Dice la boalesa Pilar González Acero que la decoración navideña que viste la capital de su querido concejo es “cosa de todos” y que no se debe atribuir a unos pocos. “Lo hacemos entre muchas personas que se preocupan por el pueblo”, insiste, recordando la envidiable unidad de los vecinos de Boal que apuestan por hacer actividades en la villa y aciertan.
La calle principal luce estas fechas gracias a todo ellos más engalanada que nunca. Objetivo: atraer visitas y hacer que las personas que viven en Boal celebren estas navidades más animadas. En concreto, se puede hacer una ruta de belenes mientras se pasea por la calle principal. Empieza en la iglesia parroquial, donde hay uno monumental y otro a tamaño real, y se continúa con los escaparates. En esta edición lucen un “szopka” (típico de Cracovia)”, otro comprado en una cooperativa de cristianos de Palestina, uno nicaragüense pintado a mano, otro de miga y corteza de pan y uno más destinado al público infantil, de Playmovil. El árbol de Navidad de la plaza “contará con un tramo más de piezas de ganchillo, alcanzando los seis metros de altura” y, como novedad, este año un escaparate mostrará una colección de libros y postales de Navidad pop up o troquelados. “Merece la pena acercarse a Boal esta Navidad”, concluye, bien orgullosa, Pilar González.