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"Es un palomar", dicen en Cornellana del monasterio de San Salvador, del siglo XI

Los vecinos lloran por la joya arquitectónica: ornamentos de paredes y techo se caen, el suelo tiene agujeros y los excrementos llenan estancias

"Es un palomar", dicen en Cornellana del monasterio de San Salvador, del siglo XI

David Valiela abre la puerta principal del monasterio de San Salvador y lo primero que siente en una oscuridad sin solución eléctrica es el movimiento de un ave. "Tal vez un murciélago o una paloma", dice más que acostumbrado el presidente de la plataforma "Salvemos la Iglesia y el Monasterio de Cornellana". Valiela avanza, con linterna en mano, y el aleteo no cesa. "Es normal porque esto ahora mismo es un palomar", señala. Habla de un cenobio que tiene casi un milenio de historia, una de las joyas artísticas de Asturias, pero "se cae a pedazos".

LA NUEVA ESPAÑA ha tenido acceso al interior del monasterio con Valiela. Hoy por hoy tiene humedades, paredes y techos con objetos ornamentales en el suelo, un firme con tablas de madera sueltas y múltiples agujeros. Más: una torre llena de excrementos de aves y maleza en el patio. "Es imposible pisar por algunos sitios sin riesgo", comenta el presidente de la plataforma que se creó en 2013 con el objetivo de hacer visible el deterioro del histórico edificio.

En 2014, el Principado adjudicó la rehabilitación de cubiertas. Para los vecinos, de poco ha servido esta actuación, "sin continuidad", a la que se destinaron 850.520 euros: "Es cierto que han tapado bocas y que ahora por lo menos no entra el agua", indica.

En Cornellana, la pésima situación del monasterio se vive con mucho pesar. No es para menos: "Es parte de nuestra historia y tal vez algo lo único que nos queda para crear riqueza y ser un pueblo pujante", relata Valiela.

El monasterio atrae a miles de visitas. Casi todos los días del año es fotografiado por los peregrinos. Se deleitan con el exterior porque salvo en muy contadas excepciones, el histórico edificio está cerrado a cal y canto. No es para menos: "No tiene luz y no se puede visitar sin riesgos".

Además el presidente de la plataforma está convencido de que no es agradable ver cómo el paso del tiempo, la falta de mantenimiento y también de sensibilidad (una de las salas se dedicó a talleres de empleo durante un gobierno anterior) "han destrozado el edificio".

En el interior, también se guardan tallas y retablos de notable valor, "que están aquí sin más, esperando". Destaca el retablo con la Coronación de la Virgen (antaño en el ábside de la Epístola de la iglesia) que ordenó hacer Alonso de Bello en el siglo XVII y que fue restaurado por Natalia Díaz-Ordóñez en 2015.

Este conjunto permanece envuelto en una tela en un pasillo donde se acumulan restos de otras estructuras. Sobre la tela, las huellas de un gato. "Vuelvo a decir que es normal que pase esto porque está todo en ruinas", dice Valiela.

El Ayuntamiento logró la cesión del cenobio por 50 años y ahora espera por una rehabilitación integral de la mano del gobierno central. Dice el Alcalde, Sergio Hidalgo, que la obra está prevista y que "la inversión será plurianual".

En 2013, la plataforma cívica que creó David Valiela agrupaba a una veintena de personas. Hoy tiene más de 3.000 seguidores y su lucha continúa. En el monasterio cuelga un cartel que reivindica esta idea: "Por un milenio digno (1924-2024). "No lo puedo retirar porque no se puede acceder al balcón sin riesgo de caer abajo", cuenta Valiela mientras cierra el monasterio. No sabe si en la próxima visita tendrá que catalogar un nuevo daño. "No hay patrimonio más olvidado en Asturias que el de Occidente", lamenta.

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