"Durante años, se ha difundido como un virus la idea de que cualquier persona de la ciudad vive mejor que un propietario con su caserío, y no es cierto. Es una idea que llevó al cierre de miles de casas y de cientos de aldeas". Contra esta idea, "perfectamente programada por el desarrollismo", el catedrático y antropólogo Adolfo García quiso ayer inocular su vacuna, poniendo sobre la mesa la necesidad de combatir la desertización del medio rural y de potenciar y favorecer la implantación de nuevos modelos de caserío. "Hay que proponer más diálogo y menos burocracia", defendió García Martínez en Vegadeo, durante su ponencia dentro de la Feria de Muestras.

La intervención del antropólogo formó parte de la primera colaboración del Foro Comunicación y Escuela con la Silvallana, enmarcada en el proyecto de defender la vida en el medio rural. Adolfo García se mostró como un aliado de esta causa, reclamando que se recupere el prestigio perdido "del paisano". "La crisis del medio rural no se debe a razones económicas, sino socioculturales", aseguró.

"No podemos perder los pueblos y sus paisanos. Perderemos a los jardineros del paisaje, que es la base del turismo rural. Además, los pueblos producen productos de calidad", señaló el profesor, que es partidario de dotar a la mujer de un nuevo papel preponderante dentro del modelo y de aplicar todos los avances en el campo pero sin perder la esencia.

El antropólogo y profesor pintó un vívido retrato de lo que suponía vivir en el pueblo antes de los años sesenta del pasado siglo. Un núcleo familiar estructurado en tres niveles, en el que todos estaban atendidos, una convivencia y ayuda mutua entre los distintos caseríos y una relación de diálogo entre el hombre y la fauna salvaje. Ahora, todo ha cambiado. Ya no se dan esos modelos familiares, y se ha producido un "desequilibrio en la cadena trófica" que cambia por completo el entorno. "El matorral, las aves y el resto de animales salvajes avanzan hacia las ciudades al ritmo que se abandonan los pueblos", asegura García.

Así, el experto dejó alguna sugerencia para volver a recuperar el peso del campo. Entre ellas, pagar los productos a un precio justo, "y no a base de subvenciones", ver en la vejez y su atención un nicho de negocio y defender al paisano desde la escuela, en la universidad y en los parlamentos.