De Tuernes el Pequeño a Tuernes el Grande, un paseo por la naturaleza y la arquitectura de San Cucao

De Tuernes el Grande y Tuernes el Pequeño, localidades ambas de la parroquia de San Cucao, en Llanera, sorprende todo cuando se llega a la zona por primera vez. Desde los singulares nombres de los dos núcleos hasta la belleza de un paisaje de llanura y verde que ofrece numerosos ejemplos de arquitectura tradicional asturiana, viviendas indianas o grandes casonas bien conservadas que salen al paso y cuentan una historia a quien quiera interesarse por ella. Tiene también el lugar cierto tirón residencial en los últimos años y las nuevas edificaciones conviven en plena armonía con el entorno, con las construcciones más antiguas y con el patrimonio etnográfico de hórreos y paneras, abundante aquí como en otras áreas rurales del concejo. A este punto de la geografía llanerense trae trasiego además el zoológico que lleva un tiempo funcionando y que ha supuesto un revulsivo para la zona. Es precisamente cerca de este equipamiento en el que se ven los animales en libertad donde puede iniciarse esta ruta que tiene mucho que ofrecer a quien guste de un buen paseo y de descubrir el origen de lugares y edificaciones.

Para llegar a Tuernes el Pequeño, donde está el zoológico, hay que ir en coche hasta Posada de Llanera, coger la carretera a San Cucao y seguir de frente a lo largo de unos tres kilómetros, sin desvíos, hasta dar con la localidad, cuyo inicio está indicado con paneles muy visibles en la carretera. Junto al zoo se puede buscar espacio para aparcar, en alguno de los caminos cercanos a la carretera o junto a alguna de las casas. Desde allí hasta Tuernes El Grande se camina unos dos kilómetros, a veces en llano y a ratos cuesta arriba, en un trayecto que hay que realizar por los márgenes de la vía, en la que no hay excesivo tráfico pero debe irse atento.

En el núcleo zoológico es habitual ver animales libres en la finca junto a la carretera. Iniciando el camino, a los pocos metros, a nuestra derecha, daremos con un hórreo tras el que se abre al fondo una llanura con varias viviendas. Durante el paseo se ven casas recién hechas, también antiguas y una más llamativa que otras: una típica casa mariñana que ha sido rehabilitada y destaca por su plena integración en el paisaje. Se trata de Ca Julia, según refiere Chema Martínez en su trabajo sobre la parroquia de San Cucao titulada "San Cucufate, de ayer a hoy". Dice Martínez que antaño fue conocida como Casa Riba y que la reforma que le dio su aspecto actual se hizo en 2009.

El camino discurre entre amplias panorámicas de esta hermosa zona del concejo y a un lado de la carretera, el izquierdo, se ven buenas ganaderías, actividad que se mantiene en el lugar. Se llega enseguida a Tuernes el Grande: se sabe por el cartel indicador pero también por el núcleo de casas que aparece a la vista. Son varias las edificaciones de este lugar que llaman la atención por su porte y tamaño. Se trata de Villa Irene, vivienda a la que se atribuyen influencias de la arquitectura cubana, de Ca Chinta, con un magnífico corredor y rodeada de un muro de piedra, o del conjunto de Ca Barreru. Todas resultan singulares por su arquitectura y destaca su concentración en un pequeño núcleo. Hasta este punto llega una ruta que, no obstante, puede alargarse carretera arriba hasta alcanzar las ruinas del palacio de Cañe, cuya existencia está documentada ya en el siglo XVII.

Para el regreso se desanda el camino, más llevadero, pues ya transcurre cuesta abajo o siempre en llano desde Tuernes el Grande hasta Tuernes el Pequeño, donde se inició la ruta.