La Autovía del Cantábrico divide en dos la mayor ganadería ecológica de la región

Tapia de Casariego,

Jorge JARDÓN

Guzmán Díaz es un ganadero que lleva años luchando contra las administraciones para tratar de modificar el trazado de la autovía y para que las ganaderías de la rasa costera se puedan salvar. Sin embargo su lucha no ha tenido los resultados que deseaba y hoy se ríe con rabia al comprobar que las promesas de Zapatero y Areces prometiendo un cambio en el trazado si ganaban las elecciones de 2004 han sido una mentira. La A-8 ha divido en dos su ganadería ecológica, la mayor del Principado de Asturias.

Guzmán Díaz posee la mayor extensión de Asturias de leche ecológica, pero aún así produce 100.000 litros menos de leche de los que producía a causa de la situación a la que se ha visto afectada su ganadería debido al trazado de la autovía. A su finca «La Rebollada» de 30 hectáreas le expropiaron cuatro hectáreas y se la partieron en dos, con lo que ha quedado reducida a dos trozos de trece hectáreas con la particularidad de que las vacas no tienen por dónde pasar de uno a otro prado, porque hace un tiempo vallaron la finca con valla de obra.

Guzmán critica también los retrasos en las obras de la vía rápida y asegura que «para este año sólo se prevén cinco millones de euros, una cantidad, dice él, que no llega para pagar las fiestas que organizan cada vez que colocan una primera piedra».

Guzmán se muestra hoy defraudado con los gobiernos y asegura que cómo va a creer en las promesas de los políticos si se negaron a cumplir las normas de Medio Ambiente, que ordenó modificar el trazado al conocer la existencia de ruinas romanas.