien va a la escuela vestido así”. De momento, se desconoce cuándo y cómo se aplicará y si habrá sanciones para las estudiantes que desafíen la norma. 

Este carácter incipiente no impidió, sin embargo, que monopolizara este lunes el debate público y mediático en el país vecino. “Habíamos pedido en varias ocasiones la prohibición de las abayas en nuestras escuelas. Me felicito por esta decisión”, reaccionó Eric Ciotti, presidente de Los Republicanos (LR, afines al PP). La ultraderecha también ha aplaudido el anuncio. En cambio, la izquierda se ha dividido. Por un lado, la Francia Insumisa de Mélenchon (afines a Podemos) y los verdes lo han criticado “por propiciar una nueva absurda guerra de religiones”. Por el otro, los socialistas y los comunistas lo han valorado de manera más bien positiva al considerar que hace falta “una policía contra el proselitismo en las escuelas”. 

Los sindicatos se han mostrado más bien críticos con una decisión que “no responde a las prioridades del nuevo curso”, dijo Sophie Vénétitay, secretaria general del Snes-FSU en declaraciones a la emisora de radio France Inter. “Mientras que a los alumnos les cuesta comprar el material escolar para la rentrée, el ministro Attal prefiere interesarse a la manera de vestir de las mujeres. Y se inventa una nueva regla: un vestido largo estará autorizado para las blancas y prohibido para las negras y las árabes. ¿Dónde está la laicidad?”, lamentó Manès Nadel, el mediático secretario nacional de La Voix lycéenne. Aunque este anuncio no quede reflejado en grandes medidas, corre el riesgo de dividir aún más a la fracturada sociedad gala.