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ELISA ÁLVAREZ, "ELY LEE" | VIOLINISTA NAVIEGA, TRABAJA EN UN CRUCERO DE EE UU

"Busco acercar la clásica a los jóvenes"

"Quiero llegar a tocar en sitios grandes; me llaman soñadora, pero sin tener claro lo que quieres es difícil conseguirlo"

Ely Lee, en una imagen promocional con su violín eléctrico.

Ely Lee es el nombre artístico de la naviega Elisa Álvarez, que desde hace tres años trabaja como violinista en un crucero estadounidense. Y sueña a lo grande, con montar su propio espectáculo y descubrir a los jóvenes la versatilidad de un instrumento, el violín, al que ha dedicado su vida. Se inició en la música a los cinco años y a los seis empezó a tocar el violín en el Conservatorio del Occidente. Cuatro años después descubrió la viola y en 2009 accedió al Conservatorio Superior de Asturias, cuya titulación completó con el master en viola realizado en el Mannes College of Music de Nueva York, ciudad en la que se formó en producción musical. Tras meses de parón a causa de la crisis del covid-19 este viernes volvió a subirse a un escenario y lo hizo en casa, en el Fantasio, de Navia. Su próxima actuación será el martes 25 en el bosque-jardín de la Fonte Baixa, en Luarca.

- La crisis del covid la pilló en alta mar ¿no?

-Trabajo en una empresa de cruceros de Estados Unidos. Cuando empezó el confinamiento en España a nosotros nos avisaron de que iba a ser la última semana de crucero. Llegamos a puerto con un caso sospechoso de covid y nos tuvieron aislados hasta que se confirmó que no tenía la enfermedad. Después nos dijeron que iban a parar las operaciones y poco a poco nos iban a enviar a nuestras casas. Cada semana iban diciendo qué personas podían salir, fue una obra de ingeniería porque mi empresa tiene 28 barcos con una tripulación de 1.500 personas en cada uno. Cuando se acabaron los aviones comerciales empezaron a llevar a la gente en charters alquilados y, finalmente, los últimos nos marchamos en barco. Pasaron dos meses hasta que llegué a casa.

- ¿Cómo fue ese periodo?

-La gente me dice que es una suerte haber pasado el confinamiento en un barco de super lujo, pero en realidad estaba en una habitación de un barco gigante y solo salía para comer y dar algunos paseos diarios. La empresa se portó muy bien y nos pusieron en habitaciones de pasajeros con balcón. Como tenía mi violín y mi ordenador aproveché ese tiempo para estudiar y sacar canciones nuevas. Grabé un vídeo en el crucero que subí a mis redes y una influencer española, Paula Gonu, lo compartió y sirvió para que mucha gente me descubriera en Instagram.

- ¿Qué papel juegan las redes sociales en la vida de un músico?

-En un momento como este es importante darte a conocer e Instagram, es la red que más funciona ahora. El tema de los conciertos está parado y no sabemos cuando se va a retomar. A veces sientes que falta motivación, pero hay que seguir. Siempre hay algo que poder hacer para crecer.

- ¿Cómo es su trabajo en el crucero?

-Toco en un trío que se llama "New Age" y hacemos cuatro horas de música en directo. Además, una vez a la semana, formo parte de un show increíble que se llama "Celestial Strings" y es como un musical de Broadway. Aquí podía conseguir conciertos, pero estaba más enfocado al fin de semana y a mi lo que más me gusta es el directo. Este trabajo me permite tocar y a la vez conocer un montón de países. Este año por ejemplo estrené un crucero que se construyó en Venecia y fui desde allí hasta Los Ángeles. Estoy muy contenta.

- Llegó a España en mayo ¿a qué ha dedicado en este tiempo?

-Después de guardar la cuarentena en Navia, decidí instalarme en Oviedo y montar mi estudio de grabación, donde hago vídeos de Youtube y preparo contenido para redes sociales y plataformas digitales. Veo el mundo digital como una posibilidad de llegar a más personas y que me conozcan. Es lento, pero es una ventana más. Además, es una manera de obtener algún ingreso mientras vuelvo a conseguir algún concierto.

- ¿Qué opina de retomar la actividad con un concierto en casa?

-Me hizo mogollón de ilusión porque es mi casa y porque en Navia toqué muy pocas veces. Además, pude estrenar el Fantasio, que está muy bien equipado. La última vez que estuve dentro era una ruina y ahora es espectacular. Nunca entendí que Navia no tuviera un auditorio, es algo muy positivo para los pueblos.

- ¿Cómo cree que repercutirá la crisis del covid en la cultura?

-Se han paralizado muchas cosas, pero creo que con todas las precauciones se puede seguir programando. Lo que veo es que mucha gente tiene miedo, pero no se debe parar, hay que reinventarse, porque nos llevará un tiempo volver a la normalidad. Los conciertos al aire libre o en teatro se pueden recuperar con todas las medidas de seguridad, pero lo que veo más difícil es el tema de los grandes festivales. Mi favorito es el "Resurrection Fest", de Viveiro (Lugo). Estoy preocupada por lo que va a pasar con los músicos, actores... y toda la gente que hay detrás de los conciertos.

- Volviendo a su trabajo ¿cómo define su estilo?

-Soy una violinista que toca un violín peculiar con seis cuerdas y eléctrico. Lo que hago son versiones de canciones variadas, desde jazz a pop comercial, pasando por rock o metal. Me formé en el violín clásico y, aunque considero importante la base clásica para cualquier cosa, siempre tuve otras inquietudes dentro de la música. Quería tocar estilos diferentes sin renunciar al violín. Cuando versiono una canción intento entender de qué habla e interpretarla con el violín, sin necesidad de una letra que te diga lo que está pasando.

- ¿Con qué sueña?

-Me encantaría poder vivir de tocar conciertos y hacerlo por todo el mundo. Mi objetivo es ese desde que era pequeña, vivir de esto y sacar mis propios temas. He empezado a organizar un espectáculo que incluye canciones muy conocidas de música clásica mezcladas con géneros más modernos. Es un proyecto ambicioso que está esperando el momento en que se pueda hacer realidad. Creo que los grandes músicos no solo deberían ser cantantes, también debería haber proyectos diferentes. Me gustaría llegar a tocar en sitios grandes. Me llaman soñadora, pero si no tienes claro lo que quieres será difícil conseguirlo. Busco acercar la clásica y un instrumento como el violín a la gente joven y que cambien el chip, que no solo escuchen lo que quieren que escuchen.

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