Tapia recuerda a Juan Álvaro Fenduda, "una persona muy comprometida con todo"

Amigos y familiares del lavianés fallecido en Tapia a los 90 años abarrotaron el auditorio para honrarle

El auditorio de Tapia, lleno durante el homenaje.

El auditorio de Tapia, lleno durante el homenaje. / T. C.

El profesor, escritor y músico Juan Álvaro Fenduda (Laviana,1933-Tapia,2024) tuvo una vida de las que dan para una novela. Recorrió medio mundo trabajando en profesiones muy diversas antes de recalar en Tapia, donde falleció el pasado 18 de enero. Sus amigos y familiares organizaron este sábado un emotivo acto para recordar a una persona "muy singular, siempre comprometida con todo, sobre todo con la gente más necesitada, y con una vida muy interesante". El auditorio se quedó pequeño para la ocasión, demostrando que Fenduda era un hombre enormemente querido.

Juan Álvaro en una imagen reciente.

Juan Álvaro en una imagen reciente. / R. T. C.

Su buen amigo José Pérez, más conocido por Pepe "Barcella", glosó su vida e hizo hincapié en lo feliz que habría estado viendo el auditorio lleno de amigos. "Él no quiso entierro, así que sus amigos organizamos este acto para contar su historia, mucha gente lo trataba sin conocerla, tampoco la contaba a todo el mundo", explica Barcella. Con tan solo once años fusilaron a su padre en Laviana, durante la Guerra Civil, así que tuvo que empezar a trabajar muy pronto, en oficios variados como recogiendo naranja en Valencia. Estudió cocina en Madrid y después escapó a Francia en una dura historia que contó en su libro "Que las pateras no me sean indiferentes".

Vivió en París y en Londres, donde montó el célebre grupo "Los Andinos", después se trasladó a Nueva York donde abrió un popular restaurante por el que pasaron personalidades de todo tipo. "Hizo mucho dinero y cuando tenía 37 años decidió comprar una finca en Porcía y se vino", añade Barcella. Empezó dando clases particulares de inglés y luego abrió una academia en Navia hasta su jubilación. Tuvo una vida muy activa y, entre otros asuntos, participó en la fundación del club de golf Cierro Grande, de Tapia.

En su turno de palabra, Barcella aprovechó para reivindicar no solo la muerte digna que tanto preocupaba a Fenduda, sino también la necesidad de organizar una red que impida "que los abuelos estén solos en sus casas". En el caso de Fenduda, se logró: "No murió solo porque montamos un grupo de amigos y familiares para cuidarle. Hubo una gran respuesta, no estuvo ningún día sin visitas". El tapiego considera necesario que existan opciones para aquellos casos en los que no se logra plaza a tiempo en el centro de día o cobertura en los recursos asistenciales habituales: "Tiene que haber un plan B, para el cuidado a domicilio, provisional hasta que se arregle, una bolsa actualizada de posibles cuidadoras.... Hay que crear una lista de voluntarios para visitar a la gente que necesita compañía. Yo me ofrezco como primer voluntario".

En el acto no faltó la música que tanto gustaba a Fenduda. Los asistentes destacaron lo emotivo de un acto hecho con mucho gusto y cariño.