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Metrohm DropSens se consolida en Llanera y prevé contratar a 23 personas en 2024

La compañía, que terminará en febrero la obra de su nueva sede en el Parque Tecnológico, cierra el año "por encima de lo previsto en ventas"

Los sensores electroquímicos que desarrolla la tecnológica Metrohm DropSens en su sede de Llanera han tenido un gran impacto en el campo de la ciencia, con aplicaciones que van desde la medicina a la industria o el medio ambiente. Tanto, que en los mercados internacionales se ha creado una fuerte identificación entre el producto y la marca y a la hora de hacer referencia a uno de estos dispositivos lo que se indica o pide es un "Dropsens", mencionando una parte del nombre de la compañía. El éxito de esta firma se traduce en balances muy positivos y este año ha tenido un crecimiento del diez por ciento. El próximo febrero terminará la obra del nuevo edificio que construye en el Parque Tecnológico de Asturias, lo que supondrá la ampliación de sus instalaciones y también de la plantilla, con la contratación de 23 nuevos empleados.

El nuevo edificio de la compañía en el Parque Tecnológico de Asturias, en construcción. | S. Arias

El nuevo edificio de la compañía en el Parque Tecnológico de Asturias, en construcción. | S. Arias / Sara Arias

"Vamos a cerrar bien este año porque hemos crecido tanto en contratación como en facturación, va todo según lo previsto e incluso algo por encima en ventas", explica David Hernández, doctor en Química, fundador y propietario de la compañía junto al también doctor en Química Pablo Fanjul, quienes desarrollaron estos dispositivos de la mano del catedrático de Química Analítica Agustín Costa, fallecido en 2019.

Los científicos concibieron en 2006 en los laboratorios universitarios estos sensores electroquímicos con diversas aplicaciones científicas. Por ejemplo se pueden utilizar para análisis de glucosa de personas diabéticas, para detectar contaminantes en el agua o para su uso en el campo agroalimentario como son las pruebas de etanol del vino o el grado de maduración de un queso. Fue un auténtico "boom" a nivel mundial y su efectivo uso por parte de la comunidad científica propició numerosas publicaciones sobre biomateriales, nanomateriales y otras modificaciones aplicadas al sensor electroquímico que lo consolidaron en el mercado. "Queríamos crear algo universal, por lo que tiene muchas aplicaciones y es el científico o cliente el que decide para qué se usa", explica Hernández. De hecho, uno de estos dispositivos ha estado en el espacio. Lo llevó la NASA a la Estación Espacial Internacional para hacer estudios de gravedad cero.

Con el apoyo de inversores privados y de la mano de la Universidad de Oviedo y del Centro Europeo de Empresas e Innovación (CEEI), la compañía comenzó su imparable crecimiento. De 2011 a 2019 estuvieron en la sede del CEEI, donde crearon nuevas herramientas tecnológicas llamadas potenciostatos. Se trata de instrumental de análisis químico para laboratorio que es portátil y de pequeño tamaño para que pueda ser utilizado en las salidas de campo de los científicos.

Con el éxito de los proyectos, Metrohm A. G. se hizo con el 90 por ciento de la compañía en 2017. Esta multinacional suiza que desarrolla y comercializa instrumentación científica a nivel mundial dio un gran impulso al proyecto consolidando la red de ventas y aumentando el ritmo de investigación e innovación de la tecnológica asturiana. Además, en 2020, la eligió como una de sus sedes de desarrollo de software para aplicaciones científicas sumándose a las divisiones que tiene la multinacional en Suiza y Eslovaquia. Este equipo se encuentra en las actuales instalaciones de Metrohm DropSens del Parque Tecnológico, donde también se ha integrado el grupo que se encarga del hardware de otra de las empresas del ente empresarial suizo.

La plantilla, "un orgullo"

La plantilla es uno de los mayores orgullos de la tecnológica asturiana por su nivel de compromiso y su gran formación cientítifica-tecnológica. Y, de hecho, han conseguido retornar a muchos asturianos que llevaban años trabajando fuera. A este equipo de 60 personas se sumarán 23 empleados más a lo largo del 2024 una vez que la compañía inaugure el nuevo edificio que construyen en el Parque Tecnológico de Asturias, aunque mantendrán las actuales instalaciones que tienen en este mismo espacio empresarial de Llanera.

La nueva sede es posible tras la inversión de 3,5 millones de euros y los propietarios confían en que la obra esté terminada para el próximo mes de febrero, en el plazo previsto. Por lo pronto las obras marchan a muy buen ritmo y ya se puede advertir cómo serán las nuevas instalaciones de Metrohm DropSens en el Parque Tecnológico. Allí se unirán todas las divisiones de la compañía, que también dispone de diversos espacios en el vivero de empresas de Prado de Vega, en Oviedo.

Todo para seguir creciendo y siendo una de las compañías de base tecnológica más relevantes de Asturias y de mayor impacto internacional. La inquietud por seguir desarrollando nuevas herramientas y equipos científicos es una de las características que definen a esta empresa que anuncia que está a punto de cerrar un nuevo proyecto para 2024.