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La crisis retrasa dos meses y medio más las obras de consolidación de Tabacalera

Los atrasos en el envío de materiales y el parón en la construcción por el covid-19 llevan a la empresa a pedir una prórroga, que el gobierno dará hoy

Un trabajador con medidas de seguridad por el covid-19, en la obra de Tabacalera. JULIÁN RUS

Las obras de consolidación de Tabacalera, que tenían que haber terminado ya, se demorarán al menos dos meses y medio después de que la empresa encargada de estas labores -la UTE Tabacalera, formada por las firmas Constructora San José y Procoin- pidiese una prórroga al Ayuntamiento de Gijón después de los retrasos sufridos a consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus, que hasta motivó la paralización de los trabajos durante dos semanas. Según ha podido saber este periódico, la Junta de Gobierno, que se reúne hoy por vía telemática, aprobará esa ampliación de tiempo requerida.

El retraso, según informaron desde la UTE, se fundamenta en dos puntos, y ambos relacionados con el estado de alarma. Por un lado, las dos semanas de inactividad en las que hasta la construcción quedó paralizada (desde el lunes 30 de marzo hasta el lunes 13 de abril, después de Semana Santa) lo que motivó un importante trastorno a las previsiones. Además, desde que se decretó el estado de alarma, ya venían arrastrando distintos contratiempos por culpa de la escasez de suministros. Los trabajadores, que estaban previstos para terminar el pasado 15 de abril, tuvieron problemas para recibir los materiales necesarios para realizar sus labores. Esos dos motivos, principalmente, han provocado ese retraso que en un plazo de dos meses y medio -el tiempo que concederá hoy el gobierno local- deberán subsanar para concluir la consolidación de este edificio que todavía está pendiente de definir exactamente su uso futuro.

Las labores de remodelación de esta vieja factoría -y que antiguamente fue el convento de las Agustinas Recoletas (1668-1842)- ya se vieron paralizadas en agosto de 2018 por la aparición de unos restos arqueológicos que obligaron a rehacer el proyecto aprobado inicialmente que tuvo que contar con la supervisión y aceptación de Patrimonio del Principado de Asturias. A finales de junio del pasado año, ya con la socialista Ana González como Alcaldesa de Gijón, se reactivaron las labores que habían quedado en "stand by" durante el último año de mandato de la forista Carmen Moriyón. Ese cambio de gobierno también alteró el futuro plan de usos del edificio.

Una de las primeras decisiones de Ana González fue desechar el proyecto del gobierno anterior para Tabacalera. Su apuesta, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, tenía en mente trasladas allí una parte de los servicios de la Fundación Municipal de Cultura para convertir el Centro Antiguo Instituto.

Ese proyecto innovador para la reorganización de los equipamientos culturales de la ciudad se iba a presentar a mediados del mes de marzo. La pandemia de coronavirus frustró esos planes. Es más, esta la crisis sanitaria ha hecho peligrar esta idea. De hecho, hace apenas una semana, cuando el Ayuntamiento anunció un plan de choque de cinco millones de euros para reflotar el sector cultural de la ciudad, Ana González no se pronunció al respecto de este proyecto. Lo que sí desveló la Alcaldesa en su intervención de la pasada semana fue que está previsto la expropiación de los dos inmuebles anexos al edificio.

Otra de las posibilidades que hay encima de la mesa es bautizar el inmueble con el nombre de Rambal, el sobrenombre con el que se apodaba cariñosamente al popular vecino de Cimadevilla y al que asesinaron en su casa en la madrugada del 19 de abril de 1976. "Lo debatiremos", prometió la Alcaldesa. Distintas voces de la cultura de la región se han sumado ya a esta idea con el lema #PorRambal.

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