Profesor de Derecho de la Universidad de Oviedo

Vegadeo,

T. CASCUDO

Miguel Ángel Presno dirige desde hace nueve años los cursos de verano que se celebran en Vegadeo. Como veigueño, este profesor de Derecho Constitucional no rechazó la oportunidad que le brindó el Ayuntamiento de hacerse cargo de esta iniciativa. El de este año, que se clausuró hace unos días, se ocupó por segundo año consecutivo de las posibilidades de intervención social, dando a conocer la labor que desempeñan las organizaciones no gubernamentales.

-En tiempos de crisis, el trabajo de la ONG se complica...

-Se multiplican los problemas porque hay más ámbitos a los que atender. Y, al tiempo que aumentan las necesidades, disminuyen los recursos. Muchas de estas entidades se financian a través de recursos públicos y las propias administraciones disponen de menos dinero o prefieren dedicarlo a otro tipo de actividades. También a veces hay mala práctica y poco espíritu de cooperación tanto entre las organizaciones y las administraciones como entre las propias entidades entre sí.

-¿A qué se refiere?

-Pues a que a veces en lugar de cooperar se dedican a competir a ver quién consigue la subvención o el programa. La situación de crisis debería ser una oportunidad para que las ONG se hicieran más visibles socialmente y para que ellas mismas se especializasen en temas más concretos.

-En el curso se abordó la problemática de la inmigración. ¿Sigue lejos la solución?

-Es un ámbito en el cual España es una especie de laboratorio mundial porque en ningún país se produjo algo igual. En menos de quince años España pasó de ser un país sin apenas presencia migratoria a ser un país con un porcentaje bastante alto. Se produjo en un tiempo muy corto lo que en Alemania, Gran Bretaña o en Francia pasó durante decenios.

-Y es un asunto que va para largo...

-Así es. Va a permanecer mucho tiempo porque no es previsible que los inmigrantes que han venido, incluso en situación de crisis, se vayan a marchar. Están mejor aquí que en sus países, incluso ahora.

-¿Qué opina de las políticas que se están aplicando en ese campo?

-El problema de la inmigración es que falta el diseño de una política a largo plazo y que se trabaja de manera improvisada. Todavía no hay una visión de estado de la inmigración, es decir, que los principales partidos no están de acuerdo en lo que hay que hacer y por eso ha habido bastantes cambios en la legislación de extranjería. Además, el trato a favor de la extranjería no es rentable políticamente y en la medida en la que los inmigrantes no pueden votar en las elecciones generales, las políticas públicas son menos adecuadas a ellos que lo serían si fueran actores políticos.

-Como profesor de Derecho Constitucional es obligado preguntarle por la credibilidad del sistema judicial a raíz de casos como el de Mari Luz.

-El problema de la justicia es que es una de las ramas de la administración que menos se ha modernizado. Además, los procedimientos judiciales siguen siendo demasiado lentos y es necesario que se agilicen. Hay un conjunto de factores que influyen, pero el caso es que la gente está harta.

-¿Qué se puede hacer?

-Invertir más dinero, pero también hay que tener en cuenta aspectos como el cultural. En España es más barato meterte en un pleito que tratar de resolver las cosas de otra manera. Sabiendo que la justicia funciona mal, para muchas personas es un aliciente litigar porque demoran el proceso. Se aprovechan del mal funcionamiento del sistema, lo que acaba por colapsarlo. Si ciertos mecanismos funcionasen de forma más ágil no sería necesario llegar a conflictos judiciales.