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Los incendios, una lección

Los alumnos de la Escuela de Selvicultura de Tineo visitan las zonas arrasadas: "Es una jornada de concienciación"

Los alumnos de la escuela tinetense avistan osos en las montañas de Ibias. REP. DE D. Á.

Los alumnos de la Escuela de Selvicultura de Tineo pertenecientes a todos los ciclos que se imparten, más los de formación profesional básica, vivieron esta semana una jornada de trabajo de campo en la que pudieron profundizar en las causas y la problemática de los incendios que asolaron el Suroccidente a mediados del pasado mes de octubre.

El alto del Campillo, en Degaña, fue el punto de partida de la excursión. Desde allí pudieron divisar la gran extensión quemada en el concejo y entender, gracias a las explicaciones de vecinos y profesionales, cómo se vivieron esos días. Víctor García, técnico de las Brigadas de Refuerzo en Incendios Forestales (Brif), les explicó cómo el fuego superó las previsiones de los efectivos y, cuando pensaban que podrían controlarlo de forma rápida, hizo acto de presencia un fuerte viento que rompió todas las expectativas, pasando a ser la protección de los pueblos la prioridad de los equipos de extinción.

"Fue una jornada de concienciación para los alumnos, que serán los futuros gestores del monte; además, es un tema que les interesa mucho", explica la profesora Teresa Fonseca.

También se reunieron con el agente del medio natural Fernando Somoano y con los vecinos Víctor García y Victorino García, del Rincón Cunqueiro de Trabáu, que estuvieron luchando contra las llamas cuando se acercaban a su localidad. Ellos se encargaron de transmitir a los estudiantes la gran pérdida que supusieron los incendios, tanto en biodiversidad como para las actividades más importantes de esa zona, la ganadera y la turística. Como futuros profesiones del sector forestal, los vecinos les recalcaron la importancia de gestionar los montes con frondosas.

"En el lugar pudieron ver que fue un fuego de superficie: los árboles adultos no quemaron, sí las repoblaciones jóvenes", señala su profesora.

En su recorrido por los concejos de Degaña e Ibias, los alumnos tuvieron tiempo de poder admirar también la cara más amable del paisaje, la que aún se mantiene verde y llena de vida. Con la guía de Elías Suárez, de la Fundación Oso Pardo, llegaron incluso a poder avistar con prismáticos y telescopios rebecos y una osa con su cría.

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