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RAFAEL REIG | Escritor. Su último libro es "Señales de humo"

"Los 'papeles de Panamá' son un esperpento propio de un país saqueado por sus gobernantes"

"Me pregunto si la coalición Unidos Podemos es un suicidio del comunismo o su eutanasia a cargo de médicos filantrópicos y herederos con prisa"

Le pido una fotografía reciente y me envía una en la que aparece en una terraza madrileña con cara de coña marinera junto a su sombrero, una copa de vino y un gorrión encaramado al cristal que parece escucharle. Sin posados ni artificios. A Rafael Reig le gusta llamar a las cosas por su nombre con pelos en la lengua si es necesario y tiene una opinión sintética y lúcida sobre cualquier cosa que se le pregunte. De libros o de política. De lo primero va su última obra, "Señales de humo", un trabajo en el que se mezcla su visión personal de los orígenes de la literatura española con pellizcos autobiográficos y un hilo de ciencia ficción que permite a su protagonista viajar en el tiempo para conocer de primera mano cómo, por qué, para quién y dónde se cocieron nuestras primeras letras. Pero antes toca preguntar por lo que pasa hoy. Aquí. Ahora.

-¿Qué le parece la coalición Unidos Podemos?

-A menudo me pregunto si es un suicidio del comunismo o su eutanasia a cargo de médicos filantrópicos y herederos con prisa.

-¿Los "papeles de Panamá" son del género picaresco?

-Son un esperpento barroco, propio de un país sometido al saqueo por sus propios gobernantes, en una decadencia inflamada de declaraciones de principios.

-¿Las nuevas elecciones son drama o farsa?

-Son una astracanada y lo grave es que es la propia democracia la víctima y vivimos en un régimen oligárquico administrado por instituciones que se dicen democráticas.

-¿Cómo empezaría el Quijote ambientado en nuestra sociedad actual?

-Imagino que asaltando uno de esos campos de concentración en los que meten a los inmigrantes. Luego sin duda atracaría un banco y repartiría el dinero por la calle. Como decía Brecht, es más delito fundar un banco que asaltarlo.

-¿Trump tiene algo de Quijote?

-Ni por el forro, Trump es el payaso que nos merecemos en una sociedad adoradora del individualismo y del dinero. Trump es como Torrente: el inconsciente colectivo de una sociedad echada a perder.

-¿Hay algún Cid en nuestra clase política?

-Hay cientos de Rodrigos como el Cid en nuestra sociedad, gente que está enamorada del rey y dispuesta a todo con tal de ganar su favor. La monarquía nos debilita y nos empuja a la servidumbre voluntaria que tan bien le sienta a la sociedad de consumo. Es algo inconcebible, un insulto a la inteligencia.

-Pasemos al libro. ¿A quién y por qué envía "Señales de humo"?

-El protagonista las envía a los humanos del porvenir. A mí me llegan las señales de humo de la literatura antigua y las pongo por escrito: doy fe y confieso que he leído.

-Explíqueme el subtítulo, "Manual de literatura para caníbales I". ¿Es una saga?

-Hace años escribí un "Manual de literatura para caníbales" que cubría del XVIII a la actualidad. Esto es la primera parte, que acabo de escribir ahora, desde las primeras obras en romance hispano hasta el final del XVII.

-¿Qué diferencia este manual de caníbales del anterior?

-Diez años de diferencia, que no es poco. Éste es un libro con más espesor, más intenso y mucho más contundente. Hay menos chistes y más emoción. Es el destilado de media vida leyendo y tomando notas.

-Su protagonista viaja en el tiempo después de intentar suicidarse. ¿Licencia o metáfora?

-Supongo que metáfora, ya que suicidarse debe ser un viaje en el tiempo para anticipar el futuro que a todos nos espera. No hay que ser impaciente nunca.

-¿Qué hay de autobiográfico?

-La pasión por la lectura y, valga la inmodestia, la capacidad de contagiarla, pues creo que he sido siempre un buen profesor, aunque algo vago. También, cómo no, las escenas de sexo torrencial y tórrido. Creo haber puesto algo de mí también en el personaje de Lope de Vega.

-¿Vio usted como el protagonista las manos rojas en la roca caliza de las cuevas?

-Sí, claro, bajé a las cuevas de Tito Bustillo de muy niño, con mi abuelo, Benito Carriedo, con el que solía desayunar temprano y pasear por la playa de Ribadesella, y que no pudo enseñarme a pescar, como habíamos planeado, porque se murió, aún sueño con uno de los caballos de esas cuevas, sueño que lo dibujo en un cuaderno.

-¿La literatura española nació con jarchas sensuales y no con la épica sudorosa del Cid?

-No sólo española, las jarchas son la primera lírica en cualquier lengua romance europea, son el temblor que da origen a todo lo demás y que aún sigue estremeciéndonos. La originalidad y la fuerza del Cid es, sin embargo, enorme; imagínate un guerrero al que le violan a las hijas y va y pone una denuncia.

-¿La idea se le ocurrió viendo "El ministerio del tiempo" o "Regreso al futuro"?

-Imposible porque no sé lo que es eso del ministerio, ni siquiera tengo tele. Creo que la idea me la dio Mark Twain con su yanki en la corte del rey Arturo.

-¿Novela? ¿Ensayo? ¿Qué diablos es su libro?

-Literatura en estado puro, la novela es una convención burguesa y la literatura rompe las costuras de cualquier corsé en el que se pretenda encajarla. Este libro rebosa literatura, es la gota que colma el vaso y salpica a quien lo lee con agua fresca del pozo profundo o de la Fonte Frida.

-Hace pocos meses le entrevistaba por su anterior novela. ¿No teme que le llamen prolífico?

-Te citaré a Rubén Darío: "Bufe el eunuco. Cuando una musa te dé un hijo, queden las otras ocho encinta". Más bien que me llamen madrugador y trabajador, escribo sin parar mientras otros bufan.

-Si nos ponemos pedantes, ¿le ha dado por encontrar la esencia misma de la palabra contra el tiempo de la que hablaba Antonio Machado?

-Pues sí, pongámonos pedantes, pero no tanto, al fin y al cabo lo que lleva a escribir un soneto es el mismo impulso que lleva a poner en la puerta de un lavabo: Pepe ama a Lola.

-¿Le gustaría que su libro se leyera en los colegios o sería demasiada temeridad?

-Su lectura debería ser obligatoria, pero me parece una propuesta muy tímida. ¿Por qué sólo en los colegios? Lectura obligatoria para los funcionarios, en las residencias de ancianos, en los psiquiátricos, en los cuarteles, en las salas de masaje y en los consejos de ministros.

-¿Ofenderá a alguien "Señales de humo" o viene en son de paz?

-Siempre voy en son de paz. Te equivocas, era Jesucristo el que no vino a traer la paz, sino la espada, según dejó dicho (Mateo 10, 34).

-Hay quien critica los homenajes a Cervantes en comparación con lo que hacen los ingleses con Shakespeare.

-Pues mejor, a mí los homenajes me parece que se hacen con un único propósito: evitar tener que leer los libros. Por eso los detesto. Son algo provinciano, para librarse del autor y de sus libros y convertirlo en motivo de propio lucimiento. Y eso de comparar quién mea más lejos, si los ingleses o los españoles, me parece de paletos incurables.

-¿De qué forma se manifiesta la lucha de clases en los albores de la literatura?

-La literatura en romance la inventa el pueblo, pero en seguida se la apropian los poderosos que muy pronto crean una literatura popular elaborada desde arriba para someter mejor a los de abajo. Es obvio para cualquiera que vaya a un cine o a una librería o escuche la música llamada pop.

-¿Hoy el Arzipreste de Hita quizá trabajaría en Broadway?

-Creo que no, haría títeres por las plazas de los pueblos hasta que le detuvieran por apología del terrorismo o por ofender sentimientos religiosos. Acabaría entre rejas, seguro.

-¿El homenaje a "Rayuela" es humor o amor?

-¿Hay amor sin humor? Sexo quizá sí, pero no amor. Es amor y humor, porque más que amor a "Rayuela" es amor al chaval que fui y lo leyó con 17 años, ¿cómo no reírme de él?

-Haga de Celestina, diga con qué libro de la literatura española hay que casarse para siempre.

-Con el Lazarillo, que creó la novela moderna y nos enseñó cómo contar una vida humana. Es el libro más cínico y subversivo que conozco.

-¿Se atreve a decir algo del Quijote que nunca se haya dicho?

-Debería prohibirse su lectura a los menores de 30 años.

-Cárguese el lugar común que más detesta sobre la literatura española.

-Pues quizá la poesía barroca: el barroco es un pedo en botijo, para que retumbe más. No es otra cosa que escolástica, tomismo en verso, tan inútil como un sudoku.

-Los clérigos y las letras. Qué me dice al respecto.

-Que debería prohibirse la enseñanza de cualquier religión en los colegios, sobre todo de las verdaderas. Con las falsas soy más tolerante. Soy partidario de la escuela pública obligatoria para todos y, por supuesto, como espacio libre de dioses. La Iglesia, todas las iglesias, siempre ha querido detentar el conocimiento y la formación de los indefensos menores.

-Villon, poeta maldito. ¿Qué pinta en un manual de literatura española?

-Lo mismo que Petrarca, por ejemplo. La literatura no se puede mirar desde un punto de vista administrativo o cartográfico. Para la literatura española es más importante Faulkner que Jacinto Benavente. A mí Eliot me parece de mi pueblo, pero Luis Felipe Vivanco me suena a extranjero. Igual que fray Antonio de Guevara es contemporáneo, pero Javier Marías es un antepasado. François Villon es un chaval de mi barrio y de mi edad.

-¿Hay cazas de brujas en la literatura actual?

-Si es literatura de verdad, sí. La literatura nunca queda impune, igual que toda buena acción siempre recibe su merecido castigo.

-¿Le costó recurrir al español antiguo en algunos pasajes o le sale natural?

-Hombre, Tino, ya voy cumpliendo años, pero ¡tanto como natural! Es de leer, un romance bien cortado (como lo llama Lázaro de Tormes) es más pegadizo y grato al oído que los 40 Principales juntos.

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