El bote de Pasapalabra está más emocionante que nunca. Moisés, después de rozar la gloria con 24 aciertos en el último programa, ha intentado replicar su actuación al día siguiente, pero no ha sido capaz de igualarlo. En su lugar, ha sido Óscar el que ha llevado el ritmo de la prueba final, con una primera vuelta espectacular que le ha dejado todo de cara para recuperar la Silla Naranja.

Moisés, por su parte, ha ido con un ritmo más dubitativo, acertando de poco en poco y procurando no cometer errores tontos. Con unos primeros segundos de aciertos continuados por ambos lados, fue Óscar el que pisó el acelerador, dejando su marcador en 22 aciertos, una cifra que le pareció suficiente ante las letras que le quedaban por responder y la distancia que le sacaba a Moisés. El riojano, por su parte, con 18 aciertos y 20 segundos por delante, veía su puesto peligrar.

No le quedó otra que tirar para adelante y encomendarse a quién fuese para lograr los aciertos que necesitaba para mantener la Silla Naranja. Armado de valor encadenó tres aciertos seguidos que le colocaban a dos aciertos de igualar a Óscar, pero la letra C acabó de sentenciarle. "Sacramento de la Iglesia católica con que se revalida la condición de cristiano adquirida por el bautismo" fue la formulación ante la que el riojano contestó "comunión" en vez de "confirmación". Un error imperdonable por el programa, que no por la Iglesia que para eso está el sacramento de la confesión, con el que decía adiós a su asiento, perdiendo el rosco final.

El susto que ha dado Óscar

El equipo azul ha comenzado el nuevo programa de Pasapalabra sin concursante. Óscar ha tenido que volver a ganarse el puesto tras su última derrota en El Rosco, en el que Moisés se quedó a una sola letra de conquistar el bote. El riojano dejó a todos en vilo al conseguir 24 aciertos, pero no pudo rematar esa obra de arte por culpa del apellido de un pintor.

De esta forma, Óscar ha pasado por la Silla Azul y se ha enfrentado en esa prueba contra Mikel. El aspirante, que llega desde Pamplona y trabaja como desarrollador y analista de medio ambiente, ha llegado con una gran sonrisa, pero también con una anécdota que ha puesto a todos la piel de gallina, especialmente a quienes son padres. Su objetivo en el caso de ganar el bote es regalarse un buen viaje porque el último que realizó tuvo una experiencia accidentada.

Mikel ha explicado que fue a París con su mujer y su hija, de 7 años, y que tuvieron un episodio de mala suerte nada más llegar, cuando iban a coger el metro. La niña se metió dentro de un vagón… pero él y su mujer se quedaron fuera: “Se nos cerraron las puertas y vimos cómo se iba”. Roberto Leal, empatizando con él, se ha quedado alucinado por este angustioso momento, que se quedó en susto.

Roberto Leal ha querido mandar un beso a la hija de Mikel y tirando el sentido del humor que le caracteriza, ha recomendado al aspirante que "se quede una temporadita en casa". Y es que para colmo, el viaje de Mikel y su familia terminó con una huelga de trenes que les complicó el regreso a casa.