La situación laboral en las grandes empresas mineras españolas es límite. El sector tocó fondo en el año 2012, tras el recorte del 69% en las ayudas a la producción impuesto por el Gobierno de Mariano Rajoy, que originó unas duras movilizaciones y causó enormes problemas en las compañías extractivas. Tres años más tarde, y después de una leve recuperación, la minería vuelve a estar contra las cuerdas. Actualmente, en torno a 1.600 trabajadores se encuentran regulados de empleo y no se descartan nuevos expedientes. La herida del carbón sangra a borbotones.

Una de las situaciones más graves es la de la Hullera Vasco Leonesa. La compañía minera, actualmente en preconcurso de acreedores, tiene regulados de empleo a unos 800 trabajadores entre plantilla y subcontratas. La falta de una normativa por parte del Ministerio de Industria para que las térmicas compren y quemen carbón nacional ha afectado de lleno a una de las grandes empresas del sector. De hecho, la empresa comunicaba hace menos de dos semanas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la suspensión de contratos de trabajo "por causas productivas, para toda la plantilla y por un plazo de seis meses".

Otra de las grandes empresas que está pasando apuros es Uminsa, con explotaciones en León y en Asturias. A día de hoy, la dirección está negociando un ERE para toda la plantilla, que junto a las subcontratas, algunas de ellas ya con sus empleados regulados, suman algo más de 800 trabajadores, 213 en Asturias. Recién salida de un proceso concursal, la empresa está atravesando este nuevo bache pendiente de una negociación con Endesa sobre la compra-venta de carbón, un acuerdo que puede aliviar las cifras del ERE.

También en problemas está Bierzo Alto. La compañía minera tiene regulados a cerca de 60 trabajadores. Y otra de las que podría entrar en problemas es la Asturleonesa, de Rodolfo Cachero, que medita aplicar un ERE.