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Las heroínas se hacen con el control del juego

Retirado Nathan Drake, la quinta entrega de la saga "Uncharted" entrega el protagonismo a Chloe Frazer y Nadine Ross en un título de diversión frenética que no da respiro al jugador

Las heroínas se hacen con el control del juego

La brillante retirada del cazatesoros Nathan Drake dejó a los seguidores de Uncharted sin uno de los personajes más carismáticos de la historia de los videojuegos. Pero las mentes pensantes de Naughty Dog decidieron que el mundo de la aventura no se acababa en Drake y decidieron crear una expansión independiente de claro protagonismo femenino. No es el género de acción muy hospitalario con las mujeres aventureras (salvo que hablemos de pesos pesados como Lara Croft) así que la elección se puede considerar, sino revolucionaria, sí valiente y digna de admiración. Y, así, Uncharted 5 propone un juego que sigue las huellas de las anteriores entregas pero con dos mujeres de mandos tomar al frente y viejas conocidas de la saga: Chloe Frazer y Nadine Ross.

Distribuido por Sony para la PlayStation 4, esta quinta entrega proporciona el mismo caudal de diversión que las centradas en Drake, aunque con ligeras variantes argumentales. Por ejemplo, cuando la bella Chloe es detenida en un control de seguridad por los malos, las caras de los enemigos (y especialmente del encargado del cacheo) muestran una lascivia canalla que nunca se hubiera dado con el fornido Drake.

Tanto Chloe como Nadine (antagonista en Uncharted 4, recordemos) son mujeres bellas, audaces y muy independientes que saben cómo defenderse en un mundo de hombres despiadados. El nivel de detalle a la hora de crearlas es apabullante: los lunares, el sudor, el vello erizado por la tensión, la expresividad de sus ojos. Son caracteres opuestos pero complementarios. Chloe es la que más se parece a Drake. Mandona, un tanto fanfarrona, con un sentido del humor amartillado. Nadine es más franca y sencilla, más realista y sensata. Menos sensual y más terrenal. Chloe es capaz de ver a un enemigo letal y comentar lo guapo que es.

-Si te van los psicópatas...

-Nadie es perfecto.

Como siempre en Uncharted, uno de los mayores placeres es, después de unas cuantas escenas de acción frenética, tomarse un respiro y disfrutar de los paisajes. La ciudad devastada en la que cae un avión en llamas o la selva donde se levantan ruinas legendarias permiten visiones espectaculares, grandiosas incluso. La primera secuencia, por ejemplo, lleva a Chloe y su inseparable teléfono móvil por un mercado indio acompañado de una inesperada guía infantil que le facilita el primero de los muchos pequeños tesoros que hay que ir reuniendo a lo largo del juego. Pero el paseo se termina y nuestra heroína se sube a un camión de los rebeldes (estamos en una India en guerra) que nos lleva directamente a la aventura. Primero, con mesura. Un poco de exploración por callejuelas llenas de ratas, basuras, coches calcinados y bicicletas abandonadas.

"Solo es una zona de guerra activa, nada que no pueda manejar", comenta nuestra osada Chloe, tan chula ella que les perdona la vida a los soldados que la retienen en un primer momento: "Por suerte para ellos tengo cosas que hacer". Como hay que acostumbrarse a los mandos, por el camino se quita de en medio a algunos enemigos por la vía rápida o sigilosa y fuerza alguna cerradura con una horquilla para el pelo (nada complicado, esperas a que vibre el mando y aprietas hasta que solta el clic). Cuando sube al tejado de un edificio en ruinas, donde habremos aprendido movimientos para saltar o agacharnos, Chloe se las tiene tiesas con unos soldados desarmados (en esta primera fase del juego aún no se puede disparar) a los que pone fuera de juego con ayuda de una fulgurante Nadine. Y que quede claro: aliadas pero rivales al mismo tiempo. "Este es mi juego. ¿Quieres tu parte? Sigue mis reglas". No olvidemos que la motivación de nuestras protagonistas es la misma que empujaba a Drake a misiones casi imposibles: encontrar tesoros que den mucho dinero.

Juntas, las dos aventureras recuperan ya la esencia saltarina de Uncharted, en este primer tramo enfocada a las alturas urbanas. Salientes estrechos, tablones sobre el vacío, planchas por las que deslizarse, canalones a los que aferrarse, escaleras rotas a las que aupar a la compañera, carteles luminosos renqueantes por los que escalar como se pueda o cables de la luz con bombillas a modo de tirolinas que se van rompiendo a medida que avanzan... Todo vale con tal de esquivar las balas, y es que Chloe y Nadine pronto tienen un encontronazo con un villano de agárrate que vienen curvas. "Tienes ovarios. Me gusta eso. Matarlas y tirarlas al río". Menudo personaje.

Las mujeres tienen personalidades distintas (cuando Chloe se pone a abrir otra cerradura con la horquilla, Nadine se adelante y rompe un cristal de un codazo para no perder el tiempo) pero se compenetran a la hora de escapar y luchar. ¿Qué buscan en una India en plena guerra civil? El Colmillo de Ganesh, una reliquia de inmenso valor. Para encontrarlo habrá que sortear infinidad de peligros, resolver rompecabezas y demostrar buena puntería y habilidades acrobáticas fuera de lo común. Chloe y Nadine aumentan así, y a lo grande, la nómina de heroínas de videojuegos, en la que destacan, sin ánimo de exhaustividad, Lara Croft, Jodie Holmes ( Beyond: Dos almas), Jill Valentine ( Resident Evil), Ellie ( The Last of Us), Faith ( Mirror's Edge), Aloy ( Horizon Zero Dawn), Lightning ( Final Fantasy XIII), Evie Frye ( Assassin's Creed Syndicate) o Anya ( Gears of War).

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