Nubarrones en la «ruta de los pilares»

Doriga (Salas), Sara ARIAS

La crisis económica y el desplome de la construcción son bien visibles en el concejo de Salas. La paralización de las obras de la Autovía del Suroccidente (A-63) deja un rastro visible desde Doriga a Salas. Enormes pilares, algunos de ellos sin tableros, viaductos a medio construir o restos de materiales de obra repartidos por las bases de los puentes son los protagonistas, casi fantasmagóricos, del fin de las vacas gordas en los presupuestos estatales. De momento, el Ministerio de Fomento no ha puesto fecha para el reinicio de las obras de la vía que estaba llamada a conectar el Suroccidente asturiano con el centro de la región. Un proyecto de comunicación y progreso económico que ha quedado reducido a una estampa deplorable, cuando se acarician los cinco años de retraso global de la puesta en funcionamiento.

La autovía discurre veloz desde Oviedo a Doriga, pero una vez llegados al concejo salense la vía se parte en dos. Desde Doriga a Salas no hay tramo y la subida desde la villa a La Espina se realiza en un carril de doble sentido. Las obras fueron paralizadas con los recortes que aplicó el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, con Pepe Blanco a la cabeza de Fomento. Ahora, sin embargo, el PSOE presentará una proposición no de ley en el Congreso para continuar con las obras. La ministra del PP, Ana Pastor, no tiene en la hoja de ruta concluir la A-63 hasta que finalicen los trabajos en la Autovía del Cantábrico y la Variante de Pajares.

Concluir la autovía suroccidental supondrá alrededor de 74 millones de euros, según los datos que maneja el Ministerio. Finalizar el viaducto que une Doriga con Cornellana necesita una financiación de 19,50 millones de euros y el segundo tramo inacabado, entre Cornellana y Salas, precisa de 38,58 millones de euros. Eso, además de los 16 millones de euros imprescindibles para la construcción del segundo carril hacia La Espina, a medio construir debido a que Pepe Blanco anuló en 2010 el contrato con las constructoras, cuando ya se habían gastado 22 millones de euros.

Además, aún con la autovía del Suroccidente sin terminar, la presidenta del PP asturiano, Mercedes Fernández, solicitó el pasado fin de semana en la Feria de Muestras de Tineo el proyecto para construir el corredor del Esva.

El bloqueo de los trabajos en los dos tramos que atraviesan Salas deja entrever varios viaductos y pilares abandonados en Doriga, Cornellana, Espinedo y Villazón. «La situación origina un trastorno para los vecinos debido a la multitud de tramos inacabados que generan en muchos casos perjuicios como consecuencia de la existencia de taludes con riesgo de derrumbes», afirma Sergio Hidalgo (FAC), Alcalde de Salas. Además, retomar los trabajos en la Autovía del Suroccidente supondrá, según el regidor, «un sobrecoste importante debido al deterioro por la paralización durante meses».

En cualquier caso, el estado de la infraestructura no corre peligro por el retraso en su culminación, al menos la de hormigón. Así lo explica Luis Galguera, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y decano del colegio oficial de Asturias hasta 2010. «Los pilares se conservan igual en funcionamiento que parados; sí podría haber deterioro con el paso del tiempo en las obras de tierra, como taludes, desmontes o movimientos de tierra», expone Galguera.

El daño ambiental también existe, según los ecologistas. Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, detalla que «hubo daño cuando comenzaron las obras con los movimientos de tierras y también afectó al río Nonaya; lo único que se consiguió es nada. Es necesario que se acometa ya porque es una trampa».

El bloqueo afecta también al sector turístico y hostelero del municipio. Manuel López, presidente de «Salas Turismo», afirma que los retrasos son «muy negativos, la autovía era nuestra ilusión y nos quedó frustrada y parece que de momento no hay perspectivas porque aún si vieras que hay un atisbo de hacer algo... pero no hay ninguna asignación y esto es un atraso total».

Los restos de las obras de la autovía muestran, además de un daño a las arcas públicas, un impacto visual por el concejo de Salas. De momento, sin fecha para la vuelta al tajo, lo único que es visible en Salas es la ruta de los pilares del Suroccidente.