Asipo y Silvota proponen crear la figura de la entidad de conservación en los polígonos

Vigón y Cuervo defienden la gestión privada pero la necesaria aportación pública en el mantenimiento de áreas que «generan mucha riqueza» local

La falta de zonas el aparcamiento para camiones y el transporte público, entre los problemas que destacan los responsables de ambos espacios

Asipo y Silvota proponen crear la figura de la entidad de conservación en los polígonos

Amor Domínguez

En Silvota y Asipo trabajan 6.900 personas (4.500 en el primero y 2.400 en el segundo), ambos polígonos suman una superficie de más de dos millones de metros cuadrados de suelo industrial (1,6 millones y 580.000 metros cuadrados, respectivamente) y casi 450 empresas. Son cifras que hablan de la potencia económica de estas dos áreas empresariales de Llanera, cuyos responsables, Pablo García-Vigón y Delfín Cuervo, comparten opinión acerca de las necesidades de estos gigantescos espacios que generan actividad y riqueza para el conjunto de Asturias y en particular para el municipio que las acoge. Se estima que las arcas municipales ingresan anualmente unos cuatro millones de euros en impuestos directos como el IBI o el IAE de las firmas instaladas en estos dos ámbitos y en el Parque Tecnológico de Asturias, otro de los grandes centros de trabajo que alberga el concejo y donde se concentran 2.400 empleos más.

Vigón y Cuervo diagnostican los problemas de los polígonos a los que representan y coinciden en plantear que entre los principales en ambos casos se encuentra la falta de aparcamientos, en concreto, para vehículos pesados. También la ausencia de transporte público adecuado o el encarecimiento del coste de la gestión de los residuos. Tienen además en común la propuesta de que debe analizarse la implantación de modelos de colaboración público-privada entre los colectivos gestores de los polígonos y las Administraciones a través de convenios y fórmulas como las llamadas entidades de conservación. El objetivo, que estas sirvan para atender las necesidades de mantenimiento de infraestructura como viales o determinados servicios. Lo que sigue es el análisis de ambos acerca de diferentes aspectos que afectan al presente y al futuro de dos de las grandes áreas empresariales ubicadas en Llanera.

Los modelos de gestión. Silvota es un polígono de promoción pública, que en los años 70 del siglo XX impulsó la entidad entonces equivalente a la hoy sociedad pública de suelo Sepes. «Curiosamente, siendo de promoción pública, con el paso de los años, y ya van casi 50, la gestión es íntegramente privada porque las Administraciones no se ocuparon de gestionarlo», explica García-Vigón. De hecho, el colectivo Asemposil, que agrupa a los empresarios del área, asumió «cosas tan importantes como el suministro de agua del polígono o la prestación y pago de todos los servicios públicos, desde mantenimiento de viales, jardinería, alumbrado, basura...». «Silvota ha hecho de la necesidad virtud y se ha convertido en un ejemplo de gestión privada muy bien ejecutada», añade.

Pero el modelo de gestión actual no está exento de problemas: no tiene capacidad económica para afrontar las inversiones de mantenimiento, las obras de renovación de infraestructuras como los viales, muy costosas. «Ahí es donde entra la parte de la colaboración público-privada. Es cierto que los empresarios de Silvota se autogestionan, pero pagan impuestos. Y creo que parte de esos impuestos deben de revertir al polígono vía infraestructuras y convenios de colaboración público-privados. Nosotros defendemos que la gestión privada está siendo buena y nos gustaría que continuase esa forma de hacer las cosas, pero estableciendo una serie de compromisos y de mejoras en el área industrial a cargo del erario público, pues pagamos impuestos», indica Vigón.

Misma opinión en este sentido muestra Delfín Cuervo, presidente del colectivo de empresarios de Asipo, un polígono cien por ciento privado. «Habría que buscar algún tipo de modelo que permitiera establecer convenios. En nuestro polígono estamos llevando a cabo una gestión óptima y el modelo de gestión privado nos parece el correcto. Pero se da el mismo problema que en Silvota, que tenemos una infraestructura que está envejecida y su renovación implica costes muy importantes. Parece lógico que se llegue a algún tipo de acuerdo con la Administración a la que llevamos haciendo aportaciones toda la vida que nos permita ese mantenimiento de la infraestructura», indica Cuervo.

Sistemas europeos. La fórmula de la entidad de conservación que proponen los empresarios funciona en Europa y en España. "No es que diga yo que ese es el modelo que funciona, es que lo estamos viendo en zonas con las que estamos hablando ahora como Dublín o Ámsterdam, por citar solo dos ejemplos. Y el modelo es este: entidad privada que gestiona el polígono, pero con un compromiso de inversiones públicas y el sostenimiento de las infraestructuras corre a cargo de las Administraciones públicas. Este es el modelo en el que me gustaría que se avanzara en el Plan General de Llanera", señala García Vigón.

Cuervo defiende también la implantación de este tipo de fórmula para que el municipio en el que se asientan las empresas pueda contribuir a las necesidades de estas. "Está más que justificado que se produzca algún tipo de reversión hacia el polígono, que está contribuyendo al dinamismo económico y al estado de bienestar general del propio concejo", dice Cuervo.

Ambos recuerdan como ejemplo de los altos costes de mantenimiento la última obra de renovación de viales y cambio del alumbrado, entre otros, en Silvota, que ya en 2010 ascendió a unos cuatro millones de euros.

Plan urbanístico. Llanera trabaja actualmente en el impulso a su Plan General de Ordenación (PGOU) y en ese escenario se ve una oportunidad para abordar estas cuestiones relativas a la colaboración con los polígonos. "El Plan General debería introducir la figura de la entidad de conservación. Está contemplada ya en la propia legislación del Principado y en planeamientos locales, por supuesto en España y en Europa. El polígono de Bobes, en Siero, por ejemplo, ya nace con esa figura de la entidad de conservación incorporada", explican los empresarios.

Una entidad mixta de estas características permitiría, sostienen, servicios públicos en la parte que el Ayuntamiento decide cubrirlos, y otros de valor añadido como puede ser la vigilancia privada que ahí "sí entra la parte privada", indican. Actualmente, los polígonos prestan y asumen el coste de todos los servicios. "Un modelo solo de gestión municipal ni funcionaría ni es aplicable a áreas ya de cierto tamaño y sería perjudicial para ayuntamiento y empresarios. Hay que ir a modelos de gestión mixta y en Silvota con más peso de la parte privada que la pública. En Europa la gestión es cien por ciento privada y las Administraciones entran en los planes de renovación de infraestructuras. Ese es el modelo", incide García-Vigón.

Los polígonos están funcionando con un modelo que asume todos los gastos desde hace medio siglo, destacan ambos responsables, así que la situación no es "un problema de personas o de partidos políticos que gobiernan en uno u otro momento, sino que lleva siendo así siempre y si ahora tenemos en marcha el plan general es una oportunidad". Los empresarios están analizando el documento de prioridades del plan "y si podemos aportar algo desde el punto de vista del modelo de gestión lo haremos, pero siempre desde una perspectiva constructiva", coinciden ambos. "En la línea de trabajo que tenemos con el Ayuntamiento, hablamos de nuestros problemas y les proponemos posibles soluciones para que las estudie y valore", inciden.

Estacionamiento y centro de transportes. Actualmente, se está gestionando el desarrollo de una parcela destinada a dotaciones públicas que la entidad de suelo Sepes debe ceder al Ayuntamiento de Llanera en el polígono de Silvota. "Hay una parcela dotacional, un proceso con Sepes que está en marcha y unos proyectos sobre esa parcela en los que estamos trabajando con el Ayuntamiento, exponiendo cuáles son las necesidades del polígono, entre ellas, el aparcamiento de vehículos pesados como necesidad. No es que estemos encaprichados y que haya que hacer un centro de transportes, es que hay una necesidad de aparcamientos de vehículos pesados, que hay una parcela dotacional que se puede usar para resolver necesidades y lo estamos hablando con el Ayuntamiento", señala García-Vigón.

Asipo tiene también un problema con la falta de espacio suficiente para estacionamiento. "Tenemos un problema también de aparcamiento evidente. En los últimos tiempos se está produciendo un boom en logística importante y eso trae como consecuencia que haya varias empresas asentadas en el polígono que se dedican a esa actividad. Teniendo en cuenta la morfología del polígono, con naves que no soy muy grandes, nos encontramos en una situación en la que puede haber empresas que estén asentadas en una parcela, en una nave de 400 metros cuadrados, y resulte que tenga 20 vehículos. Los vehículos están aparcados en los viales y eso nos genera bastantes problemas", destaca Delfín Cuervo.

La superficie de estacionamiento está colmatada, subraya Cuervo, y sobre todo hay "un problema importante con los camiones", que también se están estacionando en los viales.

Gestión de residuos. Esta se ha encarecido de manera notable y es algo que acusan los responsables de los colectivos de las dos áreas industriales. "Se han duplicado o triplicado costes y en el caso de los polígonos también gestionamos este aspecto", señala García Vigón. "Ahora mismo estamos inmersos en una campaña de concienciación a las empresas para que distingan lo que es residuo industrial de basura. El residuo industrial cada empresa tiene que gestionarlo y la basura se hace desde los servicios de la asociación. Se genera una cantidad de toneladas que tiene un coste importante. Estamos trabajando con Cogersa y nuestra idea es empezar un plan de colaboración precisamente para identificar la tipología de residuos que producen las empresas del polígono", comenta el responsable de Silvota.

Asipo está en similar situación. Asipo gestiona íntegramente el servicio con relación a los residuos y cuenta con un punto limpio propio. "Los asociados llevan los distintos residuos que se generan, se tratan de manera separada y llevamos a cabo una revalorización que en algunos casos permite que los asociados reciban una compensación", detalla Cuervo.

Transporte público. Para llegar a Silvota hay que hacer uso de un sistema intermodal, el tren que lleva a Lugo, y desde allí utilizar autobuses lanzadera para llegar al polígono. Hace años, las frecuencias de bus eran más, pero al paso del tiempo han disminuido. Asipo cuenta con dos paradas de línea de autobús regular, pero los responsables de los colectivos de ambos polígonos entienden que se trata de un aspecto que debe mejorar.

"Llegar en coche desde Oviedo a Silvota pueden ser diez minutos. Sin embargo, en transporte público puede llevarte una hora. Este es un capítulo claramente a resolver. El transporte público no es lo que debiera ser. Menos en un contexto general en el que se apuesta por la movilidad sostenible y la reducción de del uso del coche particular", incide García-Vigón.

Se trata de dos núcleos de gran actividad económica que acogen a miles de trabajadores a diario, circunstancia esta que justifica la mejora del servicio. "Aquí trabajan el suficiente número de personas como para que esto se aborde", señala el responsable de Silvota, que afirma que lleva mucho tiempo trasladando la petición al Consorcio de Transportes de Asturias (CTA).

"Deberían venir a Silvota autocares directos desde los principales núcleos de población. Hablo de Oviedo, Gijón y Avilés, con unas paradas específicas y haciendo los estudios de cuáles son los horarios de entrada y salida en el polígono", apunta.

Cuervo incide asimismo en la necesidad de mejorar la movilidad y comparte la valoración de García Vigón. Evidentemente, señala, aunque el transporte "fuera perfecto", seguirá habiendo un porcentaje de personas que usarán vehículo particular, pero esto se reduciría en un porcentaje importante si hay mejora de servicios y frecuencias.

Ocupación. Asipo está próximo al cien por ciento de ocupación. Con una superficie bruta de 580.000 metros cuadrados, el colectivo de empresarios integra a 193 asociados y en el área empresarial hay construidas 260 naves aproximadamente. "La morfología de Asipo es diferente a la de Silvota, las naves son de menor tamaño, de unos 400 o 500 metros cuadrados y adyacentes", indica Cuervo.

"Somos un polígono muy atractivo por condiciones como puede ser la vigilancia 24 horas, día y noche, y eso implica que la seguridad de las empresas que se instalan está garantizada", apunta.

Por su parte, García-Vigón indica que Silvota está colmatado, no tiene suelo disponible. Cuenta con 250 empresas y parcelas con naves más grandes que Asipo, a partir de unos tres mil metros, aunque algunas puedan tener menor tamaño. Entre los retos del polígono destaca "la parcela dotacional, que hay que completarla a través de un plan específico". "Estamos trabajando con el Ayuntamiento y creo que juntos debemos ver las necesidades a cubrir con esa parcela dotacional. Ese es el reto número uno que ahora mismo tiene Silvota", añade.