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Máscaras que animan la vejez en Luarca

La residencia de mayores se apunta por tercera vez al desfile de Carnaval: "Es emocionante, casi lloramos"

Tamara González y Ramonín Rubio. A. M. SERRANO

Hay un lugar en Luarca en el que se vive el Carnaval de una forma "muy especial". Es la residencia de mayores Abhal de Villar, donde voluntarios y usuarios trabajan con denuedo para hacer sus trajes y participar en las fiestas locales "con toda la alegría del mundo".

Hace tres años que la dirección apostó por invitar a los residentes (en total 150) a disfrazarse y participar en el desfile. Hacerlo es opcional y no todos los usuarios pueden por motivos de movilidad, salud o de ánimo, "pero la propuesta tiene éxito", sostiene la directora del centro, Sandra Cuesta.

El sábado 2 de marzo, desfilarán con Abhal de Luarca unas 60 personas, entre usuarios, voluntarios y colaboradores. Todos se vestirán de esquimales.

"Lo mejor es hacer los preparativos", dice Nori Balbín mientras corta, dobla y grapa el material. Ella trabaja en la residencia y dedica parte de su tiempo de descanso a la causa. "Es emocionante verlos disfrutar, y solo por eso merece la pena todo lo que se hace aquí", añade, señalando la sala donde se fabrican los trajes y todos los accesorios de a carroza. A su lado, Margot Cotarelo, usuaria del centro, también ayuda en la confección de los atuendos. Lo hace "concentrada" y también "contenta" por poder participar en una iniciativa de este tipo.

"Muchos se disfrazaron con nosotros por primera vez en su vida", informan Ana Isabel García y Rocío Fuertes, dos trabajadoras del centro que acuden en su tiempo libre a los talleres de Carnaval. Efectivamente, Purificación Fernández desfilará por primera vez en su existencia con un disfraz: "Nunca viví así la fiesta de Carnaval", cuenta. "Me hace mucha ilusión", destaca. Su compañera, Amelia Fernández, dice que estas actividades "dan vida" al centro. Entre los voluntarios que ayudan con los preparativos también hay jóvenes. Pedro López tiene 14 años y aprovecha que conoce el proyecto Abhal por otros motivos (colabora con actividades que propone el instituto de enseñanza secundaria de Luarca) para "seguir ayudando". "Creo que es importante hacer algo por los demás", explica mientras corta cartón.

Los talleres dedicados a las máscaras se celebran los lunes, miércoles y viernes de cuatro a seis de la tarde. Es voluntario asistir. Algunos usuarios pasan la tarde conversando en la sala donde se trabaja. Josefa Alfonso, por ejemplo, observa los avances "entretenida". "No me disfrazo porque hace poco que falleció un ser querido", informa. Y entre los usuarios destaca la presencia de Consuelo Peláez, quien a sus 88 años tiene previsto vestirse de mujer de hielo. "Es divertido", sostiene. A su lado, las voluntarias Finita Turnes y Charo García animan la jornada cantando. "Es emocionante; bailamos y casi hasta lloramos", cuentan. "¡Viva el Carnaval!", grita Finita.

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