Memorias | Gonzalo González Ramos Fundador de Calzados Casino

"Decidimos ir a Oviedo porque era una ciudad muy elegante"

"Por mucho que haya pasado el tiempo, sigo vivo como escaparatista: este año gané el concurso de escaparates ‘Cofrades de Semana Santa’ de la capital asturiana"

Gonzalo González, en su casa, junto a varias fotos familiares  y un cuadro del pintor Antonio Pedrero.

Gonzalo González, en su casa, junto a varias fotos familiares y un cuadro del pintor Antonio Pedrero. / Irma Collín

Irene Suárez López

Gonzalo González Ramos (Toro, Zamora, 1929) es un personaje querido y apreciado en la sociedad ovetense. "Gonci", como lo conocen muchos, no solo dejó huella por ser el fundador de Calzados Casino sino también por su afición por filmar con su inseparable cámara Canon súper ocho muchos de los grandes acontecimientos de la capital asturiana y de su ciudad natal. "Oviedo y Zamora tienen imágenes mías que son historia", afirma González desde el salón de su casa y rodeado de premios, fotos y todo tipo de recuerdos que marcaron su vida.

Orígenes. "Nací el 10 de enero de 1929 en Toro, un pueblo de la provincia de Zamora. Éramos siete hermanos y yo era el sexto. Mi padre fue uno de esos indianos que en vez de ir a América se fue a probar suerte a Portugal. No le debió de ir muy bien y tuvo que empezar de nuevo en Toro, así que al volver abrió allí una fábrica de calzados llamada ‘El Toro’ con treinta empleados. Cuando tenía 11 años, toda la familia nos trasladamos del pueblo a Zamora para iniciar allí una nueva vida".

Nacimiento de Calzados Casino. "En Zamora abrimos una nueva fábrica y decidimos ampliarla para darle una imagen más novedosa, la llamamos Calzados Casino. Este nombre viene porque en Cuba mis tíos tenían la mejor instalación de calcetines y medias de cristal llamada fábrica Casino, estaba en Santiago de Cuba y las oficinas estaban en La Habana. En todas las revistas de novedad cubanas salía publicidad de las medias de cristal de Casino. Mis tíos se tuvieron que exiliar a Miami durante la revolución y el régimen de Fidel Castro nacionalizó la fábrica. En Zamora la gente pensó que le habíamos puesto ese nombre a la empresa porque la fábrica estaba en frente del casino, pero en realidad no fue así".

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Primera tienda de calzados Casino, junto a la plaza de la Escandalera, Oviedo. | Archivo de G. González / Irene Suárez López

Vida universitaria. "Estudié Comercio y Ciencias Sociales en Salamanca. Por aquella época, éramos una peña de señoritos, de lo mejorcito de la ciudad, e íbamos al casino a bailar y sacábamos a las chicas a la pista. Cada vez que escucho la canción ‘Todo a media luz’, que nos ponían en aquellos tiempos, parece que estoy viendo a mis amigos allá donde estén. De hecho, en su honor hice un escaparate musical años más tarde , con unos discos y varios instrumentos musicales, junto con los zapatos distribuidos en un pentagrama. Al lado, un cartel que decía: ‘La música es un recuerdo, nuestro zapatos, un presente’. Al terminar mis estudios en Salamanca, me fui a hacer las milicias universitarias al Pardo, en Madrid, donde estuve seis meses. Al terminar volví a Zamora".

Amor eterno. "La primera vez que vi a Pilar (Gómez-Sandoval, su esposa) fue en una procesión la Semana Santa de Zamora. Iba con un amigo y le dije, ‘¡vaya chica más guapa!’. Cuando terminó la procesión me acerqué a ella y dos días después, en las fiestas del Cristo de Valderrey, nos hicimos novios. El noviazgo duró un año y luego la saqué del colegio y nos casamos, yo tenía 30 y ella 20. Mis tíos de Cuba vinieron a la boda y nos hicieron el reportaje de fotos en 3D. Nos lo regalaron junto al dispositivo para poder verlas, que sigo conservándolo a día de hoy. Tuvimos seis hijos (tres mujeres y tres varones), todos nacidos en Zamora, y nueve nietos asturianos. Somos una familia muy unida".

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Trabajadores de la fábrica de calzados El Toro, en Zamora. | Archivo de G. González / Irene Suárez López

Búsqueda de un nuevo destino. "Abrimos tiendas de Calzados Casino en Zamora, León, Palencia, Valladolid y Salamanca. En total, 28. Mi padre nos mandó a cada uno de los hermanos a una ciudad y me dijo que no podía quedarme en Zamora con seis hijos. Allí estaba a gustísimo, pero tuve que irme para ampliar el negocio. Recorrimos toda la cornisa cantábrica (Coruña, Bilbao, Santander, San Sebastián, Pamplona…) y fue Esteban Greciet, periodista de LA NUEVA ESPAÑA e íntimo amigo mío, quien me recomendó ir a Oviedo. Le pregunté si allí llovía mucho y me dijo que ni me lo pensara, que fuera para allá. Por él estoy aquí. Antes de mudarnos definitivamente a Oviedo, también barajamos la opción de ir a Madrid. Vimos un local en la calle Carretas, una zona que era, bajo mi punto de vista, de tercera categoría para zapatos Casino, por eso no nos fuimos para allá".

Oviedo, nuevo hogar. "Decidimos ir a Asturias porque Oviedo era una ciudad muy elegante que vestía muy bien y, por tanto, debía calzar como tal. Hay una diferencia brutal de la ciudad de Oviedo de ahora a la de cuando llegamos. Antes era una carbonera, estaban todas las fachadas negras, te caía hollín en la camisa debido a la cantidad de minería y siderurgia que había. Me afinqué en la calle Uría con mi mujer y mis seis hijos, piso en el que sigo viviendo ahora".

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Gonzalo González y su mujer, Pilar Gómez-Sandoval, en su juventud. | Archivo de G. González / Irene Suárez López

Calzados Casino llega a la capital. "Al poco de llegar a Oviedo, montamos la primera tienda de gran categoría en la ciudad. Era un comercio impresionante, tenía dos plantas y estaba situado donde la heladería ‘La italiana’ en la plaza de la Escandalera. Al entrar por primera vez en el local estaba lleno de humedad, así que se lo dimos a Grudisa, una conocida empresa de decoración, para que lo reformase. Lo tiró todo y quedó una tienda nueva preciosa".

Una inauguración por todo lo alto. "El negocio tuvo una acogida maravillosa. El día de la inauguración me metí en el escaparate a las ocho de la tarde y terminé a las once de la mañana. Vinieron todos mis hermanos y mis padres para la inauguración del nuevo Casino... (no le salen las palabras de la emoción). Fuimos toda la familia a comer y celebrarlo en el restaurante ‘La Torre’".

El boom de Calzados Casino. "Abrimos cuatro tiendas en Oviedo y una en la calle Corrida de Gijón, que se cerró posteriormente. En la actualidad, hay tiendas Casino en las calles Palacio Valdés, Independencia y Milicias de Oviedo. Todos mis hijos han pasado por el negocio y siguen en él".

Gonzalo González, en su casa, junto a varias fotos familiares  y un cuadro del pintor Antonio Pedrero. |

Gonzalo González de pequeño, en brazos de su padre, junto al resto de hermanos y familiares. | Archivo de G. González / Irene Suárez López

Escaparatista de profesión. "Zamora fue una de las ciudades de España en la que mejores escaparates se montaban, tanto es así que varios establecimientos tenían su propio escaparatista. Durante toda mi vida, me encargué de la decoración de muchos escaparates de las tiendas Casino en Zamora y Oviedo. De hecho, cuando llegamos a esta ciudad todo el mundo iba a ver los escaparates de zapatos Casino, llamaban mucho la atención. Por aquel entonces se decoraban de diferentes formas los escaparates, mientras que ahora solo hay zapatos en ellos".

Del fondo del mar a la Semana Santa zamorana. "Uno de los escaparates más bonitos que hice fue en el que se veía el fondo del mar y unas sirenas sentadas en una roca llorando con lágrimas de perlas. Cada una tenía un zapato diferente a su lado y las acompañaba un cartel que decía ‘Lloran porque no los pueden calzar’. Otro año recuerdo que diseñé un escaparate en el que junto a los zapatos, coloqué centros de bombones del mismo color. En este caso, el cartel ponía ‘Casino presenta, colecciones de buen gusto’. Sin duda, de los escaparates de caballero más famosos que hice fue cuando recreé un teatro, con palcos de terciopelo rojo y el resto de oro plata. También puse una pantalla en la que proyectaba de la tienda a la calle a través de un espejo y en ella se veía el programa de la Semana Santa de Zamora y de las fiestas de San Pedro, junto con un cartel que decía ‘Casino presenta zapatos de cine’".

Una profesión que no se apaga. "Por mucho que haya pasado el tiempo, sigo muy vivo como escaparatista. Prueba de ello es que gané el concurso de escaparates Cofrades de Semana Santa de Oviedo este 2023".

Belenista por afición. "Durante mi vida universitaria en Salamanca, conocí a un sacerdote de la congregación de los Jesuitas que montaba nacimientos de película con escayola. Me llamó tanto la atención que tomé nota de cómo lo hacía para instalar en casa belenes de este material. Llegaron a darme el primer premio de nacimientos en Salamanca. Unas Navidades, el ayuntamiento de Zamora me llamó para que montase el belén a tamaño real. Al año siguiente hice lo mismo en mi pueblo, Toro. Organicé para ir hasta allí una caravana, en la que decía ‘Casino presenta, caravana en la tierra, nacimiento en Toro’. Fuimos treinta coches al pueblo para inaugurar el nacimiento que había instalado allí. Ese año, además, se abrió al mismo tiempo en Toro el hotel Juan II y nos invitaron a todos los que fuimos a una comida. Me gustaba tanto lo de hacer belenes que llevé esta afición a los escaparates de las tiendas Casino, los montaba todos los años. Hasta tengo un nacimiento en casa que tiene más de cien años".

Madera de director de cine. "La pasión por el cine me viene desde pequeño, fui autodidacta. Recuerdo que hice un proyector rudimentario que funcionaba con la luz reflejada en un espejo. Años después, organicé la Agrupación de Cine y Fotografía de Zamora, la cual presidía. Antes de ir a Oviedo, mi afición por el cine me llevó a organizar también el Festival de Cine Amateur de Zamora, que tuvo su primera edición en 1975. Al certamen se presentaron grandes profesionales artísticos como José Luis López Vázquez o Tony Leblanc".

Una afición compartida.

"Tres años después del inicio del Festival de Cine Amateur de Zamora, me tuve que ir a Oviedo. La primera persona con la que contacté al llegar fue mi vecino de al lado, Santiago Escobedo, que también tenía mucha afición al cine en súper ocho. Íbamos a su casa y veíamos las películas que él hacía y también venía a mi casa para ver las mías. Ambos pensamos en meternos en el club Ágora foto-cine, que era una asociación de aficionados al cine súper ocho".

Érase un hombre pegado a una cámara.

"Allá donde voy, llevo la cámara conmigo. Cuando viajé a Nueva York con mi mujer, uno de mis hijos y mi nieta, hice una película sobre la ciudad. Fue de los viajes que más me gustó. Para ver la Estatua de la Libertad hay una estación de ferry que te lleva por el río Hudson y te acerca a la estatua. Desde ahí grabé y mi nieta hizo de locutora. Me dolía el cuello de tanto mirar hacia arriba a los rascacielos. Fue una experiencia increíble. En otra ocasión casi pierdo un vuelo porque quería hacer un montaje de cómo despegaba el avión y me quedé en la pista grabando".

Nunca se dio por vencido. "

Una de mis mejores anécdotas fue en el Vaticano. El viaje lo organizó Don Álvaro, párroco de la Iglesia de San Juan de Oviedo. Este celebraba la misa principal con los canónigos del Vaticano. A la hora de la ceremonia, me puse en primera fila para grabarlo mejor. Cuando empecé a filmar me pican los de seguridad en el hombro y me piden que me retire, diciéndome que no se puede grabar. Entonces cogí la cámara, me la puse en la rodilla, abrí la pantalla y comencé a grabar. No te imaginas cómo me agradece siempre Don Álvaro ese recuerdo, para él inolvidable. Además, está mal que lo diga yo, pero quedó una película estupenda".

Un reportaje desde lo más alto.

"Otra buena anécdota fue en Santiago de Compostela. Fuimos dos trenes enteros de zamoranos hasta allí. Durante la misa del peregrino estaba la catedral a tope. Tras el botafumeiro, le dije al compañero que tenía al lado: ‘Tiene que haber una imagen maravillosa desde el púlpito de la catedral’. Éste me respondió: ‘No serás capaz’. Y allá que fui, ni corto, ni perezoso. Me subí al púlpito y grabé toda la misa. Al terminar, uno de los canónigos me llamó. Recuerdo que me acerqué a él todo serio, poniéndome ya en lo peor, cuando de repente me suelta: ‘¿Saldré yo en el vídeo, verdad?’. Esta es una de las anécdotas más increíbles que me han sucedido".

En el metro de Moscú.

"Tengo también una película del metro de Moscú. Me pareció un medio fascinante, completamente diferente a los metros que había visto antes. Además, las estaciones eran preciosas. De hecho, recuerdo que en el viaje en tren de Moscú a San Petersburgo les hice una entrevista a cada uno de mis amigos a ver cuál de las dos ciudades les había gustado más".

Sus hijos, también protagonistas.

"Hice una película en la que mis hijos parecían los de la Familia Telerín. Todos salían en fila de la cocina y se iban a la habitación cantando ‘Vamos a la cama’. De hecho, Juan Carlos, mi hijo pequeño, ni siquiera caminaba e iba a gatas siguiendo a sus hermanos. (Gonci González y su mujer se ríen al recordarlo).

Mallorca, uno de los destinos más especiales.

"Nuestra luna de miel fue en Palma de Mallorca. Por eso decidimos hacer nuestras bodas de oro allí y nos fuimos a Palma de Mallorca la familia al completo. Tengo grabadas todas las vacaciones familiares, las bodas de mis hijos y los bautizos y graduaciones de todos mis nietos".

La extraordinaria vez que el "Concorde" sobrevoló Oviedo.

"Soy el único asturiano que tiene en película el viaje del ‘Concorde’ a París que organizó el Banco Herrero en 1987. Fuimos en autobús de Asturias a Madrid y de allí cogimos el vuelo. Filmé el avión por dentro y a todos los asturianos que iban en él, la mayoría de Pola de Lena. Fue la primera vez que el ‘Concorde’ sobrevoló Asturias. El Banco Herrero me regaló un trofeo a modo de recuerdo" .

Una mirada distinta de la Semana Santa zamorana.

"Hice un reportaje nunca antes visto de la Semana Santa de Zamora, desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. La película es de 1976, pero en 1980 hice un resumen con cámaras de vídeo digitales y el periódico ‘La Opinión de Zamora’ la vendió en Semana Santa durante cinco años".

El primero de muchos.

"El primer premio de cine que recibí en Oviedo fue con motivo de las fiestas de Covadonga en el Centro asturiano en 1979. La película trataba sobre esos festejos. Acababa de llegar de Zamora con un sol radiante y al levantarme en Oviedo vi una niebla espantosa. Me volví a meter en la cama y les dije a mis hijos que vinieran conmigo. Ninguno respondió, así que cogí la cámara Canon y me fui yo solo para el Centro Asturiano a grabar. Me dieron una placa y un pergamino. En la entrega participó Primitivo Luengo, de Radio Nacional de España, íntimo amigo mío y natural de Zamora como yo. Cuando oí la voz de Primitivo creí que estaba oyendo el NODO de entonces".

Su romería favorita.

"Este mes de agosto se celebra la fiesta de la Regalina en Cadavedo. Un año, me dieron el primer premio a nivel nacional por hacer una película de esta romería que es, para mí, la más bonita de Asturias. Estuve todo el día grabando y me quedó una película preciosa, hay mucha gente de Cadavedo a la que le gustaría verse en la obra".

Viaje al siglo XII.

"Con ‘Vida entre las piedras muertas’ fui premio nacional. En la obra mis amigos, vestidos de monjes, pasean por un monasterio cisterciense en ruinas del siglo XII".

La Losa, un reportaje en mayúsculas.

"Es la mejor película que se ha hecho documentalmente de Oviedo. Es único, no hay otro y en él se recoge la mayor obra que se ha hecho en la ciudad. Todo empezó cuando cogí el periódico LA NUEVA ESPAÑA y leí el titular de que iban a comenzar las obras para cubrir la estación. Ahí se me ocurrió la idea de grabar a ver cómo estaba la zona antes del cambio. Desde mi ventana lo tenía todo a mis pies. Por la noche bajaba con el trípode y la cámara a la estación. Grabé durante dos años, un total de 14 horas y también me dediqué al montaje para dejarla como está. En 1999 se inauguró la obra, mi película se presentó en el Club Prensa Asturiana de LNE y Gabino de Lorenzo le entregó a todos los asistentes una copia. Me sentí muy satisfecho al finalizar el reportaje y, a día de hoy, me pongo a veces la película y la sigo disfrutando. Oviedo y Zamora tienen imágenes mías que son historia".

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