La singular historia de Eleven People: las velas aromáticas 'made in' los Oscos en las que se han fijado marcas como Porcelanosa

El asturiano Nicolás García y el venezolano Carlos Martínez crearon en 2019 un proyecto que aspira a dar a conocer al mundo la belleza de Asturias

Nicolás García y Carlos Martínez en su estudio de Barcia, en Santa Eulalia de Oscos, con alguno de sus productos.

Nicolás García y Carlos Martínez en su estudio de Barcia, en Santa Eulalia de Oscos, con alguno de sus productos. / T. Cascudo

Cuando Nicolás García y Carlos Martínez cruzaron su primera mirada en una tienda del centro de Madrid, poco podían imaginarse lo que les depararía el destino. Una década y una boda después dirigen juntos "Eleven People", un singular proyecto dedicado a la creación de velas y ambientadores sólidos aromatizados creados en el corazón de Santa Eulalia de Oscos. Su marca artesana, que aspira a dar a conocer al mundo la belleza de Asturias, ha llamado la atención de firmas internacionales como Porcelanosa. "Nuestro proyecto nació aquí y aspiramos a poner la región y a los Oscos en el mapa y que la gente reconozca Asturias en nuestros productos. Queremos que la gente venga y descubra que desde aquí se pueden hacer cosas maravillosas", relatan.

Detalle de los ambientadores sólidos de Eleven People.

Detalle de los ambientadores sólidos de Eleven People. / Eleven People

Pero hay que regresar al Madrid de 2015 para entender esta historia de amor y emprendimiento. Nicolás, asturiano de 34 años, trabajaba entonces como dependiente en una tienda de decoración y Carlos, venezolano de 38 años, hacía lo propio en una firma de moda de la que el primero era cliente. Lo suyo fue amor a primera vista: "Nunca me había pasado algo así, fue un flechazo", resume el asturiano de su primer encuentro. Tras dos años de relación, decidieron trasladarse a Gijón y, casi sin buscarlo, alumbraron un proyecto de lo más singular.

A Nicolás García, aficionado desde pequeño a las manualidades, le gustaba crear sus propias velas y compartió esta afición con su pareja, que tiene un gusto especial por los aromas y los perfumes. "Empezamos a hacer velas para regalar a amigos y familiares y, a su vez, nos iban haciendo encargos", explican. Y lo que nació en la cocina de su casa como un hobby compartido se convirtió pronto, aunque con mucho esfuerzo y sacrificio, en un modelo de negocio. En el 2019 anunciaron, ante la incredulidad de su familia, que iban a poner en marcha una empresa de venta de velas y que lo harían desde la pequeña localidad de Barcia, en Santa Eulalia de Oscos, de donde es oriunda la familia de Nicolás y donde guarda algunos de sus más bellos recuerdos de infancia. "Creíamos mucho en nuestro proyecto y en hacer cosas juntos", relatan.

Nicolás García y Carlos Martínez en pleno proceso creativo en su estudio de Barcia.

Nicolás García y Carlos Martínez en pleno proceso creativo en su estudio de Barcia. / Eleven People

El venezolano nació un once de noviembre a las once y once de la noche y la vida del gijonés siempre estuvo marcada por ese número, así que no dudaron al bautizar su proyecto: "Eleven People". Lo de "people", explica Carlos Martínez, se debe a que cada una de sus velas están inspiradas en personas o lugares muy significativos como "28004", que es el código postal de la calle de Madrid en la que comenzó todo. "Cada producto tiene una historia detrás y un aroma que nos recuerda a esa historia", añaden. Eleven People cuenta con once fragancias divididas en velas y ambientadores (tanto sólidos como en formato mikado y spray). La particularidad de sus productos, además de ser artesanos, es que están elaborados con cera vegetal de soja y aceites botánicos.

Una de las velas de Eleven People.

Una de las velas de Eleven People. / Eleven People

La red social Instagram fue su ventana al mundo y la herramienta que les permitió crecer hasta montar su propio estudio creativo en un antiguo pajar de Barcia. Ahora viven a medio camino entre esta localidad santallesa y Gijón, lugares que compaginan con los viajes por todo el mundo dando a conocer sus productos, que ya han llegado a lugares tan dispares como Australia, Estados Unidos u Hong Kong. Ya que, además de su propia línea y de ofrecer talleres a la carta, trabajan con diferentes marcas a las que ayudan a diseñar sus propios productos personalizados. Es el caso de Porcelanosa, Sprinfield, Caja Rural, el grupo de restaurantes Tragaluz o Colvin. También se han hecho un hueco en el sector de los eventos, especialmente en las bodas, donde ofrecen a los novios crear su propia fragancia para envolver su gran día y ofrecer ese aroma como detalle a los invitados.

Carlos Martínez y Nicolás García en Barcia.

Carlos Martínez y Nicolás García en Barcia. / T. Cascudo

Aún recuerdan con ilusión su primer pedido internacional, un encargo portugués que les hizo emocionarse. Por eso, pese a estar en un momento de crecimiento, no olvidan sus raíces y tienen claro "donde está nuestro Norte". "Crecer puede llevarte a perder la esencia y no queremos. Nosotros hacemos un producto artesanal desde Asturias, apostamos por estar aquí y crecer desde aquí", subrayan. Su historia demuestra que es posible reinventarse y que, aunque emprender "no siempre es fácil, también te trae cosas súper bonitas y gratificantes". Su proyecto nació sin pretensión alguna en la cocina de su piso compartido y han logrado convertirse en una marca con sello asturiano que enamora y viaja por medio mundo.