Pablo CASTAÑO

Tarna (Caso),

Por orden del Gobierno «Mansín» tiene que vivir en el bosque. Guardas de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural capturaron ayer al alba al urogallo en celo que se había instalado hace una semana en el pueblo de Tarna y lo trasladaron a un cantadero del parque natural de Redes.

«¿Donde está "Mansín"?», se preguntaban ayer los vecinos de Tarna, que ya se habían acostumbrado a la presencia del urogallo, que se pasaba el día marcando su territorio de asfalto y pavoneándose entre la capilla de San Pedro y el bar del pueblo.

Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente señalaron que la captura del ave se produjo en la madrugada de ayer jueves, cuando los vecinos de Tarna dormían. La operación se realizó siguiendo el protocolo de captura aprobado por el Grupo de Trabajo del Urogallo Cantábrico. Los guardas utilizaron jaulas trampa para capturar al animal y una vez atrapado lo taparon con una manta para que, a oscuras, se tranquilizara. Un biólogo comprobó su estado de salud y después fue trasladado a un cantadero de un bosque del parque de Redes, donde fue liberado. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente señalaron que el animal debía reintegrarse en su hábitat y que no podía estar más tiempo por las calles del pueblo, sobre todo en época de celo.

Los guardas de Redes pueden localizar en todo momento al ejemplar puesto que lleva al cuello un radiotrasmisor que le instalaron hace ya más de dos semanas los guardas de la Junta de Castilla y León, que habían encontrado al urogallo en la carretera del puerto de Las Señales, cerca del límite entre Asturias y León. El animal fue liberado en el pinar de Lillo, en la provincia de León, donde hay censados varios ejemplares de urogallo, y desde allí voló hasta el pueblo de Tarna, en el parque de Redes, territorio en el que ha pasado la mayor parte de sus tres años de vida. Durante el último año y medio «Mansín», que según los expertos tiene un trastorno del comportamiento, se ha paseado por las calles de hasta nueve pueblo de Caso y la guardería de Redes ya lo ha alejado de los núcleos en varias ocasiones. Sin embargo, el urogallo se empeña en volver, una y otra vez, a los pueblos, como si ese fuera su hábitat.