El jubilado de la ONU que sigue la actualidad desde su refugio luarqués: "Llegará una guerra nuclear táctica y Europa será la peor parada"

El ovetense asegura que la ciudadanía "debe tomar conciencia y reconstruir la sociedad civil para empoderarla, porque solo habrá paz en el mundo si nosotros lo exigimos a nuestros gobernantes"

Carlos Villán Durán, jubilado de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU: "Llegará una guerra nuclear táctica y Europa será la peor parada"

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

Ana M. Serrano

El presidente de la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el ovetense Carlos Villán Durán, tiene mucho de su padre, Conceso Villar. El progenitor del protagonista de este reportaje fue víctima de la represión franquista, se libró de la pena de muerte de milagro y, tras mucho trasiego y no pocas aventuras, recaló en su León natal, donde murió. Nunca le impuso una forma de pensar, "nunca me habló con odio", y sí le inculcó el espíritu crítico y la capacidad de reflexión que Carlos Villar conserva a sus años.

Villán desvela para este diario sus inquietudes desde el que es su refugio, una casa de Barcellina acogedora y con alma. Hace poco impartió una charla sobre la paz organizada por la asociación cultural "Viento del Norte". Habló entonces y habla ahora sin pudor del escenario geopolítico actual y no tiene buenas noticias: "El mundo es inseguro y deshumanizado", dice.

Conocido por sus 35 años de trabajo como miembro de la Oficina del Alto Comisionado del las Naciones Unidas en Ginebra (se jubiló en 2005 y llegó al puesto por oposición), es un fiel convencido de la paz, con mayúsculas. Pero para llegar a ella "hay que trabajar, buscar soluciones, reflexionar sobre el origen de los conflictos y también, sobre los grupos de presión y económicos".

El primer día de retiro fundó junto a otros amigos y compañeros la asociación internacional por el derecho de la paz. La llamada declaración de Luarca por el derecho a la paz tiene al colectivo como motor. En ella participaron "expertos, independientes, blancos, judeocristianos y del Norte". Es la pega que le pone Villán a este texto. En todo caso, se halló remedio "porque la declaración viajó por muchos países y ahora contiene otras perspectivas".

Carlos Villán en uno de los rincones de su vivienda.

Carlos Villán en uno de los rincones de su vivienda. / A. M. S.

La visión de Carlos Villán de la paz "no es la clásica, la que se cultiva en España; yo aporto la perspectiva práctica, la que es el centro de la Organización de Naciones Unidas", apunta. Recuerda su primer trabajo y, con ello, cómo ha cambiado el mundo desde entonces . En 1982 lideró la campaña de la ONU para limitar a Augusto Pinochet y devolver a Chile "los derechos humanos". "En 1990 Pinochet se fue porque lo echó la sociedad civil chilena y también la comunidad internacional", apunta Villán, convencido de que la ONU y sus informes advirtiendo de lo que pasaba en el país e informando al mundo de ello tuvieron un papel determinante en este final.

Según se deduce de la conversación con Carlos Villán, hoy es más difícil frenar los procesos bélicos porque no hay consecuencias para el país que, de forma unilateral, empieza una guerra. "Los derechos humanos podrían avanzar más si se cumple el derecho a la paz", manifiesta y recuerda el año 2001, cuando, dice, todo cambió.

El atentado terrorista del 11-S provocó una reacción sin precedentes. "El gobierno de Estados Unidos inició guerras unilaterales y sin el aval de Naciones Unidas, es decir, ilegales". "Y además, esas guerras no se ganaron", añade. Según Naciones Unidas, hoy hay más de 100 conflictos armados en el mundo, "pero solo tenemos noticias de Ucrania y Gaza". Lo que pasa en Gaza lo considera Carlos Villán el genocidio de una población indefensa. Lo que pasa en Ucrania, lo presenta como un conflicto "que interesa a los Estados Unidos". Para Villán, la espiral de violencia crece "y se alimenta del gran negocio de las armas". En 2022, según el Instituto de Investigación de Estocolmo, "en el mundo se gastaron 2.240 miles de millones de dólares en armamento; y las mayores empresas armamentísticas son de Estados Unidos". El experto echa de menos una mirada al pasado y un recuerdo el pacto de Helsinki "porque agrupó a los Estados de toda Europa y también a Rusia". Villán se queda pensativo mientras piensa que esta fórmula no interesaba a Estados Unidos. Vuelve al presente y asegura que la guerra nuclear táctica entre Rusia y Estados Unidos "llegará" y que Europa "será la peor parada". La consecuencia: la "destrucción" de este continente porque Ucrania está en el centro y "seremos las primeras víctimas".  

Carlos Villán asegura que defiende a la ONU pero entiende que hay que cambiar lo que no funciona: el Consejo de Seguridad. "Sobran privilegios y falta humanidad", dice mientras contesta a una pregunta: ¿Qué puede hacer el ciudadano en su día a día para fomentar la paz? Sonría y apunta: "Es fundamental el papel de la sociedad civil, que pierde espacio público, está muy manipulada y cada vez es menos crítica". 

El extrabajador de la ONU cree que la ciudadanía "debe tomar conciencia, reconstruir la sociedad civil y empoderarla porque solo habrá paz en el mundo si nosotros lo exigimos a nuestros gobernantes". "No hay tiempo que perder", dice mientras considera crucial ir más allá y alejarse del pensamiento imperante para lograr otras perspectivas. Su discurso parece pesimista. Sin embargo, Carlos Villán mueve cada día los hilos que puede para dejar un mundo más en paz.