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Puerto de Vega, letra romántica

El artesano de la imprenta Luis Gondi, ya retirado, recibe un homenaje del colegio Pedro Penzol, "una visita ilusionante"

Luis Gondi muestra cómo funciona una de sus imprentas. A. M. SERRANO

Dice Elena Fernández-Campoamor, profesora del colegio público Pedro Penzol de Puerto de Vega, que pocas cosas gustan tanto a los niños de Infantil como la antigua imprenta de Luis Gondi. El hombre, oriundo de El Franco y asentado desde hace más de 30 años en Puerto de Vega, apagó sus máquinas el pasado diciembre por jubilación, y la comunidad educativa del centro educativo quiso rendirle un sentido homenaje.

"Es un orgullo tener este material aquí, tal cerca del colegio", sostiene la profesora, quien acompañó a los alumnos de tres, cuatro y cinco años y al resto del profesorado de Infantil durante la visita.

Los escolares se interesaron especialmente por las máquinas, "aparatos" que imprimen como se hacía antaño y que necesitan de tinta real y un complejo mecanismo (alejado de los actuales ordenadores e imprentas digitales) para obtener resultados. "Una visita así es ilusionante", confesó Luis Gondi durante la reunión con los alumnos. Gondi se mostró además muy emocionado por el interés que su pequeña y ya histórica imprenta genera en el colegio.

Los alumnos se divirtieron especialmente con los moldes de las letras, que empiezan a estudiar estos cursos. Hay moldes para todas "y son cosas que ya no se ven o no se utilizan para esto", subrayó Gondi. Para terminar la visita, el protagonista, ahora jubilado, recibió un poema: "Las letras bailan en mi cabeza / mis manos son fuertes y las sujetan / poco a poco, letra a letra / coma a coma / puto a punto número a número (...)", reza una parte del escrito.

"Agradecemos tu trabajo constante y respetuoso con el entorno y tu contribución al patrimonio cultural de la localidad", leyó el grupo de alumnos en el bajo donde todavía lucen las máquinas de impresión de Luis Gondi, "una imprenta artesanal de las que ya no quedan", como le gusta decir al protagonista. El vecino de Puerto de Vega no sabe qué destino tendrán las máquinas ahora que cesó su actividad "después de 37 años y medio al pie del cañón". Espera que los vecinos del concejo de Navia y los turistas se interesen por su legado y asegura que las puertas están abiertas para visitas.

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