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EMILIO HUERTA RODRÍGUEZ, "TRIQUI" | Sindicalista

"Iba para perito, pero no me dejaron hacer la reválida"

"Como secretario de organización me tocó crear la estructura de CC OO en Asturias; lo más problemático fueron las uniones comarcales"

El futuro sindicalista, con un grupo de amigos en su juventud: Huerta es el segundo por la derecha.

Emilio Huerta, "Triqui", es historia viva del sindicalismo asturiano. Fue una figura clave en la construcción y consolidación de Comisiones Obreras, organización de la que fue secretario general en Asturias entre 1981 y 1994. Años después, ya jubilado de Ensidesa, volvería a la política como concejal en el Ayuntamiento de Oviedo. En esta primera entrega de sus Memorias, "Triqui" habla de su juventud, de su entrada en Ensidesa y de sus inicios en el mundo sindical.

Grado. "Nací en Grao, el 14 de marzo de 1945. Estudié en el colegio público, lo que llamábamos 'el Grupo', y luego pasé al colegio Sagrado Corazón de Jesús, que tenía una preparatoria. De crío, yo era muy inquieto, siempre andaba de acá para allá, jugando todo el día. Había un perro que se juntaba a mí todo el día y tan pronto estábamos en una punta de Grao como en la otra, tanto el perro, que se llamaba 'Triqui', como yo. Hasta que murió el perro y quedé yo".

Ensidesa. "Yo estudiaba muy bien y me daban una beca para hacer el Bachiller, pero opté por la vía laboral. Había un profesor en La Mata, Eusebio, que trabajaba en Trubia y preparaba muy bien a los alumnos para los exámenes de aprendiz. Yo me presenté y saqué el número dos en Trubia y el tres en Avilés. Como se ganaba más en Ensidesa, opté por Ensidesa. Y mira lo que es la vida: recuerdo que vino el padre del que había quedado el 21.º en Trubia, donde sólo había 20 plazas. Era de Bayo, y vino a intentar comprar a mi padre para que yo cogiera la otra. Le dijeron que hablara conmigo y yo le dije que tenía dudas, pero que no quería saber nada de dinero. Al final opté por Ensidesa y, lo que es la vida, ése que entró el 21.º, a partir de dos meses o tres ya era el número uno en Trubia".

Fútbol. "De joven yo jugaba al fútbol, siempre fui muy aficionado. Era bastante malo, pero tenía mucho genio y mucha velocidad. Jugué con la Juventud Asturiana, donde me entrenó Casas, que fue el que hizo el gran equipo del Sporting, el de Enzo Ferrero. Era un ojeador extraordinario. Cuando cumplí 18 años y dejé de ser juvenil fiché por el Mosconia, que de aquella se llamaba Grado Club de Fútbol. Esto era porque en la época anterior había quedado endeudado y tuvo que cambiar de nombre. Era el año 63. Después de la mili, ya con 23 años, jugué un año y punto. Pero he sido aficionado toda la vida, del Barça y del Sporting. Y ahora prácticamente sólo veo al Barça, cuando lo televisan. Salvo, lo reconozco, los partidos Madrid-Barça: tengo que grabarlos porque no soy capaz de verlos en directo, de los nervios. De guaje, me tocó la época de ver al Madrid triunfador toda la vida, y nosotros sufriendo. Por eso, al Madrid aún hoy le tengo pánico. Y el miedo escénico, eso que decía Valdano de los que juegan en el Bernabéu, lo tengo yo".

Maestría. "Como decía, yo me fui para Ensidesa porque se ganaba más. A los tres meses de estar allí te hacían un examen y, según lo que sacaras, tenías la opción de escoger oficio. Y claro, de aquella los privilegios eran para empleados, como los de laboratorio. Yo saqué el número uno y escogí química para ir al laboratorio, porque como empleado tenías más vacaciones, más días de permiso, menos descuento en las bajas, jornada normal sin turnos? era una discriminación que había entre el empleado y lo que se llamaba obrero. De aquella, hacías la oficialidad en la escuela de aprendices y te examinabas en las escuelas de maestrías, era lo que llamábamos la 'reválida', que con la preparación que teníamos los aprendices de Ensidesa, o los de La Vega, lo sacábamos bien, porque había mucho nivel. Y de ahí mucha gente iba a Peritos, y después salían ingenieros. Pero nos pasó un caso de la hostia. En mi promoción hubo unos robos de bobinas de cobre. Fue una serie de gente a los que, además, cazaron. Pero aquellos profesores tuvieron muy poca sensibilidad, algo que yo les echaría en cara años después, y nos castigaron a todos: prohibieron a toda la promoción hacer el examen. Tuve que volver a empezar desde cero en la escuela de maestría. Hago primero, segundo, llega la mili y me corta, me caso en medio, después volví y cuando saqué por fin la maestría industrial era el mayor de la promoción. Hice eléctrico. Al cabo de muchos años, cuando volví a Ensidesa después de estar en el sindicato, terminé de maestro y me jubilé de maestro industrial. Pero de no ser por aquel castigo, tal y como estudiaba, hubiera hecho lo de todos: de ahí a Peritos, y de Peritaje a Ingeniería".

CC OO. "Llevaba ya varios años en Ensidesa y en el 73 me vino a buscar Manuel Ángel Menéndez Quintero, que era el responsable político del Partido Comunista en Avilés. Entré en el partido e inmediatamente, en menos de dos meses, me metieron a formar parte del consejo regional de Avilés, fue meteórico. Y al poco tiempo, Gerardo Iglesias, que era, digamos, el coordinador de la gestora de Comisiones Obreras de Asturias, que había en la clandestinidad, me vino a fichar porque me quería llevar de secretario de organización con él. Gerardo había salido ya de la cárcel, hablamos del 75 o 76. Al poco salieron los del 'Proceso 1.001', incluso nos tocó ir a Mieres a buscar al tren a Juan Muñiz Zapico, 'Juanín', al que yo ya conocía de aquella".

Compañeros. "En aquella época también se incorporó al sindicato José Sierra, que estaba en el laboratorio y era de un curso antes que el mío. Sierra acabó siendo alcalde de Grao. A mí, de aquella, también me quería coger la UGT, pero yo por alguna gente que conocía de la fábrica, pues me caían mejor los de Comisiones. Y además, había empezado a leer sobre el 'Proceso 1.001', y al entrar en el partido me tocaron las movilizaciones de la 'Marcha verde', que fue un hito histórico para Ensidesa. En mis inicios me valió mucho el ejemplo de una persona: José Manuel Díaz, un allerano al que de mote llamaban 'Napoleón'. Era un estratega dentro de lo que era el movimiento obrero. Y otra persona que me entusiasmó fue Mario Huerta, pero no el Grao sino el antiguo, que ya murió. Trabajaba en la fábrica de Trubia y fue uno de los que se movilizó en el 34. Era un hombre de una visión sindical maravillosa".

Perlora. "'Juanín' estaba predestinado a irse a Madrid, era el pensamiento de Marcelino Camacho y de toda la dirección: iba a ser el secretario de formación de la confederación. 'Juanín', en el fondo, estaba predestinado a ser el sustituto de Camacho, si hubiera seguido con vida. Todo eso lo truncó el accidente. Y Gerardo Iglesias iba a ser el dirigente en Asturias, porque ya había de aquella, digamos, una pugna con Tini Areces. Gerardo Iglesias era un dirigente muy pegado al terreno, muy intuitivo, cazaba muy bien las movilizaciones. Que eran cosas que Tini no tenía: él era un tío muy trabajador, muy orgánico, muy de abarcar todo y tal, pero no tenía, para mí, el olfato político que tenía Gerardo. Aquello era un momento de tensiones donde el hombre de Horacio Fernández Inguanzo era Gerardo. Luego vino lo de Perlora y fue cuando Gerardo Iglesias tuvo que hacerse cargo del partido en Asturias. Fue cuando pasó para secretario general de CC OO en Asturias Francisco Javier Suárez. Y yo seguí siendo secretario de organización con él".

Estructura. "En esa época de Suárez montamos el sindicato, la estructura. Prácticamente la estructura del sindicato de la unión regional de CC OO de Asturias me tocó hacerla a mí, como secretario de organización. Cogimos casi el modelo del Sindicato Vertical: al ser todos sindicalistas que habían participado en el Vertical, la experiencia estaba ahí, y un poco los sectores eran casi los que había en el Vertical. Donde más problema tuve fue en hacer las uniones. Por ejemplo: con sitios Teverga, Oviedo y Trubia, era más fácil, pero al querer unir Cangas de Narcea con Tineo, te mataban. Porque todos querían su sede. En hacer las comarcales tardamos un año, y de aquella la estructura más fuerte de los sindicatos eran las uniones. Aunque nosotros sabíamos que en el futuro lo potente iban a ser los sindicatos y las federaciones. Y un tema gordo que tuvimos aquí fue siempre la minería, por el modelo del SOMA: siempre hubo la tentación de querer tener en CC OO esos privilegios de los que gozaba el SOMA dentro de la UGT. A lo Villa. Hubo ciertos conflictos con Marino Artos por este tema, aunque no fructificaron".

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