Opinión

Vegadeo, la Venecia de Asturias

El día 12 de noviembre de 2008 había un titular en el periódico LA NUEVA ESPAÑA, firmado por T. Cascudo, que decía: «Cuando el Suarón manda en Vegadeo». En el artículo que sigue al titular se hace un repaso a la historia de las inundaciones en Vegadeo. Se dice en el artículo: «Pese a que la última, con transcendencia, se remonta al año 1969, han sido más de veinte las grandes avenidas, que quedan testimoniadas y documentadas».

El 26 de noviembre de 2023, es decir, QUINCE AÑOS DESPUÉS, un nuevo titular del periódico LA NUEVA ESPAÑA, en crónica de la misma periodista T. Cascudo, decía: «El agua vuelve a causar estragos en el centro de Vegadeo: las fuertes lluvias inundan la calle Palacio». Consecuencia de ello, el Alcalde manifiesta: «Estamos cansados. Urge que la Confederación acometa el plan de defensa frente las riadas».

El 10 de marzo de 2024, un nuevo titular del periódico, firmado por T. Cascudo, dice: « Vegadeo se protege con sacos de arena frente a las crecidas». Se apunta en el artículo que «en el Consistorio piden celeridad en el plan de defensa de Vegadeo que tramita la Confederación Hidrográfica del Cantábrico».

Durante todo este tiempo, más de quince años, sesudos ingenieros y demás técnicos cualificados andan de acá para allá con proyectos que a su vez necesitan de informes de un montón de organismos, también, llenos de ilustres técnicos que, como se dice vulgarmente, «marean la perdiz». Al mismo tiempo, cuando los ilustres ingenieros y demás técnicos cualificados deciden venir a la zona, tienen tal idea de la misma que entienden que han de prepararse concienzudamente para el viaje, pues siguen con la idea de que Vegadeo y el Occidente son tierras a descubrir, como cuando Colón llegó a América. La verdad, y está constatado, es que Vegadeo y su comarca no son una reserva india. Esto también se lo puede apuntar algún que otro político.

Pero, entre los ilustres técnicos y demás, hay algunos/as que, al más puro estilo Margaret Thatcher (la «dama de hierro»), se dedican a vigilar «al ciudadano rural», al cual se le considera un presunto delincuente, no vaya a ser que corte una rama del árbol que se encuentra en su finca, al lado del río, y con ello se rompa el equilibrio medioambiental y ecológico.

Estos ilustres ingenieros y demás técnicos cualificados es posible que puedan alardear de que, con su actitud y con el paso del tiempo, contribuyen a fomentar una nueva actividad en Vegadeo y que no es otra que la de «gondolero vegadense», al más puro estilo veneciano.

Esta es la opinión, salvo mejor criterio, de un abogado de pueblo, Vegadeo, sin acritud.

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