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Los héroes del siglo XXI llevan bata blanca

Los niños asturianos aplauden la labor de los científicos galardonados con el premio “Princesa de Asturias” de Investigación

Covid

Katalin Karikó, Drew Weissman, Philip Felgner, Ugur Sahin, Özlem Türeci, Derrick Rossi y Sarah Gilbert eran unos absolutos desconocidos para los niños asturianos, ahora son “Los 7 magníficos científicos”, las mujeres y los hombres que desarrollaron la vacuna contra el covid-19, ese virus que ha puesto en jaque a la humanidad desde principios del año pasado. Ese trabajo les ha supuesto ser galardonados con el premio “Princesa de Asturias” de Investigación Científica y Técnica, pero lo más importante, se han convertido el ídolos de los más jóvenes, que los consideran más importantes que cualquier jugador de fútbol, cantante o actor.

La Fundación Princesa de Asturias, dentro de su programa “Toma la palabra”, propuso a los colegios, institutos y centros de formación profesional de toda Asturias que los alumnos trabajasen sobre la figura de los investigadores.

Los más pequeños, los alumnos de Primaria tenían que hacer un dibujo las vacunas o la contribución de cada uno de los premiados al desarrollo de algunas de las que han permitido combatir la pandemia. Los mayores, ya en la ESO o Bachillerato, debían hacer un vídeo explicando la vacuna y hablando sobre los científicos.

Lorenzo Rodríguez, alumnos del colegio Dulce Nombre de Jesús (Dominicas) en Oviedo, lo resume a su manera y explica que “teníamos que dibujar a los científicos y al covid en distintas situaciones, como por ejemplo los científicos luchando contra el covid y el covid en la cárcel”. Su compañera Lara Álvarez dibujó “una caja fuerte con el ADN y un soldado protegiéndola para que no entre el virus”. Otro de los alumnos de las Dominicas, Jaime Garzón, representó el triunfo de la vacuna sobre el virus “en un dibujo en la que la vacuna es mucho más grande que el virus”. Jorge Pequeño, Gonzalo Moro y Mar de Aspe también hicieron sus dibujos. En la ESO del mismo colegio, Jimena Merino e Irene Rodríguez hicieron “vídeo de agradecimiento por todo el trabajo que han hecho creando la vacuna”.

Todos los estudiantes coinciden en que el premio es más que merecido, y además, ahora, reconocen que les gusta mucho más la ciencia.

El colegio Clarín de Gijón a la mayoría de los alumnos de la clase de cuarto B, de ocho y nueve años, se sumaron al proyecto. “Los 7 magníficos”, les ha despertado vocación científica. La gran mayoría levantan la mano cuando se les pregunta quiénes quieren seguir sus pasos.

Martina Rodríguez señala que “nos han salvado la vida, porque si no el virus seguiría matando a gente y a los seres queridos. Con lo que han hecho en el colegio “descubrimos que la ciencia es muy importante y sin ella el mundo sería muy triste y casi no habría gente, porque mucha se moriría por las enfermedades”, dice Mateo Zamora.

Alumnos del colegio Salesianos de Avilés que participaron en el programa “Toma la palabra” de la Fundación Princesa de Asturias. | LNE

Alejandra Ruán va más allá y afirma que “son unos genios, se merecen algo más que un premio, porque han salvado a un montón de gente. Sin ellos, a saber qué hubiera pasado”. ¿Qué más se pueden merecer que el premio “Princesa de Asturias”?.

Los pequeños también son muy críticos con los detractores de las vacunas, tras participar en este proyecto. En palabras de Valeria Porrero, “piensan que el coronavirus es una especie de juego y no es así, porque es muy peligroso”.

Los pequeños también son muy críticos con los detractores de las vacunas, tras participar en este proyecto. En palabras de Valeria Porrero, “piensan que el coronavirus es una especie de juego y no es así, porque es muy peligroso”.

Nicolás Asenjo, del colegio de Caborana (cabecera del CRA Maestro José Antonio Robles de Aller), resume, rotundo, todo lo que ha aprendido en la actividad: “¿Cómo no les van a dar un premio? Es que salvaron a la gente”.

Los chavales ven en los investigadores de las vacunas contra el covid-19, premio “Princesa de Asturias” de Investigación Científica y Técnica, a auténticos héroes: “Son más importantes que los futbolistas, los cantantes y los que hacen películas”, explica Gabriella Milenova.

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Algunos dibujaron al covid-19 con cara de malo. Otros, el “libro” del ADN: “Es donde la vacuna escribe el manual de instrucciones para matar al covid-19”, explica, muy serio, Pablo García. Al fondo del laboratorio, Yanira Jiménez levanta la mano: “Yo lo que dibujé fue a uno de los científicos y a Sarah Gilbert, porque ya nos explicó la profe que hay muchas mujeres científicas”.

La “profe” es Andrea Logares, tutora del curso. Ella se encargó de coordinar la actividad: “Me pareció una forma diferente de enseñar ciencia a los niños, estoy muy contenta con el resultado. Todos trabajaron mucho”. Ahora, los chavales recuerdan los nombres –al menos, el nombre de pila– de todos los investigadores. Y algunos, como Aitana Martín, piensan ya en dedicarse a la ciencia. ¿Por qué? Ella ladea la cabeza, y responde: “Porque es un trabajo bonito y puedes ayudar a la gente a salir de una pandemia”.

Alba Domingo, estudiante de cuarto de la ESO del IES Astures, de Lugones, tiene dudas sobre si estudiar biología o servicios sociales; “dos cosas muy diferentes”. Pero, desde que comenzó el curso, en el que trabajó en su asignatura de Cultura Científica en la realización de un vídeo sobre Ugur Sahim y Ozlem Türeci, y las vacunas de ARNm está más cerca de lo segundo. “Aún no lo sé. Aprendí cosas de sus vidas, sobre todo”, cuenta. A Nicolás Menéndez, sin embargo, como está en segundo de la ESO no le tocaba hacer ese trabajo, pero se enteró de en qué consistía la actividad, le gustó y pidió hacerla. Y, durante algo más de un minuto, explicó las vacunas y su funcionamiento, yendo hasta el HUCA para grabarlo. También las experimentó. “Yo me puse la segunda dosis y tuve 39,5 de fiebre y muchísimo dolor de cabeza”, indica. El truco, según Alba Domínguez, es tomarse una pastilla antes y después; no hay un ápice de negacionismo en ellos.

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