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Luis Miguel Rodríguez Terente Doctor en Geología por la Universidad de Oviedo

“Ochoa y Margarita Salas estarían orgullosos del trato que ofrece Valdés a los científicos”

“Sobre el volcán de La Palma he escuchado cosas sorprendentes, como que podía explotar, pero lo cierto es que no podemos pararlo”

Luis Miguel Rodríguez, en Luarca. | A. M. S.

El doctor en Geología por la Universidad de Oviedo Luis Miguel Rodríguez Terente fue uno de los ponentes de la XIX Semana de la Ciencia de Luarca. Habló sobre volcanes, una temática de actualidad por la erupción en Cumbre Vieja (La Palma). En su charla, contó leyendas e historias, y agradeció el recuerdo que brinda Valdés cada año a sus dos grandes científicos, Margarita Salas y Severo Ochoa.

–¿Qué no se sabe a estas alturas de los volcanes?

–La erupción del volcán de La Palma ha hecho que se hable mucho y bien de este fenómeno y, por tanto, sería repetitivo volver a informar sobre ello. Yo lo que intento es divulgar la percepción que tuvo el ser humano y los argumentos que ofreció a lo largo de la historia para explicar qué es un volcán. Todas las explicaciones que se daban hasta el siglo XVIII se basaban en la Biblia; no se podía decir nada al margen, porque quien lo hiciera era considera ateo y ahí se acababa su investigación. Fue a partir de este siglo XVIII cuando empezamos a comprender de verdad qué es un volcán y ahora lo entendemos todo. Es más, nos podemos anticipar con suerte a las erupciones, como ha sido el caso de La Palma. Hoy en día están monitorizados todos los volcanes peligrosos del mundo, los que podrían afectar a la vida. En Europa tenemos el Etna, el Vesubio y el Stromboli. Hay 26 volcanes en erupción en todo el planeta.

–¿Qué parte de la historia desconocemos?

–Por nuestra tradición grecolatina, conocemos bien el mito de Vulcano, el dios del fuego y, personalmente, me sorprendió el mito del sabio Ereroches, que se arrojó al volcán para unirse con la naturaleza en la concepción divina y en la siguiente erupción el volcán arrojó una de sus sandalias. Me pregunto de qué material estaría hecha cuando resistió una temperatura de 1.000 grados... (risas). Incluso la leyenda del Arca de Noe tiene a un volcán como protagonista porque el monte Ararat, donde embarrancó, es un volcán.

–¿Afectan al cambio climático?

–Dependerá de la emisión de gases a las capas altas, sobre todo de dióxido de azufre, porque actúa como aerosol y refleja la radiación solar. El volcán Tambora alteró en 1815 el clima y se cuenta que el año siguiente fue bautizado como el año sin verano. Hubo problemas en los cultivos, hambrunas y mucha gente lo pasó mal.

–Generan angustia.

–Contra lo que se cree, no necesariamente en la población que vive cerca de ellos. Suelen saber lo que pasa y es habitual que recen para que no entren en erupción. En algunos casos, tenemos erupciones de meses o años y es normal. Se vive.

–¿Qué bulo se contó estos meses a raíz de la erupción en Cumbre Vieja?

–Escuché cosas muy sorprendentes como que la isla podía explotar. Algo que, por cierto, ocurrió en algunos momentos de la historia, pero en otro tipo de volcanes con situaciones geológicas muy dispares. También se habló de bombardear, me recuerda a Patton en el Mauna Loaen 1935. Pero no, no podemos pararlo.

–La emisión de gases genera mucha controversia.

–El sulfuro de hidrógeno y dióxido de azufre sí son dañinos si se respiran durante cierto tiempo.

–¿Cómo valora el recuerdo del concejo valdesano a Severo Ochoa y Margarita Salas?

–Estarían orgullosos de su tierra. Es muy importante lo que se hace aquí. Es fantástico que su espíritu esté entre nosotros y que los científicos puedan mostrar al público cada año en Luarca lo qué están haciendo.

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