Por qué no vienen a estudiar a la Universidad de Oviedo: las malas comunicaciones alejan de Asturias a los universitarios

Cinco alumnos universitarios contentos con la comodidad y las salidas de la elección académica en la región señalan como inconvenientes el mal tiempo, la escasa promoción y la competencia de las grandes ciudades

Un alumno en una clase vacía de la Universidad de Oviedo

Un alumno en una clase vacía de la Universidad de Oviedo / Miki López

Mónica G. Salas

Mónica G. Salas

La falta de promoción, las malas comunicaciones con otras regiones, la fama de que hace mal tiempo y la competencia de grandes ciudades universitarias son las principales razones por las que Asturias es poco atractiva para los universitarios dentro de España, según los jóvenes que vinieron a estudiar a la Universidad de Oviedo procedentes de otras comunidades. 

El último informe del Ministerio sobre «Datos y cifras del sistema universitario español», referido al curso 2021-22, recoge que el Principado únicamente capta al 1,9% de los estudiantes que hacen la EBAU en Cantabria, y al 1,1% de los que se examinan en Castilla y León. Por contra, Asturias pierde al 16,6% de sus bachilleres. 

Por todo esto, por la escasa captación también de estudiantes extranjeros y por la caída demográfica, nuestra comunidad tiene una de las tasas más bajas del país en ocupación de grados. 

LA NUEVA ESPAÑA reúne en este reportaje los testimonios de cinco jóvenes de regiones vecinas que están matriculados en la Universidad de Oviedo. 

Paula Gutiérrez tiene 21 años, es de Cantabria y estudia cuarto del doble grado de ADE y Derecho en Asturias. «En un principio no fue la Universidad de Oviedo lo que me trajo hasta aquí. Había estado con 15 años en Estados Unidos, me gustó la experiencia y quería independizarme. Conocía Oviedo y era una ciudad que me gustaba mucho». 

En su comunidad no había tanta experiencia como en Asturias en la impartición de la titulación que quería estudiar, lo que también hizo que se interesase por la Facultad de Economía y Empresa, en la que asegura estar, después de cuatro años, «muy contenta». 

«A mi madre, que conoce a profesores de la Universidad de Cantabria, le habían hablado muy bien de los docentes de aquí. Y eso me animó más», apunta la joven, remontándose al primer año, 2019. 

Buceando un poco en internet, Gutiérrez descubrió que la tasa de inserción laboral de su Facultad es muy alta y que «se hacen muchas prácticas de empresa». La decisión estaba clara. Y no se equivocó. 

«Mi centro tiene una gran proyección internacional. El año pasado conseguimos la acreditación AACSB y somos los únicos, junto a la madrileña Carlos III, en tenerlo dentro de universidades públicas españolas. Eso para nosotros es genial». 

De izquierda a derecha, los alumnos Gonzalo Gegunde, María Fernández, Javier Sánchez, Nancy Pasarín y Paula Gutiérrez. | LNE

De izquierda a derecha, los alumnos Gonzalo Gegunde, María Fernández, Javier Sánchez, Nancy Pasarín y Paula Gutiérrez. | LNE

Gutiérrez también valora de la Universidad de Oviedo el programa de «mentoring» que ofrece la asociación Compromiso Asturias XXI, en el que participará este año. «Personas que ahora ocupan altos cargos y que en su día fueron estudiantes de esta facultad nos ayudarán en nuestra carrera profesional. Muy pocos saben que existe esto y es una pena», remata. 

Para la joven cántabra, una de las razones por las que los estudiantes de fuera no eligen Asturias son las malas comunicaciones: «El AVE llega a muchos sitios de España y en el Norte seguimos teniendo muchas carencias». 

Otro motivo es que los universitarios que deciden salir de su región se decantan por destinos con más fama universitaria como «Salamanca, Madrid o Valencia». Contra esos gigantes, Oviedo lo tiene difícil. 

Javier Sánchez Ruiz también es cántabro, de Torrelavega, tiene 18 años y estudia primero del grado de Economía en la Universidad de Oviedo. 

«No tenía problema en salir de la región, pero tampoco me lo había planteado», afirma. Hasta que se informó sobre la Facultad de Economía y Empresa. «Vi que tenía mucha tasa de empleo y que acababa de recibir una acreditación internacional muy prestigiosa que solo tienen las mejores escuelas de negocio del mundo». 

Aprovechando que le «pillaba cerca», hizo las maletas. «Estoy muy bien en la facultad. Nos tratan bien y he confirmado que lo que estudio es lo que me gusta de verdad». 

Sobre la escasa atracción de Asturias como destino universitario, Javier Sánchez cree que se debe en parte a la falta promoción. «Tienen que hacer publicidad de todo lo bueno que tienen. Las cifras de empleo que posee la Facultad de Economía y Empresa no las supe hasta que me puse a investigar. Pero si no me llego a querer informar, no me hubiese enterado». 

Gonzalo Gegunde Vecino es de Ribadeo (Lugo), tiene 20 años y está en tercero del grado de Filosofía. Aunque estudia en la Universidad de Santiago de Compostela, eligió Asturias como destino dentro del programa de movilidad SICUE, algo así como el «Erasmus» nacional.

«Ninguno de mis compañeros de Universidad se quedó en el norte, eligieron otros destinos con mejor tiempo como Madrid o Andalucía. Quizás eche para atrás eso: el tiempo. Yo, sin embargo, preferí simplemente hacer un cambio de aires». Mudándose a la comunidad vecina. 

Universidad de Oviedo

Universidad de Oviedo / Miki López

Las buenas referencias de la Facultad de Filosofía y Letras también pesaron. «Me la recomendaron y yo soy de Ribadeo, de donde era Alfredo Deaño, alumno de Gustavo Bueno. Me interesa esta figura y ya tengo decidido que voy a dedicar a ello mi trabajo fin de grado. Y aquí hay profesores que estuvieron en contacto con él y que me pueden aportar mucha información». 

Nancy Pasarín Lavín es de Villablino (León), tiene 19 años y está en segundo de Pedagogía. Acabó en la Facultad de Formación del Profesorado y Educación, tras solicitar plaza en media España, a la vista «de la subida de las notas del corte» y decantarse, en la criba final, por Asturias en vez de por Salamanca.

«Asturias me quedaba más cerca de casa, tengo a una hermana que vive en Oviedo desde hace 12 años y veraneé de pequeña en la región». La Universidad de Oviedo ganaba por goleada. 

Pasarín cree que uno de los factores que echan para atrás a los alumnos de otras comunidades es la fama que tiene la institución asturiana de ser «estricta», cañera.

«Además, en función de la carrera que quieras estudiar, ir a Madrid por ejemplo, te puede abrir muchas puertas el día de mañana para trabajar». No obstante, la mayoría de sus compañeros de clase optaron por Salamanca. «También, tras la pandemia, hay ganas de socializar al máximo y salir». 

María Fernández Ramos es de Toledo, tiene 22 años y este año acaba el doble grado de Física y Matemáticas. No conocía Oviedo, pero al final la carrera le trajo hasta la capital asturiana. 

«Mi idea inicial era estudiar en Madrid Física o el doble grado. De hecho, en Física me llegaron a coger en Madrid. Pero al final me pareció mejor apostar por el doble grado y entré en las universidades de Oviedo y de Santander. Si la nota de corte en Asturias quedó en un 13,2, en Madrid era de un 13,8». 

Entre Santander y Oviedo, ganó Asturias. «Venía de una ciudad pequeña y Oviedo lo era y tenía la sensación de que los asturianos son más majos. No me equivoqué». 

Lo que falla en el Principado es, según Fernández, no la Universidad de Oviedo, sino las conexiones. «Hay muy mala comunicación con el resto de comunidades. Tardo cinco horas en llegar a mi casa. Si tienes una opción de región con mejores conexiones, al final te decantas por ella». 

Respecto a la Universidad solo tiene buenas palabras: «Es muy familiar y ese es un punto a su favor. Estoy muerta de pena por tener que marcharme este año».

Asturias perdió en la última década 5.659 universitarios, más que toda la población de Nava

Asturias perdió en la última década, fruto de la crisis demográfica, más universitarios que habitantes tiene Nava. En concreto, 5.659 estudiantes si se comparan los datos de matrícula del presente curso, 2022/23, con 18.933, y los del año académico 2012/13, cuando había 24.582. 

Si se va más atrás, la pérdida de alumnos se acentúa. En el curso 2010/11 había 25.670 matriculados; en el 2007/08, 27.878... Estos datos demuestran que la Universidad de Oviedo cada vez es más pequeñita. 

El Principado es ya la quinta comunidad que menos universitarios tiene, tras Extremadura, Navarra, Cantabria y Baleares, según datos del Ministerio. La Rioja, por ejemplo, que tiene mucha menos población que Asturias, cuenta hoy en día con 24.558 estudiantes, gracias al crecimiento de las universidades privadas. Si solo se tienen en cuenta las públicas, La Rioja se queda en 3.563. 

De los 18.933 alumnos que tiene hoy la Universidad de Oviedo, y según los datos facilitados por el Rectorado el pasado mes de septiembre, 16.224 son de grado, 1.496 de máster y 1.203 de doctorado. 

Asturias no está sola en pérdida de matrículas. Le acompañan, atendiendo a las estadísticas del Ministerio de Universidades y tomando como referencia los cursos 2021/22 y 2015/16, otras seis comunidades. Son Galicia, Aragón, Cataluña, Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha. En otro lado de la tabla, el caso más destacado vuelve a ser el de La Rioja, que pasó de 15.010 estudiantes a más de 24.000. 

Unido a la crisis demográfica, el último informe del Ministerio «Datos y cifras del sistema universitario español», referido al curso 2021/22, reflejaba que Asturias, y en consecuencia la Universidad de Oviedo, tenía poco poder de atracción de jóvenes de otras comunidades o del extranjero. 

Dentro del mapa nacional solo atrae al 1,9% de Cantabria y al 1,1% de Castilla y León. Con respecto a estudiantes foráneos, Asturias está a la cola empatada con Extremadura, con un 1,4% del total de matriculados en grado. 

Este porcentaje no incluye a los estudiantes «Erasmus», sino a los que se matriculan de forma ordinaria y no hacen solo un curso aquí sino la carrera entera. En primer lugar está Navarra, con un 11,1%, mientras que la media nacional es del 4,5%. Comunidades vecinas como Cantabria, el País Vasco o Galicia tienen mejores porcentajes que nosotros, del 5,9, 2,7 y 2,3, respectivamente.

¿Cómo han evolucionado esos datos en el tiempo? Según el informe del Ministerio del curso 2020/21, pero que hace referencia al año académico anterior, en la Universidad asturiana entraban más estudiantes de fuera: un 2,4% de Cantabria y un 1,5% de Castilla y León. Por su parte, el Principado exportaba al 14,7% frente al 16,6% del informe del 2021/22, con datos del 2020/21. El 6,4% se iba a Madrid, el 6% a Castilla y León y el 2,3% a Galicia. 

En internacionalización, Asturias va mejorando poco a poco. En el curso 2019/20 tenía una tasa de matrículas ordinarias de estudiantes de otros países del 1,2%, frente al 1,4% actual. Era el peor dato de España. En el 2018/19 esa tasa era del 1%, de nuevo la más baja del país.

En máster, en cambio, los números de extranjeros van bailando: un 12,4% en el 2020/21, un 13,5% en el 2019/20 y un 11,4% en el 2018/19. En alumnos «Erasmus» se van batiendo récords año a año, aunque, por culpa de la pandemia, en los últimos cursos se ha roto esa racha. En el curso del covid se llegaron a los 778. 

En ocupación de grados, y según datos del Rectorado, al menos en los últimos cuatro cursos el porcentaje más o menos se mantiene. Fue del 88,7% en el 2020/21 y del 89,2% en el 2017/18, pero entre medias hubo 87,4% en el 2018/19 y 86% en el 2019/20. 

Asturias es la quinta comunidad, después de Extremadura, Canarias, Cantabria y Castilla y León, con menos tasa de ocupación de sus grados. O dicho al revés, la quinta que más plazas libres tiene: más de 10%. Esto se debe a que la política de la Universidad de Oviedo es ofrecer el máximo de vacantes que le autoriza la Aneca por grado. Sin embargo, a la vista de la crisis de población, el Rectorado de Ignacio Villaverde ya ha anunciado que adaptará su oferta de plazas a «la realidad demográfica». 

En abandono de estudios, otro de los apartados en los que Asturias sobresale para mal, los datos han ido a mejor. El último informe hace referencia al curso 2019/20 e indica que el 16% de los estudiantes de grado dejan la carrera en el primer año. En el informe del curso 2016/17 esta tasa era del 20,4 por ciento. 

En cambio de estudios durante el primer curso, los números se mantienen en torno al 11%. Eso demuestra que la orientación en los colegios e institutos quizás esté fallando. 

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