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Descontento en Trevías por la fusión de 1.º y 2.º de Primaria con 17 alumnos

"Lo sentimos como un castigo a pesar de nuestro esfuerzo", apunta la dirección del centro, que ha perdido la jefatura de estudios

El colegio San Miguel de Trevías, en Valdés, inició el curso con la supresión de una unidad y el agrupamiento de los alumnos de 1.º y 2.º de Primaria en una única aula que suma en total 17 estudiantes. Un hecho que ha generado el descontento de las familias y de la dirección del centro, quien junto a la pérdida de esta unidad también ha visto como se reducía el equipo directivo al eliminarse el puesto de jefe de estudios.

Desde que conocieron la unificación de las dos unidades a finales del pasado curso, tanto la asociación de padres y madres del colegio como el propio centro educativo presentaron alegaciones contra la decisión, pero no fueron atendidas y finalmente el curso se inició con una clase menos y sin jefe de estudios.

La directora del colegio, Teresa Losada, considera que este no era el curso más adecuado para llevar a cabo una unificación de aulas, cuando nunca antes se había dado en el centro. Ve contradictorio que por un lado se pidan medidas de distanciamiento y mantener grupos burbuja en los centros para protegerse frente al contagio de covid-19, mientras que por otro se agrupan cursos.

Además, en este caso quitar una unidad no ha supuesto un ahorro de personal, ya que la plantilla de profesorado mantiene como el curso pasado. No obstante, la directora señala que en lo que sí influye es en la bajada de la asignación económica para el centro y en la reducción del equipo directivo, que ahora conforman la directora y la secretaria. "Es un año en el que tenemos mucha burocracia, además el colegio aunque solo tiene 103 alumnos tiene comedor y transporte y el curso pasado nos instalaron un programa de gestión económica que requiere mucho tiempo", expone Losada.

El colegio está inmerso en el cambio pedagógico hacia el aprendizaje basado en proyectos y sin libros de texto para "buscar una enseñanza de calidad", recalca su directora, que considera que la unificación de dos unidades no va a redundar en esa mejora de la calidad educativa que están buscando ni en la atención a la diversidad. "Esta decisión es una desmotivación para el profesorado que lo siente como "un castigo" a pesar de nuestro esfuerzo por mejorar la calidad de la educación, llegamos a creer que solo importan los números y no los hechos", lamenta.

Además, se encuentran con que la profesora de religión solo está contratada a media jornada para atender a dos centros, por lo que solo puede impartir 6 horas a la semana en el colegio y este cuenta con 8 grupos. Eso supone unir estudiantes de diferentes aulas, aunque no se superen las ratios establecidas.

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