La gimnasia que quita males se hace en Valdés: "Hay que estar activa porque si no la cabeza empieza a pensar en lo que no debe"

No hace frío y no llueve. La temperatura es agradable en Luarca. Son las diez de la mañana y un alegre grupo de personas de más de sesenta años se encuentra en el parque biosaludable o gerontológico de los jardines de Villa Tarsila. «Huy, esto no me lo pierdo», dice Belarmina García, de 82 años y la veterana del grupo. Eso que no se quiere perder es una sesión de gimnasia adaptada para estas edades y dirigida, gracias a una iniciativa gratuita del Ayuntamiento de Valdés, por los especialistas Miguel Iglesias y Chechu Sáez. 

Los participantes son una veintena. Para romper el hielo, como dice Chechu Sáez, hacen un juego, cual niños. Así conocen sus nombres y se empiezan a mover rompiendo, poco a poco, con la vergüenza. «Esto es fundamental porque hace grupo», detalla el monitor, titulado como su socio de empresa por la Facultad de Ciencias del Deporte y la Educación Física de La Coruña. Pasada esta etapa, empieza el calentamiento. Raquel Martínez se apuntó a la propuesta municipal en cuando supo de ella. Escucha y observa a los monitores. «Hay que estar activa porque si no lo estás la cabeza empieza a pensar en lo que no debe», opina.

Tras el calentamiento llegan las series. En esta jornada de miércoles harán tres con siete ejercicios de 40 segundos de duración. Repiten las sesiones todos los lunes y miércoles en el parque de Luarca y los martes y jueves en el parque también gerontológico de Trevías. La concejala del ramo, Clara García, detalla porqué pensó en este proyecto: «Pretendemos que la población de Valdés tenga una mejor salud y calidad de vida», destaca. «Contamos con un gran porcentaje de personas mayores en nuestro concejo a las que queremos ofrecer los mejores recursos con la prevención de la salud como punta de lanza», añade. 

Luis Gavilán tiene 79 años y se concentra en hacer el ejercicio lo mejor posible. «Estoy muy contento; el ejercicio siempre sienta bien y aquí dicen cómo tenemos que hacer», opina. El monitor Miguel Iglesias apunta que es uno de los objetivos que ellos persiguen: «Que mire estas máquinas que están disponibles las 24 horas sin miedo, que sepan utilizarlas», subraya. Cuando en mayo se acaben las sesiones esperan que el grupo haga piña y se encuentre para hacer los mismos ejercicios por su cuenta. «No es solo el ejercicio, es también la parte social, que salgan de aquí y tal vez se vaya a tomar un café juntos», advierte Chechu Sáez. 

Entre los usuarios, las opiniones se repiten. Para José Fernández estar algo obligado por el grupo, «hace constancia» y provoca un resultado. Para Zenaida Valdés, con estas series «empiezas bien el día» y para Sara López, esta propuesta municipal es positiva porque se siente más «enérgica y activa». Leo Suárez señala que otros ayuntamientos deberían copiar la iniciativa y entre uno y comentario y ejercicio, los monitores observan que sus pupilos han entrado en calor. «¡Ya se nota la intensidad!», exclaman. Todos volverán el lunes (si llueve se hace a cubierto, en el polideportivo). «Con el tiempo, tendrán más fuerza para hacer lo cotidiano, coger bolsas o alcanzar algo que está algo; al final, mejorarán en fuerza, energía y movilidad», prometen Miguel y Chechu.