Los escolares de Cangas del Narcea defendieron ayer la importancia de mantener vivo el asturiano, de poder hablarlo y estudiarlo en el colegio e incluso llegaron a pedir su oficialidad. Lo hicieron en un acto organizado por la Consejería de Educación y Cultura con motivo de la celebración del Día Internacional de la Lengua Materna, que se conmemora hoy en todo el mundo.
El alumnado de quinto y sexto de Primaria de los colegios Alejandro Casona, Maestro Casanova y Obanca fueron los protagonistas de la jornada y los encargados de tomar la palabra en defensa del asturiano. "Es la primera lengua que tenemos en la vida", inició Paula Flórez, del Alejandro Casona, la intervención de los estudiantes. "Es un sentimiento que nos sale por la boca directamente del corazón, por eso hay que dar la oportunidad a todos de aprenderla y utilizarla", defendió su compañero Bernabé Rodríguez.
Más reivindicativos fueron los alumnos del Maestro Casanova que afirmaron que "tiene que ser obligatorio que todos los asturianos lo hablen". "Nos toca a las nuevas generaciones tirar por la lengua porque si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo va a hacer?", se preguntó Mateo Álvarez que destacó que el asturiano "forma parte de nuestro patrimonio cultural". Su compañera Ruth Barrientos recordó en su discurso como en la época de sus padres, en la escuela, corregían a los menores que usaban el asturiano y como era una lengua que estaba mal visto utilizarla fuera de los pueblos y lo comparó con la actualidad asegurando que "a los niños asturianos nos gustaría que en un futuro pudiera juntarse el asturiano y el castellano en las clases". Ruth Barrientos finalizó su intervención exigiendo la oficialidad para el asturiano.
Además, los escolares pudieron disfrutar de la representación en asturiano de la obra "Hansel y Gretel", a cargo de la compañía Higiénico Papel Teatro.
A la representación también asistió el director general de Planificación Lingüística y Normalización, Fernando Padilla, que recordó a los alumnos que el asturiano se usa desde hace más de 1.000 años, "es uno de los mejores tesoros que tenemos en Asturias" y les animó a cuidar, mimar, dignificar la lengua y "sobre todo tenemos que hablarla".
