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Félix Martín

Camarada Disney

Una metáfora en la naturaleza de Tapia de Casariego

Cuando nadie inicia proyecto alguno sin las consiguientes subvenciones públicas, sin las ayudas del erario, o de los apadrinamientos correspondientes, llama la atención que alguien por sí solo, con 75 años cumplidos, y a golpe de hacha y “foucín”, se deje la piel en favor de un proyecto comunitario en plena naturaleza, gratuito y abierto de par en par.

Es José Manuel “Camarada”, de la casa mantarega del mismo nombre, en Tapia de Casariego, quien desde la jubilación, el tiempo que la mayoría emplea en sestear y pasar la hoja del calendario sin aliciente alguno, el que se pone al frente de un proyecto de lo más original y solidario. Y no es la primera vez que “Camarada” actúa desde la singularidad. Después de bachiller, cuando muy pocos jóvenes tapiegos apenas habían salido de su concejo, José Manuel apostó por formarse en Holanda, en pro de su actividad agroganadera. Fue además alcalde de barrio, siempre al frente de proyectos e iniciativas colectivas, concejal del Ayuntamiento de Tapia de Casariego, y sacó de la chistera la “Feria Campomar” (que lo fue, verdaderamente, con su presencia, y pasó a ser feria de bocadillos en su ausencia).

Ahora desde enero de 2020 “Camarada” viene dando vida a un parque temático en los espacios naturales (contiguos), conocidos como Mirayos y El Arenal, en su propio pueblo de Mántaras, y que él mismo ha bautizado como “Jardín de Camarada”. Aquí, sin más herramientas que sus manos, y en un duro derroche de horas trabajo a la intemperie, de gasto constante y sonante, ingenio y solidaridad, José Manuel esculpe figuras y animales desde cortezas y arbustos, que insertados en su propio entorno, debidamente coloreados y señalizados sobre pizarra, cobran vida y realidad. Es también, un homenaje a personajes tapiegos, una metáfora a los hombres del mar y del campo, a su propia familia, y a la naturaleza. Todo ello, nunca mejor dicho gratia et amore, para admiración y disfrute de la diaria legión de visitantes; a veces con un carácter didáctico intresantísimo, para niños que por su procedencia urbana, desconocen la realidad de la vida y naturaleza del campo.

Recientemente, Camarada Disney ha redescubierto (estaba emboscado por la maleza), lo que hace siglo y medio fue un ingenio agroganadero, conocido como El Pozo del Teixo. Una construcción en roca a golpe de pico y pala, con una profundidad de unos 30 metros en vertical para que el mar acumulase toneladas de algas sin retorno con la bajamar, pudiendo así izarlas por unas poleas tiradas el propio ganado. Historias y leyendas se cuentan de este pozo, por todo el concejo.

Pues bien, ahora que ya está casi todo hecho (“Camarada” sigue incansable), no estaría mal que la Administración cultural del concejo se hiciese cargo, primero de la seguridad de acceso, de su señalización y mantenimiento, y lo incorporase al disfrute natural de las Lagunas de Salave donde se sitúa. El libro de visitas está sobre la mesa del Jardín de Camarada, y le quedan pocas hojas.

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