Imaginen el desconcierto de un camarero de un pequeño bar de una solitaria carretera cuando, sin previo aviso, recibe un autobús cargado de turistas. De este modo tan gráfico expresó el santirseño Ángel Prieto la situación que se vive en algunos pueblos ante la llegada de nuevos moradores. “Antes de que llegue ese autobús, debemos estar preparados, para tener bocadillos y vasos suficientes. También los que vienen deben ser respetuosos y conocer antes nuestra cultura. Si pedimos que venga gente y no sabemos canalizarlo, será un caos”, señaló el presidente de la asociación cultural San Tirso del Eo.
Precisamente debatir sobre esos procesos de adaptación y convivencia para la fijación de población fue el objetivo de una jornada organizada en la capital santirseña por la Fundación Edes. Se enmarca en el proyecto “Volver al pueblo”, iniciativa promovida a nivel nacional por la Confederación de Centros de Desarrollo Rural (Coceder) y que, entre otros recursos, cuenta con un banco de vivienda disponible. La responsable comarcal de “Volver al pueblo” es Verónica Bermúdez, quien expone que jornadas como la de San Tirso buscan “afianzar redes de apoyo y que, entre todos, seamos capaces de atraer población y que sea capaz de cuajar en el territorio”.
Bermúdez pone de manifiesto la importancia de que los territorios hagan un trabajo previo para sacar a la luz las oportunidades que pueden ofrecer, ya sea en forma de un negocio que se traspasa o de un local que lleva tiempo cerrado. “Se trata de que estemos todos más pendientes de qué tenemos y cómo lo podemos poner a disposición de gente que le quiera dar una segunda oportunidad”, señala Bermúdez, al tiempo que coincide con Ángel Prieto en que no solo los pueblos deben prepararse sino también los nuevos moradores, que deben saber bien dónde van. En este sentido, Prieto considera que “a veces nos equivocamos al transmitir a los nuevos pobladores que aquí es todo muy fácil”. En este sentido, el colectivo que preside ha decidido dar un giro a sus actividades anuales con el objetivo de dirigirlas también a que los nuevos moradores conozcan mejor la cultura y las tradiciones locales. “Hay que transmitir los valores humanos para que los nuevos pobladores aterricen y sepan encajar”, apunta.
En ese proceso de “aterrizaje” están Yessenia Espinoza, programadora, y José Luis Paricio, músico y psicólogo. Acaban de adquirir una casa en suelo santirseño para asentarse junto a sus cuatro hijos. “Esta zona nos interesa porque es muy fértil. Nuestra intención es cultivar la tierra y aquí se dan unas condiciones idóneas”, señala Paricio.
Ambos apuestan por lo rural por su calidad de vida y es precisamente el nexo común con la mayor parte de nuevos pobladores. Lo sabe bien la estudiante Carmen Corbal que ayer presentó en San Tirso su proyecto de fin de grado sobre el fénomeno neorrural gallego. Corbal pone de manifiesto la existencia de ciertas fricciones en los primeros momentos de convivencia y culpa de ello, en parte, a la “idealización” que se tiene de lo rural. En este sentido, apela al diálogo como la herramienta para mejorar la integración.
El Alcalde de San Tirso, Clemente Martínez, aplaudió la jornada por la necesidad de encontrar una solución que ponga fin a la pérdida de población de las zonas rurales. Un fenómeno al que no se escapa el concejo santirseño, pese a que en los últimos cuatro años mantiene estable su población, en parte gracias a la llegada de nuevos moradores. Además, el regidor agradeció la “inestimable” labor que está desarrollando en el territorio la Fundación Edes.
