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La historia de Asturias está enterrada

En el aniversario de la Monarquía asturiana se abre un enorme agujero histórico: no hay excavaciones arqueológicas desde hace casi tres décadas para ampliar el conocimiento aún escaso de una época capital de nuestra historia que, además, se está quedando sin especialistas

La historia de Asturias está enterrada

"En el estudio del Reino de Asturias, sólo con las fuentes escritas no vamos a dar un paso más. Pero en el ámbito de la arqueología queda mucho por hacer". La sentencia pertenece a Francisco Javier Fernández Conde, catedrático emérito de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, aunque son muchos los historiadores y los arqueólogos que la suscriben. El problema es que las excavaciones escasean, sobre todo aquellas campañas más ambiciosas, las que podrían realmente arrojar luz sobre un periodo de la historia de Asturias, acaso el más importante, pero del que sabemos poco.

Cuando hablamos del Reino de Asturias, estamos asistiendo al fin de la historia. No en el sentido hegeliano del concepto, sino en el literal: ya no se hace historia. O al menos, no la historia que se precisa, que es la que requiere superar las crónicas y los textos de los pioneros. La Universidad de Oviedo no cuenta apenas con expertos en la materia, y el número de tesis que se han leído sobre cualquier aspecto relativo a ese periodo de la historia de Asturias en los últimos cuarenta años se pueden contar con los dedos de una mano. Y sobran.

Pero quizá lo más grave, el principal freno al avance de los estudios históricos, es la ausencia de campañas arqueológicas: en el último cuarto de siglo, se ha avanzado a impulsos, a iniciativa de mecenas privados, organismos locales o entidades foráneas. La Administración autonómica no ha impulsado ninguna excavación de calado, más allá de las obligadas por ley, y se limita a ser un actor secundario, un colaborador. Una situación que, en el actual escenario de contracción, se ha vuelto dramática.

"Cero, o próximo a cero". Ése es, a decir de varios arqueólogos, el volumen de excavaciones arqueológicas que la Consejería de Educación y Cultura ha impulsado en los últimos años. En este punto no se habla exclusivamente del Reino de Asturias, donde la intervención de referencia sigue siendo la de San Miguel de Lillo, de 1991. La crisis y otros factores han llevado a un escenario de parálisis casi total. "La crisis ha influido en todos los ámbitos de la gestión del patrimonio cultural, y la arqueología no se ha quedado al margen de esta dinámica, especialmente evidente en la arqueología de gestión, muy vinculada a proyectos de inversión y a obra pública", concede Otilia Requejo, directora general de Patrimonio del Principado y arqueóloga de profesión. "En el caso de la investigación", continúa, "aunque ha descendido, se mantiene un numero razonable de proyectos en Asturias, impulsados por diversas universidades y ayuntamientos".

Como indica Requejo, sólo la iniciativa de algunos ayuntamientos o entidades permitirá lanzar excavaciones arqueológicas este verano. El Ayuntamiento de Llanera prepara sondeos en sus cuevas paleolíticas y un proyecto para buscar los restos de Lucus Asturum, en La Morgal. En Andallón (Las Regueras) se ha hallado recientemente un mosaico romano, en otra intervención financiada por el Ayuntamiento. Rogelio Estrada comenzará, en los próximos días, a excavar el entorno de la isla del Monasterio, en la ría de Villaviciosa, en la que es la única campaña arqueológica relacionada con el Reino de Asturias para este año, y que cuenta con financiación privada: la que aporta la Asociación de Amigos del Paisaje de Villaviciosa "Cubera". El año del triple aniversario de Covadonga, para el que el Principado, el Ayuntamiento de Cangas de Onís y el Cabildo de Covadonga han organizado un programa de actos que incluye exposiciones, conferencias, actividades deportivas y hasta un ciclo de cine. Todo actividades divulgativas, nada que ayude de forma efectiva al avance del conocimiento de la historia. Pasará el aniversario y Pelayo seguirá siendo un gran desconocido.

Las ayudas a las actividades arqueológicas que impulsa este año el Principado se reducen a 50.000 euros. "La propia creación de esta línea de subvenciones constituye una apuesta clara por el apoyo a la investigación arqueológica para responder a la demanda de ayuda por parte de los arqueólogos profesionales", sostiene Requejo. "Es un cambio respecto a lo que se venía produciendo en los últimos años, en los que no había partida alguna, pero da para lo que da. Si quitas el 21% de IVA, como máximo podrás ayudar a tres o cuatro excavaciones", añade el arqueólogo Rogelio Estrada. Su caso es paradigmático: profesional independiente, con una prolongada trayectoria a sus espaldas, ha puesto su sello en algunos de los descubrimientos más relevantes de la última década, desde la fuente de la Rúa hasta el yacimiento visigodo de Argandenes, en Piloña. Pero le cuesta encontrar financiación. "El problema principal de la arqueología es que no hay trabajo, estamos en una crisis continua de la que no salimos. Los que seguimos en ello lo hacemos a título personal y de forma desinteresada, poniendo el trabajo de nuestra parte", reflexiona Estrada.

Más allá de un apoyo puntual o un capítulo en los Presupuestos, los arqueólogos echan en falta un plan global, un programa de actuaciones con solución de continuidad y objetivos claros. A la hora de buscar actuaciones de referencia, arqueólogos e historiadores coinciden en la iniciativa del Ayuntamiento de Gijón para recuperar su pasado romano en los años noventa del pasado siglo. "Fue la voluntad política de un alcalde que propició un proyecto prolongado y excavaciones bien dotadas. Como política arqueológica, es insuperable, más allá de que yo coincida con sus conclusiones", sostiene César García de Castro.

El también arqueólogo Ángel Villa aprecia un déficit en la visión de la clase política respecto a la función que ha de tener la investigación: "Hay un problema de fondo, que es que la rentabilización social de las investigaciones históricas y de las excavaciones arqueológicas. Ahora eso se asocia a una rentabilización turística, por lo que no interesan los proyectos de largo recorrido, que exigen compromisos". Aparte, Villa considera que administrativamente se debería enfocar este tipo de intervenciones con una visión de conjunto: "El ejemplo claro son las excavaciones en cascos históricos: no se pueden compartimentar en parcelas, se tiene que afrontar como un yacimiento único. Pero sigue primando la segmentación".

En el caso de las excavaciones relacionadas con el Reino de Asturias, Otilia Requejo defiende la línea seguida por la Consejería de Educación y Cultura, vinculada esencialmente a la restauración monumental: "Las intervenciones en el periodo altomedieval han estado vinculadas a los proyectos de restauración, principalmente de iglesias, que han permitido que sea uno de los ámbitos de investigación pioneros y más fructíferos en Asturias". Requejo alude también a las excavaciones del castillo de Gauzón, impulsadas por el Ayuntamiento de Castrillón y que han sido "objeto de atención preferente" por parte de la Administración autonómica. Requejo anticipa además nuevas intervenciones en ese yacimiento para este año.

Los expertos no comparten esta visión. "No hay excavaciones de la Alta Edad Media en Asturias, y es una situación bastante anómala que atravesamos desde hace tiempo", afirma el historiador del Arte Lorenzo Arias, el único investigador especializado en Prerrománico de la Universidad de Oviedo. El que no haya una escuela de investigadores centrada en esta época en la institución es otra singularidad: "Es también bastante anómalo", reconoce Arias.

Además, los expertos inciden en la necesidad de poner en común de todos los datos sería clave para desentrañar los misterios de muchas épocas históricas, especialmente de la época del Reino de Asturias. En la Dirección General de Patrimonio han entrado cientos de expedientes con datos dispersos que, de ponerse en común, podrían ser muy relevantes. "Lo que le hace falta a esa época, y al arte Prerrománico, es verlo a escala de Gobierno, y no a escala de servicio. No puede ser que en la Administración entren miles de expedientes y no se discrimine aquellos que estén relacionados con el Prerrománico. Hace falta un organismo que mastique todo eso, que lo tabule, lo ordene, lo analice y lo sintetice", reclama García de Castro.

Otilia Requejo protagonizó una intervención de esta índole antes de su nombramiento como directora general de Patrimonio: el proyecto "Oviedo Redondo". "Fue impulsado por la Consejería de Cultura y supuso la sistematización de la información procedente de un significativo número de expedientes de las intervenciones realizadas en el conjunto histórico de la ciudad de Oviedo entre 1985 y 2010. Sería deseable completar este trabajo, no sólo sobre el total de las actuaciones realizadas en Oviedo, sino en el conjunto de núcleos históricos de Asturias", defiende Requejo.

Las esperanzas del Gobierno autonómico están puestas en el Libro Blanco del Prerrománico, que se presentará en julio y en el que Requejo asegura que "se contemplará el impulso a la investigación arqueológica". Los arqueólogos y los historiadores esperan que efectivamente sea así y poder dar ese "paso más" que les permita desentrañar todos los misterios de nuestro pasado.

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