Así es el edificio que cumple 30 años y cambió el castro de Coaña

El aula didáctica que contextualiza al visitante en el emblemático yacimiento de la Edad del Hierro está de celebración, aunque su discurso, ahora pendiente de cambios, "está obsoleto"

Amparo Gayol, junto a uno de los paneles que explican el castro de Coaña. | A. M. S

Amparo Gayol, junto a uno de los paneles que explican el castro de Coaña. | A. M. S / Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

El aula didáctica del castro El Castelón de la Edad de Hierro, un edificio que en noviembre cumplirá 30 años y que este 2024 verá renovado todos sus contenidos, es el lugar de trabajo de Amparo Gayol. Es guía del castro de Coaña desde hace 17 años. Recuerda con sinceridad su primera visita guiada, allá por el año 1991, cuando todavía no estaba en el puesto de trabajo que tiene ahora de manera definitiva y cuando el centro de recepción no existía. "Este edificio era muy necesario; no teníamos un lugar donde recibir al visitante, y eso no daba buena imagen", cuenta.

Arriba, juego de latruncúlos hallado en el castro coañés. Abajo, a la izquierda, pieza original de molino y, a la derecha, asidero de jarra, también del yacimiento coañés. | A. M. S.

Arriba, juego de latruncúlos hallado en el castro coañés. Abajo, a la izquierda, pieza original de molino y, a la derecha, asidero de jarra, también del yacimiento coañés. | A. M. S. / Ana M. Serrano

Gayol tuvo otros destinos después de aquellos primeros meses contratada por el Ayuntamiento de Coaña. Hoy es la guía más veterana del castro si se tiene en cuenta sus años de trabajo ininterrumpido. ¿Cómo funcionaba la aula didáctica antes y cómo lo hace ahora? "Pues de forma muy diferente", cuenta. "Cuando se hizo marcó un antes y un después; ahora podrá comentarse que el contenido está obsoleto, pero aquellos eran otros tiempos; en realidad, fue un gran cambio para bien, fue decisivo", sostiene.

El edificio que cambió el castro de Coaña

El edificio que cambió el castro de Coaña / Ana M. Serrano

En la entrada, el personal puede ahora dar los buenos días o buenas tardes a techo, hay aseos y reseñas de tres asuntos: la historia de los castros en zona noreste de España, la importancia de las minas de oro durante la romanización y cómo es el castro coañés. Veintiséis paneles y ocho vitrinas con material tratan de acercar al visitante desde hace 30 años a lo que más tarde recorrerá por su propio pie.

El edificio que cambió el castro de Coaña

El edificio que cambió el castro de Coaña / Ana M. Serrano

Según advierte Gayol en esta aula solo hay tres piezas del castro de El Castelón. Son el asidero de una jarra de cerámica, un juego de latruncúlos y la piedra base de un molino circular. Hay piezas de cerámica fina del vecino castro Chao Samartín, en Grandas de Salime, y recreaciones varias (aperos de campo, puñales y hachas) que tratan de acercar al visitante a las formas de vida de los poblados.

"Cuando se abrió el centro, aquí se ofrecería una información general y es verdad que poca del castro de Coaña", dice Gayol, quien recuerda los tiempos, en la década de los noventa, en los que por el yacimiento pasaban 50.000 personas al año. El conjunto solo afrontó dos crisis: la económica, entre 2009 y 2010, y la causada por la pandemia. Hoy en día, visitan el castro unas 17.000 personas al año.

Salvo aquellos visitantes que conocen el castro y lo visitan varias veces, el primer punto interés siempre es el aula didáctica. Sin embargo, el perfil de la persona que compra una entrada ha cambiado mucho. "Ahora son más exigentes", apunta Amparo Gayol. Es por ello que la modernización prevista por el Principado es bienvenida. "Los criterios de museología han cambiado y hay que tener en cuenta que tenemos un 15 por ciento de visitantes extranjeros al año; es decir, que debemos ofrecer información al menos en inglés", sostiene la guía. También apunta a la necesidad de afrontar otros cambios para superar barreras y que las personas con limitaciones puedan explorar los contenidos de la exposición.

Uno de los arqueólogos que más conocen el emblemático yacimiento de Coaña es Ángel Villa. Él recuerda cómo se gestó esta aula tan innovadora en su momento. "En 1987 se empezó a pensar en ella, en 1990 se hizo el proyecto y en 1993 se abrió al público", detalla. Villa reconoce que este edificio se ideó como la punta del iceberg, la sede de un plan y centro logístico del que se llamaría Plan Arqueológico del Valle del Navia. Para financiar el proyecto, recuerda Villa, el Ministerio exigía un yacimiento sobre el que desarrollarlo. Finalmente, la consignación fue para el Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres. El Principado intentó retomar el proyecto en solitario, pero, en vista del tiempo, la idea no se materializó.

El arqueólogo considera que el discurso que ofrece el aula está superado. Sin ir más lejos, incluso se ha avanzado en las investigaciones y los paneles informativos dedicados al castro El Castelón no recogen los nuevos hallazgos ni los mapas.

El Principado propone ahora renovar el contenido para ajustarlo a un discurso capaz de atraer más la atención en tiempos de sobreinformación. Otra novedad será exhibir piezas del propio castro ahora conservadas en otros centros culturales de Asturias.

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