El cangués Luis Freijanes, que lucha desde hace años por abrir su centro de recuperación de animales en Vega de Pope, se tuvo que emplear a fondo en los últimos días para curar a "Sasha", su lince hembra. Freijanes se la encontró apática, sin ganas de jugar y tampoco de comer ni beber. Una situación que le hizo temer por su vida y, por lo tanto, por la continuidad de su proyecto de lograr criar linces y reintroducir la especie en la naturaleza, en concreto en la reserva integral de Muniellos.
"Tuve que pensar diferentes estrategias para darle el medicamento, porque no tengo medios, no tengo una clínica que me facilite darles el tratamiento", explica el cangués.
Esta semana, la lince, que tiene 11 meses y llegó a la "Estación lince" el pasado verano, recuperó el ánimo para jugar y las ganas de comer. Lo que más sorprende a su cuidador es que, a pesar de tener que pelear mucho para medicarla, el animal mantiene su confianza en él y le ha permitido volver a compartir momentos de juego.
En un año "Sasha" saldrá al celo y Freijanes espera que junto a "Zar" logren tener descendencia para devolver el lince al monte.
