Bodas de plata en Posada de Llanera, Ables y Brañes de José Julio Velasco, que recibirá un homenaje el 1 de octubre

José Julio Velasco Bolaño, Vicario Episcopal de Oviedo-Centro, cumple 25 años como sacerdote de San Juan de Ables, San Salvador de Rondiella y Santa María de Brañes (Oviedo), tres de sus siete parroquias. Y con motivo de estas bodas de plata recibirá este próximo 1 de octubre un homenaje que sus feligreses, promotores de la iniciativa, preparan con mimo para agradecer la labor del religioso. Hombre cercano, muy implicado y siempre presente en la vida de Llanera desde hace más de tres décadas, Velasco es una persona muy querida y apreciada en la comunidad, en la que ha desarrollado la mayor parte de su vida como sacerdote.

El reconocimiento tendrá lugar para conmemorar la efeméride del cuarto de siglo al frente de las tres parroquias citadas, aunque se organiza en colaboración con las cuatro restantes a cargo de Velasco, esto es, Santa Eulalia de Ferroñes, San Miguel de Villardeveyo, San Cucufate y San Martín de Cayés. El acto, el 1 de octubre, consistirá en una eucaristía de acción de gracias por su trabajo que tendrá lugar en la parroquia de Posada y a continuación habrá una comida de hermandad en el Llagar El Güelu. Las entradas se pueden adquirir de martes a sábado en la parroquia de Posada a las 19.00 horas, el lunes y miércoles a las 11.00 horas y los domingos a las 12.30 hasta el 24 de septiembre.

El homenaje es abierto a todo aquel que desee acudir y se trata de testimoniar "el aprecio, el cariño y el agradecimiento" a José Julio Velasco por "su humanidad, dedicación y trabajo", explican desde la organización del homenaje. Velasco cumple 25 años en tres parroquias, pero vinculado a Llanera y a desempeños como sacerdote en el concejo lleva más de tres décadas.

Nacido en Avilés, estudió en los Salesianos, en el colegio público de Cancienes y en el San Fernando. En el Seminario de Oviedo cursó los estudios eclesiásticos de Filosofía y Teología. Coincidiendo con la visita del Papa Juan Pablo II a La Morgal, en 1989 le asistió como diácono ministrante en la eucaristía. Ejerció el diaconado en la parroquia de Lugones y en junio de 1990 fue ordenado por el entonces Arzobispo Gabino Díaz Merchán.

Hombre de profundas creencias y valores, llegó a Llanera en 1994, como párroco de Villardeveyo y Santa Eulalia de Ferroñes y después de haber sido vicario parroquial de Santa María de la Barca de Navia (1990-1994), párroco de San Pedro de Andes (1990- 1994), vicario parroquial de San Salvador de Piñera y de San Antolín de Villanueva-Talarén (1991-1994) y de haberse ocupado en el verano de 1990 de las sustituciones de los capellanes del Hospital General de Oviedo durante las vacaciones de estos.

Ha sido capellán del Centro Penitenciario de Asturias y Delegado Episcopal de Pastoral penitenciaria de 1995 a 1998, año este último en el que se hace cargo de las parroquias llanerenses de San Salvador de Rondiella y San Juan de Ables y de Santa María de Brañes, en Oviedo. Desde 2009 también es párroco de San Cucufate de San Cucao y de San Martín de Cayés. Fue Arcipreste de Siero de 2006 a 2016, año en que fue nombrado Vicario Episcopal de Oviedo-Centro por el Arzobispo Jesús Sanz Montes, cargo que sigue desempeñando en la actualidad junto a sus responsabilidades en seis parroquias de Llanera y una de Oviedo.

El año pasado fue galardonado con el premio "Llanerense del Año" y ha sido pregonero de la fiesta de Exconxuraos de Llanera en 2014 entre otros reconocimientos de etapas anteriores, como el nombramiento como hijo adoptivo de Villardeveyo en 2010. Su implicación con la sociedad del concejo se pone de manifiesto con presencia en iniciativas como la que en su momento fue la creación de la revista cultural "Perxuraos", dedicada a recuperar y conservar la historia y tradiciones del municipio.

Su trayectoria en el seno de la Iglesia, cada vez con más responsabilidades, nunca le ha hecho perder el contacto diario con los problemas y las necesidades de los feligreses y los vecinos en general. «Es una persona que desde llegó a Llanera tuvo por objetivo unirnos a todas las parroquias, que nos enseñó a trabajar en equipo. Es muy amable, afable y siempre colaborador, ayudando en todo, siempre dispuesto para todo, sea Iglesia o no. No creo que haya alguien que pueda decir que no le ayudó cuando lo necesitó porque siempre está ahí», destacan quienes le conocen bien y colaboran ahora con el homenaje. Con la convocatoria del 1 de octubre, añaden, se trata de «testimoniar el agradecimiento que tenemos por todo lo que ha trabajado por todas las parroquias y, en este caso, celebrar los 25 años en tres de ellas».