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ANA MULLER | Fotógrafa | Autodiscografía

"Ángel Álvarez y su 'Vuelo 605' ponían la banda sonora a mis sueños adolescentes; ahí conocí a Timi Yuro y a otros intérpretes americanos"

"Ángel Álvarez y su 'Vuelo 605' ponían la banda sonora a mis sueños adolescentes; ahí conocí a Timi Yuro y a otros intérpretes americanos"

La fotógrafa Ana Muller empieza su "Top diez" con una de esas baladas profundas que evocan el guateque con clase estadounidense. Comienza con "Hurt", que es una pieza que hace viajar entre la gran voz (a veces el relato interpuesto) de Timi Yuro. Maravilla de recuerdo para cualquier recuerdo. Algo similar le ocurre con "Crazy" de Patsy Cline, tan cantada y desde tantas modulaciones. Entre estas dos canciones se cruz "Good vibrations", la pieza de "Beach Boys", que ya apareció en más de una ocasión como mejor single de la historia pop/rock. Título que se puede firmar y aplaudir. Es además una de esas canciones de la revolución sonora de los sesenta a la que tanto se debe. Ana Muller reparte su banda sonora con una dosis de la música popular que radiaba el grandísimo Ángel Álvarez, ovetense de la calle Mon y gran voz de la radio en España. Aun más, fue quien importó lo más granado de los nuevos movimientos musicales estadounidenses. En realidad fue quien inventó la radio musical de autor en España.

Hay otra parte entre las canciones elegidas por Muller que hacen una parada en el jazz o mejor en grandes del jazz, poniendo voz en clásicos tal que "Begin the Beguine", caso de la gran Ella Fitzgerald, aunque, como relata Ana Muller, hay varias versiones más donde elegir y quedar igualmente encantado. Hace una comparación con el jazz contemporáneo de Melody Gardot, de la que dice que se quedaría con todos sus elepés y además le concede el honor de ser la Fitzgerald de ahora.

No se olvida de las figuras que están en la mente de todas las generaciones, tipo Dean Martin, del que elige "Senza fine". Y ciertamente su voz profunda (no grave, profunda y emotiva) mueve los oídos más insensibles. Finalmente tiene en su lista de reproducción una serie de obras mágicas (o más que mágicas) de la música clásica.

Dice Ana Muller que "en esta lista faltan Italia, Francia y España, que también han sido importantes" en su banda sonora, "pero de pedirme cien favoritas, ¡seguirían siendo pocas!".

Ahora bien, con éstas que la fotógrafa desvela a los lectores de LA NUEVA ESPAÑA se puede uno perder por el mundo sumergido entre maravillosos discos y canciones que han dejado una profunda huella en muchos corazones.

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