Vuelve La distopía anticomunista de Ramón Pérez de Ayala

"La Revolución Sentimental", de 1929, poco conocida y recién reeditada, tiene algo de novela de amor, de crítica al comunismo y de ensayo sobre el materialismo y la sociogenética humana

Ramón Pérez de Ayala y su nieta Mabel, fotografiados por Nicolás Muller en 1959.

Ramón Pérez de Ayala y su nieta Mabel, fotografiados por Nicolás Muller en 1959.

Antonio Cañas

La Literatura clásica todavía tiene las respuestas de todo. Dentro de los textos de los autores clásicos, podemos hallar las soluciones a los problemas de nuestro presente. Ramón Pérez de Ayala (Oviedo 1880; Madrid 1962) escribió en 1909 una distopía sobre el triunfo del comunismo y su posterior contrarrevolución.

Los ideólogos de la literatura novecentista (José Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez y Ramón Pérez de Ayala, entre otros) propusieron una literatura didáctica para que la población encontrase respuesta a eventos de la vida cotidiana -y no tan cotidiana- en los textos de los filósofos, críticos y poetas. A principios del siglo XX, había muchos interrogantes acerca del devenir de la sociedad española, europea e internacional. Una de las grandes preguntas que se realizaban los intelectuales era sobre el curso de la aplicación de las ideas marxistas.

Dentro de la burbuja literaria, una generación de jóvenes con una gran preparación académica había despertado. Aquellos jóvenes tenían otras preocupaciones que sus maestros de finales del siglo XIX, siempre atentos al tema de España como tragedia psicológica y romántica. La nueva generación de jóvenes ilustres buscaba el establecimiento de un ideario para la mejora de la sociedad a través de la Literatura, el periodismo y la crítica ensayística.

En 1909, Ramón Pérez de Ayala publica Sentimental Club. Su publicación supone un hito para el subgénero de la distopía y para el inicio de la literatura vanguardista. La obra es polémica también en su categorización como teatro o como novela. La disposición dialógica, las escenas por capítulos y el prólogo emitido por un gran altavoz mecánico sugieren que pertenece al género dramático; pero, después de su análisis, no resulta así. Como explico en la edición crítica que presento en estas fechas, las vanguardias movían los cimientos de los géneros tradicionales. En 1924, José Ortega y Gasset define lo ocurrido con la novela vanguardista en las siguientes líneas: “El género se ha ido desplazando de la pura narración, que era solo alusiva, a la vigorosa presentación… De narrativo o indirecto se ha ido haciendo el género descriptivo o directo. Fuera mejor decir presentativo”. Uno de los valores de Sentimental Club es ser el inicio de ese proceso del cambio de la narración a la presentación, en 1909, cuando las novelas realistas y modernistas seguían siendo muy productivas en España.

"La Revolución Sentimental", de 1929, poco conocida y recién reeditada, tiene algo de novela de amor, de crítica al comunismo y de ensayo sobre el materialismo y la sociogenética humana

En 1929, después de sucesos históricos en Rusia en la década de 1910 y 1920, Pérez de Ayala decide ajustar el significado y la terminología de la acertada distopía que había publicado en 1909. Decide versionarla bajo el título de La Revolución Sentimental. El texto de 1929 conserva la idea original de Sentimental Club, pero es más preciso en la descripción de los actos gubernamentales y en las soluciones que debe aplicar la sociedad para iniciar la contrarrevolución. La mayor descriptividad y la precisión terminológica tiene una explicación sencilla: el desarrollo de la ideología comunista en el gobierno de un país tan significativo como Rusia. Sin duda, lo que en 1909 podía ser una intuición bien cimentada, en 1929 era una presentación empírica de los sucesos.

La distopía de Pérez de Ayala es una joya filológica. Por ejemplo, en la presentación de los sucesos, en las sensaciones internas de los personajes y en la búsqueda de las soluciones de Ulises -el hombre encargado de liderar la revolución sentimental-, los lectores pueden disfrutar de la delicada pluma del autor asturiano y admirar la prosa poemática que pocos años después iba a explotar en una trilogía esencial ("Prometeo", "Luz de Domingo" y "La caída de los limones"). El lector encuentra en "La Revolución Sentimental" varios subgéneros novelares: encuentra una novela de amor; una distopía del comunismo; un ensayo sobre el materialismo y la sociogenética humana.

El lector comienza la lectura conociendo a un hombre que está asombrado por el comportamiento de unos gorriones que está observando desde la ventana. No entiende qué emociones son esas que experimentan en parejas los pajaritos, pero percibe que parecen felices. Después, los personajes de la historia se reúnen en el Sentimental Club bajo la citación del sabio Ulises. El lector podrá comprender que son seres humanos tan invalidados socialmente que han olvidado las funciones biológicas básicas de nuestra especie.

El sabio Ulises los cita para enseñarles los resultados de la investigación de los hombres antiguos -nosotros- que le ha ocupado varios años. Después de la presentación de objetos, conceptos y fenómenos sensoriales desconocidos, los personajes comienzan a poner nombre a esas sensaciones ocultas que sentían; comienzan a entender a los gorriones; comienzan a rebelarse. Por eso, aunque la revolución se inicie gracias al descubrimiento del conocimiento censurado durante milenios por el gobierno comunista, el sentimiento de nuevas e incontrolables pasiones es el único capaz de vencer una dictadura tan profundamente instaurada en el ser humano.

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