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"Esta sociedad no sabe aprovechar la experiencia"

"Esta sociedad no sabe aprovechar la experiencia"

"Oía a los jubilados decir que no tenían tiempo y me ponía enferma", recuerda Pilar Otegui, profesora jubilada de 70 años. Ahora lo entiende. El primer año tras su retiro fue de inactividad, pero al siguiente se matriculó en la Universidad para adultos, ingresó en un coro, hizo un curso de ajedrez, ha empezado a estudiar música y asiste a los talleres de arte dramático que Taller 3 imparte en Pumarín, en Oviedo. José Antonio Martínez, de 78 años y jubilado como comerciante, también acude a las clases de teatro y cultiva su afición a la música, la pintura... "Mi madre me decía de pequeño: qué niño más inquieto", y en eso no ha cambiado. Cris Villanueva, maestra jubilada de 77 años, va a teatro, colabora con una ONG, practica yoga, da catequesis... Así, uno tras otro. Para ellos "la jubilación es un regalo". "Antes no se podía, ahora es el momento", afirma Julia Peláez, maestra jubilada de 63 años. Y, sin embargo, sienten que "la sociedad no sabe aprovechar la experiencia que da la edad".

Con una pensión digna, el secreto de una jubilación feliz y una vejez saludable es la actividad. No les cabe duda. Tienen tiempo y dinero para gastar, y ganas de hacerlo. Y sin embargo, a pesar de ser una mayoría creciente, sienten que en lo cotidiano se les excluye. Se refieren a cuestiones concretas como el cierre de las oficinas bancarias y su sustitución por cajeros, olvidando que los clientes de más edad no están familiarizados con ellos; a la letra pequeña de los productos del supermercado o los cuestionarios de la Administración. A los especialistas en mercadotecnia les aconsejan "que se den un paseo al mediodía y que se fijen en la gente que anda por la calle: no son jóvenes". No entienden que se prescinda de la sabiduría de la edad en profesiones como la medicina o la enseñanza y piensan que hay que buscar fórmulas para ponerla a trabajar en beneficio de la sociedad.

Conectan sin problemas con los jóvenes cuando comparten intereses, como el teatro. "En esos momentos no hay diferencia de edad", comenta Covadonga Sariego, de 65 años y maestra jubilada. Ángeles Magadán, ama de casa de 66 años, hace notar que muchos abuelos tienen energía suficiente para sacar adelante a sus nietos.

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